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De la decepción a la misión cumplida. Dos formas de entender el fracaso

El problema del éxito es que tiene poco espacio. No es como el camarote de los hermanos Marx, ahí no caben todos. Pero aún así, es curiosa la forma que algunos tienen de asumir el lado opuesto, el fracaso. El título de este artículo se compone de términos utilizados en los dos comunicados de prensa publicados por Toyota, decepción, y Nissan, misión cumplida, tras su participación en las 24 horas de Le Mans.

Comencemos por Toyota. La marca japonesa sigue sin dar con la tecla adecuada que le de la tan ansiada victoria en las 24 horas de Le Mans. Los japoneses se han comprometido a seguir en la resistencia al menos dos años más por lo que al menos volverán a intentarlo en otras dos ocasiones, como mínimo.

Saben que el actual Toyota TS040-Hybrid no es un prototipo ganador y por eso ya han dado el paso para que en enero de 2016, el TS050 sea una realidad que devuelva a los japoneses a la lucha. Aún así, es loable que no se anden con medias tintas a la hora de entonar el fracaso. Por cierto, 24 horas después, el titular, Decepción para Toyota en las 24 horas de Le Mans,  cambié por completo pasando a: Toyota en las 24 horas de Le Mans: gran fiabilidad.

Por su parte, su compatriotas titulaban: Misión cumplida para Nissan en Le Mans. Para Nissan, su uno de tres prototipos en meta es una misión cumplida a pesar de que cubriese menos del 70% de la distancia recorrida por el ganador. Eso sí, sin noticias de eso que corrieron sin ningún tipo de regeneración de energía. O lo que es lo mismo, tan sólo contaron con propulsión térmica.

Para Darren Cox, el hombre al frente del programa de competición de la marca, los problemas son parte de la innovación y llegar a meta con uno de los Nissan GT-R LM Nismo es un éxito ya que «la mayoría de las marcas de LMP1 no terminan Le Mans en su primera participación, así que era importante para nosotros cumplir ese objetivo». Quizás Cox necesita alguien que le refresque la memoria. Que no se engañen, con todas las expectativas que ellos mismos habían generado, su resultado en Le Mans es un FRACASO. Sí, disfrazado de innovación pero aún así fracaso. Al menos éstos, han durado más que el ZEOD RC. Otro engaño disfrazado de innovación. Con un LEAF hubieran durado más en ista y hubiesen hecho menos el ridículo.

Aún así, la gran diferencia entre los pobres resultados de ambas marcas es que mientras los beneficios en cuanto a marketing de Nissan son incontables (mucho, muchísimo ruido para tan pocas nueces), el paso de Toyota por las 24 horas de Le Mans ha sido sin pena ni gloria.

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