Renault Mégane RS 2012, presentación y prueba en Monteblanco

Ponemos fin a la toma de contacto con la gama Renault Mégane 2012 con un punto y final inmejorable. En las anteriores partes de esta toma de contacto hemos podido probar el motor TCe de 115 caballos en un Mégane berlina y el motor dCi de 130 caballos, diésel, en un Mégane Sport Tourer, ahora toca poner la guinda al pastel y para ello hemos llegado hasta el circuito de Monteblanco.

Tras lanzarnos a la autovía y dejar atrás los últimos rescoldos de tráfico denso compartiendo viaje con el Renault Mégane Sport Tourer de 130 caballos, recorremos los escasos kilómetros que nos separan desde el desvío de la autopista hasta el circuito… allí, nada más entrar nos da la bienvenida un grupo de Mégane RS vestidos para la ocasión con los colores de diferentes equipos de la Fórmula 1. Atravesamos uno de los box, llegamos hasta el pit lane… y allí nos espera un nutrido número de Renault Mégane RS dispuestos a gastar algo de goma con nosotros.

Renault Mégane RS: sólo 26,650 euros y 265 caballos para disfrutar en el circuito de Monteblanco

Por delante toda la mañana en el circuito. Ocho Renault Mégane RS amarillos esperan en dos filas de cuatro. Con un precio de sólo 26.650 euros es toda una ganga. Encabezando el grupo un Renault Clio RS ejerciendo de safety car. Salen los primeros candidatos a pista, se oye ya al fondo alguna goma deslizando, otro atraviesa la línea de meta… ¿se os ocurre alguna forma mejor de terminar de conocer la gama Mégane? A mí no.

Mientras esperamos podemos echar un vistazo a alguna de las unidades que allí esperan para entrar a pista. En un llamativo amarillo su faceta más radical y circuitera se acentúa, los detalles en negro, llantas, retrovisores y parrilla siguen contribuyendo a esa aura más “bruta”. También cuentan con líneas rojas, característica del modelo de 2012 que personalmente no me termina de convencer, pero no vamos a ponerle pegas a un vinilo, eso es gusto personal de cada uno. El rugido del escape central se encarga de llamarnos y quitarnos de la cabeza cualquier pensamiento sobre vinilos.

Ahora sí, es nuestro turno. Nos acomodamos, ajustamos el asiento Recaro nos apretamos el cinturón de color amarillo… toca esperar mientras en pista siguen rugiendo otros RS, los minutos en el interior previos a la entrada parecen mucho más largos pero nos permiten conocer más al detalle el interior del RS.

Lo primero que llama nuestra atención es el backet Recaro. Negro, con costuras amarillas, tiene un aspecto inmejorable, también un excelente agarre. El freno de mano electrónico de los Mégane que hemos probado estos días se torna ahora en uno convencional, el volante en cuero con zonas perforadas también recibe costuras amarillas, al igual que la palanca del cambio, los pedales ahora son de aluminio, los guarnecidos de las puertas y reposabrazos se revisten de un acolchado con una decoración símil a carbono.

Un repaso a la pantalla multifunción con parámetros de aceleración, fuerzas G o cronómetro, el safety car recibe el “ok” y salimos a pista. Por delante tenemos 5 vueltas, la primera con el safety car, al igual que la última. Primeros metros en fila junto a los otros tres Renault Mégane RS que están en pista, llegamos a la última curva en el trazado y el safety car se retira al pit lane, seguimos su camino para tomar la salida desde la línea de boxes. Uno a uno nos van dando la salida, es el momento, dejamos la señal de 60 km/h de pit lane atrás.

El habitáculo lo inunda ahora el bronco sonido que emanan los 265 caballos con los que cuenta ahora el Mégane RS. 15 caballos más de potencia acompañados por 20 Nm más de par que lo llevan hasta los 360 Nm. Bajo la carrocería, el chasis cup. Tomamos la primera curva, todavía pecando de cuidadosos por ser la primera vuelta sin la referencia de trazada que nos daba el safety car, jugamos con la segunda y tercera marcha de su cambio manual de seis velocidades en estas primeras curvas, el chirrido de las ruedas nos acompaña y un silbido se une al ronco sonido del escape.

Enfilamos la recta de meta, un pitido nos avisa por encima de las 6.000 rpm de que es el momento de cambiar antes de llegar al corte. Un cambio rápido, preciso… 170, 180… 200 km/h y dejamos los boxes atrás. La curva a final de recta pone a prueba los frenos y cumple a la perfección acompañado por un buen tacto en la dirección y una suspensión y un chasis que no muestra pega ninguna entre las curvas de Monteblanco.

El safety car ya está en pista, una vuelta para refrigerar y volvemos a boxes. Miro algunos tiempos que he ido marcando en el cronómetro (se acciona cada vuelta manualmente desde una pequeña leva tras el volante), miro por curiosidad el consumo… 38 l/100 km de media y nos bajamos, por supuesto con ganas de más.

El Renault Mégane RS se viste de Fórmula 1 y nos enseña su compromiso con el día a día

Mientras los RS siguen rodando en pista, salimos a la entrada del circuito para inspeccionar los Mégane RS decorados con los colores de algunos de los equipos de F1 que vimos al llegar. Lotus, Caterham, Red Bull y Williams representados sobre el Renault Mégane RS con cambios en los colores y gráficos. En el interior, el mismo esquema que el Mégane RS del que nos acabamos de bajar, incluidos los Recaro. Si alguien busca llamar la atención, con estas versiones lo tiene fácil.

Pero además de estos RS decorados, una extensa fila luciendo un más discreto gris, a mi parecer le sienta como un guante, esperaba para degustar del Mégane más deportivo fuera del circuito. Al abrir la puerta los Recaro no estaban, este equipaba asientos convencionales pero con regulación eléctrica y las siglas RS grabadas en el reposacabezas. Los cinturones rojos acompañan a las costuras del volante o el pomo del cambio, así como una línea que discurre en el salpicadero. sobre este, la pantalla multifunción que habíamos probado en circuito da paso al navegador.

El recorrido de poco más de 10 kilómetros no pudo dejarme con cifras reales de consumo, tampoco un análisis exhaustivo, pero sí con la sensación, tras pasar por el circuito e ir ahora por la vía pública con él, de que es una buena alternativa para aquellos aficionados a los track days y no se pueden permitir, o no quieren, un coche expresamente dedicado a este cometido.

Tiene una posición de conducción cómoda, los asientos que equipa esta unidad son más cómodos que los backets y eso que estos no son precisamente incómodos, dentro de la radicalidad que se le presupone al RS mantiene un grado alto de confort, el cambio es suave, apenas se nota el balanceo en curva, cómo era de esperar, pero tampoco sufre demasiado la espalda en cada badén.

Es el momento de dejar Monteblanco, me ofrecen otras 5 vueltas de despedida al trazado que no rechazo y tras dejar de nuevo en el pit lane al RS es el momento de poner rumbo al aeropuerto con el Sport Tourer que me trajo hasta el circuito. Nos despedimos de Sevilla, nos despedimos de la gama Mégane 2012. Me llevo dos gratas satisfacciones, por un lado, la obvia, el Renault Mégane RS y un circuito donde probarlo, por otro, el motor dCi de 130 caballos con un buen comportamiento y con consumos aparentemente contenidos.