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La auténtica lotería de las parrillas de salida

Uno de los temas más comentados alrededor de la Fórmula 1 desde el mes de febrero ha sido el de los sistemas de clasificación para los grandes premios. Todo empezó con la propuesta del nuevo sistema por eliminación y pocos días después con el anuncio por parte de Bernie Ecclestone de que problemas con el software retrasarían el uso del mismo para acabar introduciéndose de todas formas en Australia… y acabar siendo un fiasco tan grande que en China se vuelve al sistema de clasificación usado entre 2006 y 2015. Pero en su día, las parrillas de salida eran una auténtica lotería, en la época de los grandes premios de pre-guerra.

De hecho, tanto es así que cuando se dice que el orden de salida era una lotería, se dice de forma literal. A fin de cuentas, cuando las carreras comenzaron a disputarse por Europa, las posiciones de la parrilla de salida se decidían por sorteo. La idea era que las carreras eran lo suficientemente largas como para que las posiciones tuvieran poca importancia en términos de ganancia o pérdida de tiempo. Al final, ¡era un sistema primitivo para igualar las opciones de todos los pilotos!

El problema era, evidentemente, lo poco justo que acababa resultando participar en una carrera con otros 30 pilotos y partir desde la última posición, siendo uno de los principales competidores. Aunque por otra parte también es cierto que en esa época, con tantos gentlemen drivers, las diferencias entre los hombres más rápidos y aquellos que eran menos capaces era abismal, hasta el punto de llegar a ser de quince o veinte segundos por vuelta, según el trazado.

El detalle del sistema de elección de parrilla de salida es en realidad bastante simple. Los nombres de los pilotos iban en una urna -literal o metafórica- y se iban sacando para determinar el orden de salida. Dependiendo del circuito, las filas eran de dos pilotos o de dos y tes pilotos de forma alternativa -siempre que la pista fuera lo suficientemente ancha-. Simple pero efectivo, para la época por lo menos. Aunque había prácticas libres, estas no eran cronometradas ni tenían ningún tipo de validez.

No era inusual ver a pilotos rodar en cualquier momento del día dedicado a las pruebas libres -se podía rodar prácticamente a cualquier hora puesto que no había necesidad de controlar los tiempos marcados-. Poco a poco, las primeras voces en contra de un sistema que era percibido como arbitrario empezaron a sonar por los circuitos y la organización fue planteándose unos cambios que estaban destinados a cambiar la fisonomía del automovilismo mundial.

El Gran Premio de Mónaco de 1932 marca la primera instancia de la existencia de sesiones de entrenamientos libres cronometradas de forma oficial. De esta manera, los pilotos podían probar en el circuito en el que competirían y saber cuales eran sus registros de forma más fidedigna, además de «tener controlados» a los rivales, sabiendo también sus tiempos. Claro que esto era una arma de doble filo ya que esto permitía a los pilotos conocer los tiempos de los rivales pero también exponía los suyos propios.

Al año siguiente, en 1933, el Gran Premio de Mónaco trajo la mayor innovación a nivel organizativo hasta el momento en el mundo del automovilismo. A partir de esa carrera, perteneciente al Campeonato de Europa de Gran Premio -aunque en 1933 y 1934 no hubo certamen como tal-, la parrilla de salida pasó a decidirse según los tiempos obtenidos durante una sesión de varias horas durante la cual los pilotos podían rodar con libertad por el circuito en cuestión.

La primera pole position obtenida por mérito en la historia del automovilismo fue, por lo tanto, para el italiano Achille Varzi, que al volante de su Bugatti marcó un tiempo de 2:02, un segundo por delante del local Louis Chiron y el también italiano Baconin Borzacchini. Chiron fue uno de los protagonistas de la carrera y acabó venciendo en ella tras una dura lucha con el legendario Tazio Nuvolari, que se salió de pista a poco del final y fue descalificado tras ser ayudado por espectadores a volver a pista.

Desde entonces, el sistema de decisión de la parrilla de salida ha sufrido varios cambios. Aunque inicialmente el sistema se mantuvo apenas sin cambios durante varias décadas, pronto se introdujo una segunda sesión válida antes de introducir límites. Inicialmente dichos límites fueron solo de tiempo, antes de llegar también un límite de vueltas a dar durante el tiempo disponible. Tras unos sistemas usados brevemente a principios del presente siglo, llegó el inaugurado en 2006 y que tanto inspiró a otras categorías, durando hasta 2015 -y reinstaurándose a partir de este fin de semana-.

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