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Presidentes de la FIA: Paul Alfons von Metternich-Winneburg

El traspaso de poderes entre nobles como principales representantes de la FIA siguió su camino en la parte final del siglo XX, demostrando que los puestos de poder estaban bien custodiados por los que pudieran permitirse tal cargo. La herencia del puesto de Amaury de Merode resultó ser novedosa, perdiendo la hasta entonces bonita costumbre de delegar la posición imperante a un vicepresidente o designar un sucesor que tendría muchas opciones de salir elegido en las urnas. Finalmente el sustituto del príncipe belga fue otro príncipe, el alemán Paul Alfons von Metternich-Winneburg, de origen austríaco y español.

La casa de Metternich encuentra su origen en la Edad Media como funcionarios del arzobispado de Colonia, uno de los territorios más representativos del Sacro Imperio. El apellido Metternich empezó a usarse en el siglo XIII gracias a la población del mismo nombre, hoy perteneciente al municipio de Weilerswist, situado a apenas 20 kilómetros de Colonia y que cuenta con una escuela de conducción segura del ADAC. La expansión de la familia fue tal que en el siglo XVI contaba con siete ramas distintas, distribuidas todas ellas en los territorios que hoy forman parte de Luxemburgo, el oeste de Alemania y el este de Francia.

El castillo de los Metternich se construyó en el siglo XIII y ha pasado por distintos propietarios después de que la familia lo vendiese a finales del siglo XVII. En él han vivido Secretarios de Estado, obispos, juristas y jardineros de la corte. Dentro de los típicos arzobispos, militares y políticos de estas familias destaca Klemens von Metternich, ministro de Asuntos Exteriores del Imperio Austríaco durante 12 años y Canciller del Imperio entre 1821 y 1848. También perteneció a la rama Metternich-Winneburg, formada en el siglo XVII con la adquisición del territorio adyacente de Winneburg y Beilstein; esa rama fue la que más tiempo aguantó y finalizó con el octavo presidente de la FIA.

Paul Alfons Maria Clemens Lothar Philippus Neri Felix Nicomedes nació en Viena en 1917, en el seno de una familia internacional. Bisnieto del canciller Klemens, su padre heredó el mismo nombre y su madre era la española Isabel de Silva y Carvajal, condesa de Castillejo. Educado en Suiza, participó en la Guerra Civil Española en el bando nacionalista y en el frente ruso de la Segunda Guerra Mundial, enlistado en la División Azul. No solo quedó herido en el conflicto internacional sino que perdió la propiedad del castillo de Kynzvart, retomado por la resistencia checoslovaca. Casado con la princesa Tatiana, mecenas de arte de origen ruso, ambos se mudaron a Schloss Johannisberg, reconstruyendo su castillo y creando viñedos.

Metternich fue un ávido competidor durante los años 50 y 60, como demuestran sus seis inscripciones en el Rally de Montecarlo y en el Tour de Francia automovilístico, su accidentada aparición en las 24 horas de Le Mans de 1956 y sus participaciones en la Targa Florio y la Mille Miglia. Fue presidente de la FIA entre 1975 y 1985 y se encargó de la fusión de la Comisión Deportiva Internacional (CSI), división deportiva de la FIA que se juntó bajo el nombre de FISA y que él mismo presidió entre 1970 y 1976. También ejerció de presidente del Club Automóvil Alemán (AvD) durante 32 años, entre 1960 y 1992. Su muerte finalizó la herencia masculina de la familia Metternich y dio paso a unas conocidas luchas de poder en la FIA.

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