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Gran Premio de Estados Unidos 1966: Jim Clark y la histórica victoria de BRM

¿Jim Clark ganando con un BRM? ¿El as de Colin Chapman en otra marca que no fuera la Lotus? Antes de que algunos de nuestros lectores se asusten, no nos referimos al escocés pilotando un coche de otra marca sino al motor que montó el complicado Lotus 43 que se usó durante la temporada de 1966. En un año con muchos cambios de normativa, Chapman se vio obligado a buscar soluciones alternativas mientras Cosworth seguía trabajando a destajo para tener listo su revolucionario DFV V8 cuanto antes.

El problema con el que se encontró fue que Climax solo pudo aumentar la capacidad de su anterior motor hasta los 2000 centímetros cúbicos y a pesar de las poles en Montecarlo y Nürburgring, el viejo Lotus 33 solo pudo obtener un podio en toda la temporada. Como remedio temporal, Chapman se puso de acuerdo con BRM para poder usar el complicado H16. Por lo menos, este sí sería un motor de 3000 centímetros cúbicos. Este motor utilizaba un inusual concepto de dos propulsores V8 de 1500 centímetros cúbicos unidos para intentar dar una mayor potencia.

Evidentemente, el resultado era un motor muy pesado y con una entrega de potencia lejos de ser ideal. El Lotus 43 con el motor BRM H16 se estrenó en el Gran Premio de Francia tras no poder clasificarse para la carrera anterior en Bélgica. En ambos casos, Peter Arundell fue el encargado de dar las pocas vueltas del 43, que si en Spa tuvo problemas de motor, en Francia rompió la caja de cambios tras tres giros. En Monza el coche fue entregado a Jim Clark, que clasificó tercero y aguantó arriba hasta que otra vez falló la caja de cambios, a diez vueltas del final.

Para el Gran Premio de Estados Unidos, el escocés dudó ampliamente sobre qué coche utilizar puesto que los premios económicos por finalizar la carrera eran enormes y él era consciente de la poca fiabilidad del Lotus 43. Le preocupaba no poder finalizar la carrera pero aún así salió a clasificarse con el pesado motor BRM a cuestas. Sorprendentemente, Clark consiguió situar el coche en segunda posición en parrilla, solo por detrás del recientemente coronado campeón Jack Brabham con el coche homónimo.

Tras finalizar la sesión clasificatoria, Clark sintió algo raro en la parte trasera de su coche; el motor se había roto. Mientras las dudas del piloto aumentaban sobre el día de la carrera, BRM cedió a Lotus un motor de repuesto de su propio equipo oficial -aunque con mucho kilometraje encima- y los mecánicos trabajaron toda la noche para conseguir cambiarlo a tiempo. Por su parte, Clark era fiel a su estilo dubitativo fuera de la pista y una hora antes de la carrera aún no sabía con qué coche quería tomar la salida. La alternativa al Lotus 43 era el viejo Lotus 33.

Finalmente se decidió por el 43 con un motor BRM que sufría una pérdida de aceite antes de partir. La suerte estaba echada y puesto que el coche jamás había terminado una sola carrera, no había demasiadas esperanzas puestas en él… aunque sí existía el deseo de que pudiera aguantar hasta el final puesto que era evidente que por lo menos en Watkins Glen el coche era veloz. Tras las reparaciones de emergencia en el motor por parte del equipo Lotus, la carrera comenzó… y Clark fue superado por un agresivo Lorenzo Bandini que tomó el liderato.

Mientras el piloto italiano forzaba su Ferrari, Clark se había situado en segunda posición por delante de Richie Ginther con el Honda, siempre potente y eficiente en las salidas. Brabham venía por detrás pero pronto adelantó a Ginther y en la cuarta vuelta dio cuenta de Clark. En la vuelta diez, Brabham adelantó a Bandini y se fue a por una nueva victoria con la que celebrar el recientemente obtenido título mundial. Por detrás, un toque entre John Surtees y Peter Arundell con el viejo Lotus 33 ¡terminó con Surtees parado en boxes pidiendo explicaciones a Lotus durante varios minutos antes de volver a carrera! Lo hizo en décimo tercera posición a una vuelta de los líderes.

Pero más allá de las curiosidads, la carrera seguía disfrutando de una lucha espectacular; Bandini recuperó el liderato en la vuelta 20 pero tras menos de quince vueltas, su motor dijo basta. Brabham se encontró en primera posición con una cómoda ventaja sobre Clark, segundo. Mientras tanto, por detrás Surtees rodaba en un ritmo endiablado con su Cooper y era el hombre más rápido en la pista norteamericana. Tras pasar el ecuador de carrera, Brabham abandonó por rotura de motor y Clark pasó a ocupar la primera posición. Por una vez, el Lotus 43 no se rompió y Colin Chapman pudo celebrar otra victoria lanzando su gorra al aire, como siempre.

¡El premio de 20.000 dólares para Clark era superior al de ganar todas las demás carreras! El podio lo completaron un Jochen Rindt cuyo coche se quedó sin carburante y para sorpresa general, John Surtees. Jo Siffert terminó en quinta posición por delante de Bruce McLaren y sexto fue Peter Arundell con el Lotus 33. En cuanto al Lotus 43, abandonó en la última carrera del año en México. Lo mismo hicieron las dos unidades que tomaron parte en la primera carrera de 1967. Pero la única vez que cruzó la línea de meta, lo hizo en primera posición; un momento único con la victoria del motor con más cilindros de la historia del campeonato del mundo de Fórmula 1.

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