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La onda retro a la inversa

La semana pasada se me ocurrió imaginar la posibilidad de que en la Fórmula 1 se propusiera un gran premio en el cual las escuderías corrieran con colores que habían llevado en el pasado, haciendo la salvedad que serían, según mi criterio, los más atractivos. Sin embargo, también sería interesante plantear esa onda retro a la inversa, es decir considerar las decoraciones menos agradables ya sea por su esquema de colores o porque su evocación sería poco afortunada.

En portada destaca el Renault R27 de 2007, el primero de la saga naranja. La decoración resultó un tanto sorpresiva porque literalmente se sustituyó el tono azul turquesa que identificó a su predecesor, signado por los cigarrillos japoneses, por el blanco y naranja de su nuevo patrocinador, dejando el amarillo propio de Renault en su lugar. El diseño del coche no es desagradable a la vista, pero la combinación de colores parece no llevarse bien en un mismo plano, es como si la zona delantera y la trasera fueran de dos monoplazas distintos. Además, la decoración refiere a una etapa de Renault que propició su retiro como escudería.

Entre todos los diseños retros considero que cuatro equipos no tendrían de dónde seleccionar una muestra razonable, ellos serían Mercedes, Haas F1, Red Bull y Toro Rosso. Sus variantes en cuanto a colores no es numerosa ni tampoco poseen ese acervo histórico para evocar el pasado, situación que complica el ejercicio de imaginación. Explicando el porqué de tales excepciones, se prosigue con Ferrari, la eterna escudería roja que tiene un antecedente poco afortunado en el F93A.

Cuando Ferrari presentó su monoplaza para la temporada 1993 de inmediato la referencia más próxima fue el Dallara F192, que había visto acción en 1992. Esa gran franja blanca resultó contraproducente en muchos sentidos, empezando por insinuar que Ferrari copió a Dallara, también conocida como BMS Scuderia Italia, situación un tanto ilógica. Perder identidad de esa forma no fue la mejor noticia para los seguidores del equipo de Maranello, también el rendimiento del coche dejó mucho que desear, sin victorias esa temporada y apenas tres podios, muy lejos de todo. El año pasado Ferrari presentó el SF16-H reeditando los colores del 312T y los resultados tampoco fueron muy halagadores, pero sin duda el coche de 1993 resultó más decepcionante.

Si se revisa la historia de Williams, en dos temporadas se pasaron al rojo, por decisión del patrocinador, y simbólicamente representó un dramático bajón de la que hasta 1997 fue la mejor escudería de la década. En el FW20 el equipo de Grove llevó el número 1 por última ocasión y el entonces monarca Jacques Villeneuve y su compañero, Heinz Harald Frentzen nada pudieron hacer para luchar contra Ferrari y McLaren. Los Williams Mecachrome representaron un paso en falso en la histórica escudería inglesa y de seguro habrá poco interés en reeditar tal esquema de colores.

Otra histórica es McLaren, la escudería radicada en Woking se ha distinguido por lucir varios colores en diversas etapas, pero es muy poco asociada al patrocinador Yardley. Al mencionar McLaren, de inmediato se rememora el naranja original y las combinaciones blanco con rojo y gris con negro. La saga de los M19 de principio de los años 70 llevó la particular combinación de blanco ostra con franjas naranjas en sus laterales, luciendo el nombre de la marca de perfumes propiedad de British American Tobacco.

En cuanto a Force India, los cambios en sus decorados han sido contados, pero sin duda destaca el salto del VJM01 a las posteriores versiones, cuando los colores del equipo estuvieron relacionados directamente con la bandera de la India. Entre todas la que menos estética parece tener, según mi criterio, es la que identificó al VJM03 de 2010. En su sucesor, el VJM04 por lo menos se advierte un efecto cromático con el blanco y el naranja en equilibrio, pero en el coche de 2010 los colores parecen puestos en forma caótica.

En cuanto a Sauber, considero que los suizos no tendrían razones de peso para retornar a los colores que llevaron tanto en 2013 como en 2014. De aquellas célebres decoraciones asociadas a Petronas y Red Bull, Sauber pasó al blanco y azul, manteniendo la herencia del ciclo BMW-Sauber durante dos temporadas. Pero el cambio a gris no resultó afortunado ya que a partir de allí la tropa de Hinwil tocó fondo. Entre los dos diseños grises considero que el del C33 de 2014 es el menos atractivo ya que luce más oscuro, en parte porque el color blanco tiene menor presencia.

Entiendo que resulte ilógico, de llegar a ocurrir un día retro en la Fórmula 1, que se acuda a competir con aquellos colores que a lo mejor pretenden olvidarse, sin embargo sería interesante observarlos de nuevo porque tales decoraciones también forman parte del legado de las escuderías. Por supuesto que todo estaría condicionado a determinados patrocinadores, en algunos casos, que ya no están en la órbita de la categoría, pero por soñar todavía no cobran nada.

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