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Nasser Al-Attiyah y Mathieu Baumel arrasan en el Silk Way Rally con un pleno de victorias

Sin rivales. Nasser Al-Attiyah disputaba por segunda vez el Silk Way Rally después de sellar su compromiso el año pasado con Vladimir Chagin. El qatarí y su copiloto, Mathieu Baumel, se quedaron sin triunfo la pasada edición, por lo que en 2019 volvían con el compromiso de complementar su temporada en la Copa del Mundo FIA de Rallyes Cross-Country. La pareja ganadora del Dakar 2019 se enfrentaba de esta forma a Yazeed Al-Rajhi como principal rival, este también con una de las Toyota Hilux V8 4×4 de Overdrive y muy combativo mientras la mecánica le respetó.

Se planteaba además un itinerario con muchos cambios de escenarios. La carrera ha ido evolucionando desde los tramos embarrados de Rusia hasta las dunas de los últimos días en China, incluido el paso por la estepa de Mongolia, el cual aportó un nuevo terreno para que los competidores descubrieran y la dureza del Desierto del Gobi. A pesar de las novedades, Nasser Al-Attiyah y Mathieu Baumel ya comenzaron imponiendo el ritmo en la primera etapa cronometrada de 50,87 kilómetros entre Irkutsk y Baikalsk (Siberia).

A partir de ahí, pocos pudieron mantener la velocidad de los experimentados pilotos del equipo Toyota, con otras alternativas en manos de buggies como Kun Liu con el SMG patrocinado por el grupo GEELY, Mathieu Seradori en el CR6 SRT y Jérome Pelichet con el Optimus. Al-Rajhi no podía hacer otra cosa que asumir la derrota después de un fallo en el motor de la Hilux que le dejaba fuera de carrera.

Sin los hombres de X-Raid y con solo Erik Van Loon como rival también con un 4×4 (muy retrasado después de sufrir problemas de transmisión en la segunda etapa), Nasser fue encadenando victorias, hasta alzarse hoy con la novena victoria parcial en la última etapa, logrando su primer triunfo y el de Overdrive en el Ruta de la Seda. Sigue de esta forma con una racha de victorias impoluta en 2019, sumando su séptima muesca en un año en el que le queda el broche dorado del Rally de Marruecos en el que se debería coronar campeón de la Copa del Mundo FIA.

A 1 hora 11 minutos terminaba el buggy SMG de Han Wei y Min Liao, mientras que el tercer lugar lo ocupan Jérôme Pelichet y Pascal Larroque en su buggy Optimus, los dos muy retrasados por penalizaciones (por exceso de velocidad en el caso de los chinos) y diversos contratiempos. Tan solo Denis Krotov hizo tambalearse brevemente el dominio de Nasser y Baumel, precisamente en la sexta etapa, cuando los competidores de Toyota se perdieron por lo que muchos dijeron que había sido un error en el RoadBook. El piloto de MINI JCW Rally estaba en disposición de romper la racha de victorias de etapa e incluso situarse a solo 23 minutos del liderato de la general, pero problemas con la caja de cambios y un pinchazo a falta de 10 km para ver la meta le dejaron sin optar a la sorpresa. José Luis Peña y Rafa Tornabell fueron segundos entre los vehículos T3, solo superados por Sergei Kariakin, el exparticipante en quads.

Oriol Mena se exhibe con Hero, Sunderland sigue imbatible:

En motos la carrera estuvo llena de golpes de teatro, comenzando en la primera etapa, con los hermanos Benavides consiguiendo el doblete familiar para dar la bienvenida al calendario FIM al Silk Way Rally. Kvein se situaba por delante de su hermano pequeño, Luciano, en una situación que cambiaría muy pronto, después del gran rendimiento mostrado por Sam Sunderland y especialmente por el gran trabajo de un equipo Hero renovado, el cual ahora cuenta con Paulo Gonçalves como jefe de filas y que tiene a Oriol Mena como toda una promesa de futuro.

Mientras que en Yamaha se quedaron si oportunidades mu pronto, con Xavier de Soultrait teniendo una caída en los primeros días y dejando en solitario a Adrien van Beveren, Joan Barreda parecía quedarse como una de las grandes bazas de Honda después de los problemas mecánicos sufridos por Kevin al inicio de la etapa maratón. El castellonense tendría una durísima caída antes de llegar al ecuador de la prueba, lo que lo dejaría fuera de la lucha, deteniéndose tanto Sam Sunderland como Luciano Benavides a comprobar que estaba bien antes de que este pudiera reemprender la marcha con la torreta de navegación completamente destrozada.

Oriol Mena por su parte estaba realizando una gran actuación hasta la entrada de la carrera en China. El piloto de Hero Motorsports conseguía su primera victoria de etapa en una cita FIM, llegando a situarse en segunda posición tras Sunderland, hasta que una caída le hacía ceder más de media hora y caer hasta la séptima plaza. Andrew Short (piloto del equipo Rockstar Husqvarna) también estrenaría su casillero de triunfos parciales en el Campeonato del Mundo, un ataque que le daría a la postre la segunda plaza final tras Sunderland que sumaba una victoria que le hacía más líder de la general del campeonato tras ganar en abril en Abu Dhabi. Oriol Mena terminaba sexto, seguido por Laia Sanz y con Joan Barreda noveno.

MAZ le planta cara a KAMAZ en su propia casa:

Mientras que Rafal Sonik ganaba la categoría de quads sin casi oposición, en camiones estaríamos ante una de las ediciones más entretenidas gracias a la aparición de la armada bielorrusa de los MAZ, son Siarhey Viazovich aquí con el nuevo camión con capó largo. Con tres victorias de etapa en los seis primeros días, el de Minsk parecía ser el gran candidato para darle una estocada histórica a KAMAZ en su propia casa.

El nerviosismo era evidente entre ambas estructuras, con Viazovich no dejando pasar a los camiones rusos en la segunda etapa a pesar de que los pilotos de la Blue Armada activaron el dispositivo, mientras que los problemas de los KAMAZ en la cuarta etapa permitieron a MAZ encabezar el día con un triplete que parecía ser un gran paso hacia delante. La penalización de cinco minutos para Viazovich por exceso de velocidad (fallo recurrente que el piloto achacaba a un problema con el GPS) reducía su renta hasta solo los 16 minutos sobre Shibalov con los que entraba a China.

Anton había pasado de ser el hombre comodín de KAMAZ a su principal galgo después de haber cargado con los repuestos durante los primeros días, mientras que Karginov era tercero. Pero llegó el error de Siarhey en la antepenúltima etapa, cuando su MAZ clavó el morro después de una duna y la estructura de la caja quedó muy dañada, obligándoles a abandonar cuando más cerca se encontraban de ganar a sus vecinos rusos. Primera advertencia por parte de los camiones rojas, a pesar de que todo terminaba con final feliz para Shibalov, coronándose por primera vez ganador del Ruta de la Seda.

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