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Ni sensores ni cámaras, el método preferido para aparcar de dos de cada tres conductores sigue siendo al toque

Ni los sensores de aparcamiento (traseros, delanteros, periféricos), ni las cámaras de aparcamiento (traseras y en 360º), ni los asistentes de aparcamiento con dirección pilotada (en los que el conductor únicamente tiene que acelerar y frenar) han logrado desbancar al método más antiguo de todos, el aparcamiento al toque.

La tecnología avanza y aboga por sistemas cada vez más sencillos y efectivos para aparcar, dispositivos que a priori deberían hacernos la vida más sencilla. Pero tal y como anunciaba la Asociación de Automovilistas Reunidos para Hablar de sus Cosas, el método preferido por dos de cada tres conductores sigue siendo el aparcamiento al toque, la referencia sensorial del empujón al coche junto al que aparcamos, la referencia sonora del crujido de los parachoques al hacer contacto. Ningún avanzado sistema de nueva generación ha logrado replicar esa sensación indescriptible de empujar a los coches que nos rodean para hacernos sitio en lugar habilitado para aparcar.

Los defensores de este antiguo sistema, utilizado desde tiempos inmemoriales, reconocen que la principal motivación del aparcamiento al toque sigue siendo evitar el bochorno de tocar el bordillo, y en el peor de los casos subir una rueda a la acera. Diariomotor ha tenido acceso a las declaraciones de uno de los defensores del aparcamiento al toque, que prefiere permanecer en el anonimato, ante lo cual nos referiremos a él como Fitipaldi, quien asegura que “ante el temor de que algún viandante piense que es un mal conductor, por no haber aparcado el coche en la segunda maniobra, prefiere besar el parachoques del coche aparcado detrás del suyo”.

Tan importante como aparcar a la segunda maniobra y sin subir una rueda al bordillo, el hecho de encontrar un hueco suficientemente espacioso para nuestro coche. Del aparcamiento al toque, surgieron los promotores de la famosa faja turbo y del “si no hay hueco para mi coche, yo me lo hago con pequeños empujoncitos, a lo Ricky Martin, con el un, dos, tres, un pasito pa’lante María, un, dos, tres, un pasito pa’atrás” y – apostilla Fitipaldi – “aparcao”.

La Asociación de Automovilistas Reunidos para Hablar de sus Cosas reconocía su preocupación por el hecho de que, con tantos todocamino y la desaparición de los auténticos todoterreno de antaño, se esté acabando con el mejor aliado del aparcamiento al toque, las protecciones de acero galvanizado del frontal, que como todo el mundo sabe se inventaron precisamente para aparcar al toque.

También se han hecho eco de otra de las preocupaciones de los amantes del aparcamiento al toque, la bola de remolque. Denuncian que “muchos conductores se han unido a la moda de llevar una bola para enganchar el remolque y lo peor de todo”, tal y como se quejaba amargamente nuestro confidente Fitipaldi es que “la mayoría no tienen una caravana de tipo roulotte y ni tan siquiera un remolque” para hacer uso de su bola, “habría que tomar cartas en el asunto para acabar con esa falta de civismo y poco respeto por las propiedades ajenas”.

Obviamente, este artículo no es más que una sátira acerca del aparcamiento al toque. La Asociación de Automovilistas Reunidos para Hablar de sus Cosas, es una organización ficticia y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. En un día tan señalado como este 28 de diciembre queríamos dedicar un homenaje – y seguimos siendo irónicos – a todos aquellos que gustan, disfrutan y acostumbran a aparcar al toque. También a uno de los medios de información más serios y divertidos que conocemos, El Mundo Today. Para todos ellos, con todo nuestro cariño.

Imágenes y vídeos vía Pinterest de Bad Parking y Carscoop

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