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La IndyCar permanece a la espera de otro proveedor de motores

Cuando los rumores apuntaban al retorno de Toyota como proveedor de motores de la IndyCar, debido a su presencia en la NASCAR y su experiencia en tecnología híbrida, resulta que Mark Miles, presidente y director ejecutivo de Penske Entertainment Corp., declaró que las conversaciones no llegaron a feliz término y por lo tanto la categoría deberá esperar un poco más para disponer de una tercera opción en lo que respecta a motores. Desde 2012, cuando Lotus se presentó a competir con un V6 biturbo y se retiró ese mismo año por problemas de rendimiento, solamente Honda y Chevrolet han permanecido como proveedores de la serie.

Miles está convencido de que una implementación exitosa de un motor híbrido a partir de 2024 convencerá a nuevos fabricantes de entrar a la IndyCar toda vez que se mantiene la base del motor V6 biturbo de 2.2 litros que justamente entró en vigencia en 2012 en conjunto con el chasis DW12. En aquel momento, ante la organización se presentaron las solicitudes de Lotus, Ford, Cosworth y Mazda, siendo Lotus el único aprobado al presentar un producto con el respaldo de las empresas Judd y Brabham, pero tal propulsor resultó muy deficiente en todos los sentidos, incluyendo su distribución.

Además, no es un secreto que para ingresar a la Indycar como proveedor se debe contar con el aval de un equipo que contribuya al desarrollo de la mecánica y la aerodinámica. Honda cuenta con Chip Ganassi Racing y Chevrolet con Team Penske, así que un tercer invitado debe asociarse primero a una estructura consolidada que le permita acceder a información importante para poder desarrollar el motor, caso contrario sería correr el riesgo de reeditar lo sucedido con Lotus, cuyo motor siempre estuvo muy lejos de alcanzar los 700 caballos de potencia girando a 12,000 RPM.

Espera Miles que ahora la tecnología híbrida adaptada a un motor V6 turbo resulte atractiva para que desembarque otro proveedor en la IndyCar, tomando en cuenta que tal configuración será muy parecida a la que se utiliza en la Fórmula 1. La IndyCar necesita de un tercer involucrado para aliviar la carga tanto de Honda como de Chevrolet ya que ambas empresas, a través de sus subsidiarias, han manifestado estar al límite de su respaldo técnico al atender a 27 coches durante una temporada completa, situación que también atenta contra la expansión de la categoría.

Y es que en los últimos años la IndyCar ha elevado su nivel de audiencia, las carreras han sido entretenidas y existe un grupo muy importante de seguidores incondicionales que seguramente crecerá cuando la serie se modernice con la tecnología híbrida y el nuevo chasis. La organización está trabajando con la mirada puesta en el futuro, pero es evidente que tras dejar una invitación abierta a proveedores para que ingresen a la IndyCar y no encontrar respuestas positivas, lo más probable es que primero deban exhibir un producto más atractivo para que los fabricantes e inversionistas se atrevan a participar.

En palabras de Mark Miles:

Estamos totalmente centrados en el motor híbrido y en llevarlo a la pista ya que mejorará la calidad de nuestras carreras y aumentará las posibilidades de encontrar un tercer OEM al que nos gustaría traer. Esa invitación [para unirse a IndyCar como tercer fabricante] es abierta aunque creo realmente que no es probable que veamos el tercer OEM hasta que tengamos el híbrido en la pista y la gente vea lo que hace.

Vía Motorsportweek

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