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Lamborghini Aventador J, seis semanas seis para fabricar un sueño de 2 millones de euros

En el Salón de Ginebra ya tuvimos ocasión de ofreceros nuestro correspondiente análisis e impresiones en directo del Lamborghini Aventador J, sin duda una de las creaciones más radicales que hayan salido de Bolonia en mucho tiempo. Llevábamos meses adelantando que todo apuntaba a que Lamborghini podría presentar algo interesante y especial en Ginebra, incluso se habían dejado ver mulas de algún Aventador Convertible. Pero nadie podía esperarse algo así, ni siquiera en las entrañas de Sant’Agata donde la decisión de llevar acabo esta exótica máquina se tomó a tan sólo seis semanas de su presentación en el salón ginebrés.

Los chicos de Top Gear tuvieron ocasión de entrevistar al diseñador Filippo Perini, el responsable de materializar en tan sólo seis semanas un deportivo de ensueño por el que alguien estaría dispuesto a pagar más de dos millones de euros, un cliente muy especial cuya identidad aún se desconoce a día de hoy. Stephan Winkelmann no dudó en satisfacer su propio atrevimiento para de paso dejarnos con la boca abierta a todos los que tuvimos ocasión de visitar el minimalista stand de Lamborghini en Ginebra en el que también reposaban un Aventador y un Gallardo.

Lo más impresionante de todo es que el Lamborghini Aventador J no es un prototipo al uso, aunque será el único que se construirá, sino un deportivo exclusivo homologado en Italia para poder circular por carreteras públicas.

A seis semanas del Salón de Ginebra, Stephan Winkelmann entregó una hoja en blanco al diseñador Filippo Perini para que hiciese “lo que quisiera”.

Aún hay más. Me imagino la cara de satisfacción de Filippo Perini cuando un 14 de enero de 2012 el mandamás Stephan Winkelmann le entregaba una hoja en blanco para hacer literalmente “lo que quisiera”. Según Perini en un par de días ya tenía la idea esbozada y bien planteada, lista para su proyección final y posterior construcción. Seis semanas es todo un récord si tenemos en cuenta la lentitud con que se toman decisiones que podrían parecer nimias antes de lanzar un automóvil.

Alguno podría imaginarse a Filippo Perini motosierra en mano cortando el techo de un Lamborghini LP700-4 Aventador, pero nada más lejos de la realidad, las piezas heredadas del Aventador son mínimas. Únicamente el capó, las defensas y los faros proceden de este el sucesor del Murciélago, el resto son paneles y diseños de nueva factura.

Según parece Stephan Winkelmann tan sólo necesitó unas llamadas para adjudicarle está máquina a algún VIP de la marca por la friolera cantidad de dos millones de euros.

Molto bene, molto bene…

Fuente: Top Gear
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