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La Fórmula 1 cada vez más cerca de definir los motores que utilizarán en 2026

Son las grandes discusiones que se están sucediendo entre las bambalinas del Mundial de Fórmula 1. Cuando estamos a pocos meses de estrenar una nueva reglamentación técnica, tanto la FIA, como los propietarios de los derechos comerciales del campeonato se encuentran debatiendo acerca de cómo será la próxima generación de unidades de potencia, con el objetivo en este caso de atraer además nuevos suministradores de motores.

Evidentemente es el Grupo Volkswagen el que ha aparecido una vez más en el horizonte. El conglomerado de fabricantes alemán ha estado participando a través de varios representantes de sus marcas en las discusiones que se han celebrado hasta el momento y es por ello que se ha relacionado algunas posibles variaciones en la normativa de las mecánicas con el interés por parte de los elementos que actualmente componen el Campeonato para atraer nuevos motoristas y además mantener el status quo del Mundial.

Se espera que precisamente el Gran Premio de Turquía sea clave para ello, no porque el resultado de la carrera vaya a modificar cualquier decisión, sino porque se espera una reunión de nuevo en Istanbul Park de los distintos estamentos para seguir con la discusión que se dejó en la previa de la carrera de Monza. Casi un mes más tarde, se espera que se reafirme lo ya puesto en claro en la anterior reunión, que los actuales protagonistas de la Fórmula 1 renunciarán a ciertos elementos si a cambio consiguen que Audi y Porsche desembarquen en el campeonato con un proyecto al menos a cinco años.

Transición ‘dulce’, los V6 Turbo podrían continuar: 

Ha sido precisamente el medio alemán ‘Auto Motor und Sport’ uno de los primeros en revelar el estado de las conversaciones acerca de los nuevos motores. Finalmente parece que se ha renunciado a la recuperación de energía cinética en el eje delantero, así como a la tracción total en una fase determinada de la aceleración, afrontando como mayor decisión el hecho de mantener los V6 turbo como grandes protagonistas, pero en este caso suprimiendo la MGU-H. Ni V8 atmosférico, ni hidrógeno de por medio.

Con la introducción de combustibles sostenibles se pretende aumentar el porcentaje de biocombustible en la mezcla en los próximos años. En 2022 ya pasaremos del 5% al 10%, mientras que de cara a 2023, Jean Todt ha propuesto que se mueva al 50%, lo que será todo un quebradero de cabeza para los motoristas ya que supondrá una fuerte inversión económica y un gran número de horas de trabajo.

Ya en 2026, con la entrada de las nuevas unidades de potencia, se espera que el MGU-K se encargue de aportar 350 kW de potencia en lugar de los 120 kW actuales, todos ellos al eje trasero, lo que genera un problema subsidiario de que será muy complicado asimilar todo ese par de frenado. Se está hablando de introducir tanto aerodinámica activa como suspensiones pilotadas electrónicamente para así ayudar a generar más carga en frenada, aunque esto por el momento parecen propuestas todavía lejanas. Por último, aunque quizás es lo más importante para los equipos clientes, se espera que el ahorro sea muy destacado respecto a las actuales Unidades de Potencia, llegando incluso a hablarse de que se podría mover en torno a la mitad.

Vía | AMuS

 

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