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La Fórmula E da un pasito más hacia su liberalización reglamentaria

Para mí la mayor pega que se le puede poner a la Fórmula E, por encima de artificios como el sonido o la velocidad, es que un campeonato pretendidamente innovador no deja de ser una copa monomarca. Pero afortunadamente eso debería acabarse poco a poco, aunque sea más lentamente de lo incicialmente previsto.

Esta semana la FIA y el propio campeonato dieron a conocer los ocho fabricantes de motores aceptados para la próxima temporada, estando todos ellos ligados de algún modo a equipos presentes en el certamen: ABT, Andretti, Mahindra, Motomatica (Trulli), NEXTEV TCR (China Racing), Renault Sport (e.DAMS), Venturi y Virgin.

Quedan por lo tanto dos equipos ‘colgados’, Dragon Racing y Amlin Aguri, que deberán adquirir esas piezas de cara a la segunda temporada del certamen eléctrico, si bien por la inversión necesaria (economías de escala) y el precio máximo y obligatoriedad de venta impuestos por el reglamento todo tienda a reducir el número de motoristas presentes en Fórmula E.

En un vídeo lanzado prácticamente al mismo tiempo que la lista de motoristas aceptados para la campaña 2015-2016, Alejandro Agag resumía la escalada reglamentaria concertada con los equipos, en un principio muy reticentes a una apertura en tres años (primer año, monomarca; segundo, mecánica libre; tercer año, barra libre): hasta la tercera temporada no podrán cambiar de baterías y no será hasta la quinta temporada cuando veamos chasis diferentes, dejando entonces de ser necesario alinear dos coches por piloto.

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