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La Clase 1, tarde para ingresar y primera en irse

A través del reglamento técnico Clase 1 se construyeron los coches más avanzados y rápidos que hayan competido en el DTM, capaces de alcanzar los 300 km/h en Spa, pero tal despliegue de tecnología no pudo trascender más allá de dos años debido a que Audi decidió retirarse tras argumentar que invirtió más de 80 millones de dólares en el proyecto y le resultaba complicado hacer rentable tal inversión, a pesar de ganarlo todo. El Audi RS5 Turbo resultó tan excepcional que sus registros eran comparables al de un LMP2, así que prácticamente era un prototipo disfrazado de turismo.

Sin embargo, todo terminó de forma inesperada y ahora la categoría intenta reinventarse mediante coches GT3 que se pueden observar en diversas categorías, así que el DTM perderá su identidad. La generación Clase 1 resultó genial para la mayoría, menos para los fabricantes, ya que no solamente invirtieron grandes cantidades de recursos sino que el tiempo que les llevó fabricar un motor de cuatro cilindros con turbo, dos litros, 580 caballos de potencia y un peso de 85 kilos resultó una tarea muy ardua. Si bien lo alcanzado es una magnífica obra de ingeniería, la relación peso potencia es de alrededor de 1,7 kilos por caballo, lo cierto es que al no estar disponible para los modelos comerciales, no hay manera de recuperar la inversión.

El ciclo del DTM con los motores V8 aspirados duró 18 años, en ese tiempo se ha podido introducir una nueva normativa para que el cambio no fuera tan traumático, pero el anhelo de unir a la categoría alemana con el Super GT japonés derivó en un despilfarro de dinero que llevó al colapso. El mensaje para los interesados en ingresar estaba claro, sobre todo tras la deserción de Aston Martin. Para Jens Marquardt, ex director de BMW Motorsport, la espantada de Audi resultó un golpe bajo porque considera que la Clase 1 tenía mucho potencial, pero es obvio que con un sistema híbrido y combustible sintético también se pueden alcanzar muy buenos resultados sin tener que invertir tanto dinero.

Por su parte, de Japón ya informaron que seguirán con el reglamento Clase 1 hasta el 2023, independientemente de lo que haya sucedido con el DTM y los truncados planes de fusionar ambas categorías. En el Super GT no han tenido mayores inconvenientes con implementar los cambios debido a su cultura por el motor turbo y su moderación a la hora de concebir coches para una categoría GT. El DTM quiso aplicar un cambio muy radical y en pista lo logró, pero a mediano y largo plazo era insostenible, acá todos los involucrados aprendieron a la fuerza que hacer los coches más rápidos no asegura una larga vida a la categoría.

En palabras de Gerard Berger:

Me rompe el corazón terminar con la Clase 1, ofrecimos a los aficionados un excelente DTM, que es una estrella especial en el cielo del automovilismo. Todavía estoy convencido de que todo hubiera sido razonablemente manejable en términos de costos y funcionaría sin un BOP, solamente con componentes estandarizados.

Vía | Speedweek

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