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La empresa más grande del mundo dedicada a gases de alta presión se llama Hiperbaric, está en Burgos, y apunta al hidrógeno

En Italia tienen algunos de los grandes deportivos de la historia. En Estados Unidos tienen los muscle car de gran cilindrada que realmente todos los petrolhead querríamos tener. En Alemania tienen una de las más grandes industrias del automóvil de todo el mundo. Y los japoneses tienen algunos de los coches más fiables del mundo. En España no tenemos una referencia de liderazgo en el mundo del motor. ¿Cambiará eso con la llegada de un nuevo tipo de coche? Probablemente no. Pero lo curioso es que ya hay algunas empresas en España que son líderes mundiales en algunos de los ámbitos relacionados con los coches de nueva generación, como es el caso de Hiperbaric, especializada en comprimir gases, hidrógeno incluido, y que está afincada en Burgos.

Un trabajo de alta presión

El nombre de Hiperbaric no es casual, pues la empresa se dedica a las altas presiones. Son especialistas en la presurización de gases. Y aunque su núcleo de negocio está ahora mismo centrado en HPP, que es el procesamiento de alimentos a altas presiones para eliminar patógenos, también han desarrollado su propia tecnología de presurización de hidrógeno. Ya son líderes mundiales en HPP, pero con su tecnología de presurización de hidrógeno pretenden liderar el mercado mundial, que además requerirá de grandes esfuerzos con la llegada de las celdas de hidrógeno.

La presurización del hidrógeno es uno de los pasos clave para poder disponer de una infraestructura que ofrezca suficiente suministro para toda la red de vehículos que en el futuro deberían relevar a los coches con motor de combustión.

Una de las tareas pendientes de los coches eléctricos, tanto los de batería como los de pila de combustible de hidrógeno, es la autonomía. Hasta que no existan vehículos con una autonomía digna, difícilmente veremos en la nueva generación de vehículos un relevo para los coches actuales.

Y cuando hablamos de autonomía, hablamos también de densidad de energía. Es decir, cuánta energía podemos llevar condensada en una sola unidad. En este caso, cuanto más presuricemos el hidrógeno, mayor cantidad podemos desplazar.

Está por ver qué nivel de presurización podemos alcanzar en un vehículo manteniendo a la vez la seguridad de los pasajeros en caso de accidente, teniendo en cuenta que habrá que ir haciendo uso del hidrógeno almacenado para convertirlo en energía eléctrica y finalmente en energía mecánica. Pero sí hay otras etapas en las que la presurización del hidrógeno sí es vital.

Clave para transportar hidrógeno

El trabajo de Hiperbaric es clave para el transporte de hidrógeno. En este caso afirma Andrés Hernando, el CEO de Hiperbaric, que es más eficiente transportar el hidrógeno en camión que por tubo. Cuanta mayor presurización, mayor densidad energética, y más hidrógeno se podrá transportar por cada camión desplazado. Lo mismo ocurre con las estaciones de servicio, que podrán almacenar una mayor cantidad de combustible a un mayor nivel de compresión.

De hecho, tan importante es la presurización del hidrógeno que Hernando considera que en unos años la división focalizada en hidrógeno de la compañía ya tendrá un volumen de negocio similar al total que tiene actualmente la empresa.

Y no parece que anden muy lejos de la realidad. Si bien es cierto que poco a poco iremos diciendo adiós a los coches con motor de combustión y que no sabemos cuál será la tecnología del futuro, la gran densidad energética del hidrógeno hace que para la industria del transporte el motor de hidrógeno tenga ventajas importantes respecto a las baterías eléctricas, muy limitadas en autonomía y con tiempos de carga prolongados.

En cualquier caso, será el futuro el que determine cómo avanza cada tecnología y cuál acaba por convertirse en la referencia, o si veremos diferentes tecnologías afianzadas en distintos tipos de medios de transporte por carretera.

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