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Por qué el Ministerio de Industria debería permitir la compra-venta de matrículas personalizadas

¿Una solución para recaudar más impuestos, ayudar al sector del automóvil y que no tiene efectos negativos para nadie? En España a día de hoy no se puede personalizar una matrícula, ni transferirla, ni reutilizarla, algo que sí ocurre en otros países como Reino Unido o Estados Unidos.

Un cambio en este aspecto sería un incentivo para renovar el coche, generaría impuestos directos e incluso tendría cierto efecto de “impuesto progresivo”, al repartir parte de la riqueza de los que se pueden permitir esto hacia los que tienen una matrícula que les ha tocado y quieren venderla. Y quien no quiera entrar a este juego podría solicitar una matrícula aleatoria como hasta ahora.

Para ser concretos, deberíamos hablar de número de matrícula personalizada (una combinación de letras y números), más que matrícula personalizada (que puede ser poner un dibujo de fondo, algo que ocurre en Estados Unidos).

En el caso de Reino Unido existen tres formas de tener nuestra matrícula personalizada, que explican perfectamente en su web. Se puede solicitar una a partir de un nombre o unas iniciales. Por ejemplo, con mis iniciales la web me propone las siguientes:

En Reino Unido hay varias formas de comprar una matrícula: directa, subasta o comprarla a un particular. En todas ellas el Gobierno genera impuestos

E incluso da la posibilidad de “probarla” en el modelo de coche que elijas. Por cada matrícula cobran un mínimo de 250 libras, unos 316 euros. El segundo método es la subasta, en el que matrículas como 8000 A parten de 3.000 libras. En la web de DVLA se pueden ver las próximas subastas y los precios de salida.

Por último, es posible comprar el número de matrícula a un particular, fomentando así un mercado de compra-venta de matrículas. El Gobierno también recauda impuestos por esto.

Eso nos puede hacer ver el negocio que genera la compra-venta de matrículas en Reino Unido, en forma de impuestos pero también creando iniciativa privada.

Cómo sería en España la compra-venta de números de matrícula personalizados

El primer paso sería generar una nueva numeración, como ya se hizo con el paso de matrículas provinciales a las actuales. Requeriría cierto esfuerzo de adaptación por parte de las empresas, pero nada que no hayamos hecho antes.

Replicar el modelo en España generaría impuestos pero además incentivaría la compra de coches nuevos

Esta nueva numeración debería permitir vocales. Se podría elaborar una lista de matrículas excluidas, aunque debería limitarse a aquellas que podrían resultar demasiado ofensivas para el que las lleve (ETA, PUTA…).

Después se podría abrir un proceso de subasta, por ejemplo para las primeras 20.000 matrículas, que pagasen 500€ por tenerlas (ya hemos recaudado 10 millones de euros, posiblemente ya hayamos pagado el cambio de sistema en al administración pública).

El siguiente paso sería imitar el modelo de Reino Unido: subastas para las matrículas especialmente atractivas, matrículas “premium” desde 300€, y emisión de matrículas normales al mismo precio que hasta ahora para los coches nuevos.

Esta emisión de matrícula normal podría generar también matrículas interesantes que el usuario quiera vender en un futuro. Esto sería una especie de lotería, en la que comprando te toque un boleto que te pueda servir para revender tu matrícula. Sería otro incentivo para vender más coches y, en el fondo, un impuesto progresivo (repartiría la riqueza entre aquellos que pueden pagar 1.000€ por una matrícula entre alguien que se puede comprar un coche).

Los impuestos los pagarían sólo aquellos que quisiesen esas matrículas. Un impuesto al lujo opcional que no afectaría a quien no quisiese “jugar”

Otro efecto importante es que, para los que valoran tener un coche nuevo, su coche actual sería viejo, o al menos su matrícula. sería un incentivo para cambiar de coche o al menos cambiar de matrícula, pagando los impuestos correspondientes.

Lo bueno del sistema es que generaría ingresos pero sólo para aquellos que quieran seguir el juego. Por ejemplo, a las familias que no quieran o puedan comprar o cambiar el coche no les afectaría lo más mínimo, pero sí se beneficiarían de los impuestos generados.

En Diariomotor: Tamaños de matrículas españolas y el porqué de las placas reducidas

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