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Coches a GNC: ¿merece la pena, o no, comprar la nueva moda del gas natural comprimido?

El GNC o Gas Natural Comprimido es el combustible de moda para los coches. El Grupo Volkswagen con el fabricante SEAT a la cabeza está desarrollando una apuesta sin precedentes por esta tecnología de propulsión bifuel, que no híbrida, donde un motor gasolina convenientemente adaptado es capaz de trabajar con metano. Hablamos de un sistema de propulsión cuyo principal reclamo es un muy bajo coste por kilómetro, pero al que antes de tildar como opción de compra, merece la pena valorar al detalle para conocer sus ventajas y desventajas. Te las contamos.

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El coste de adquisición de un coche a GNC

En estos momentos el precio de compra es uno de los principales atractivos de los coches GNC. Como ya te hemos dicho es el Grupo Volkswagen con SEAT a la cabeza el que se ha propuesto gasificar nuestro parque móvil, y para ello, nada mejor que ofrecer precios muy interesantes que superan ligeramente al precio de esos mismos motores gasolina sin adaptación a GNC, pero que compiten al mismo nivel que los diésel. A todo ello súmale una campaña de marketing sin precedentes en esta tecnología y el prometido bajo coste por kilómetro. A día de hoy no cabe la menor duda, adquirir un coche de tipo bifuel, volvemos a remarcar que es bifuel y no híbrido tal y como se promocionan, es posiblemente la mejor opción para aquellos que buscan un coche ahorrador a un precio asequible, quedando en una posición muy ventajosa frente a híbridos e incluso los diésel más parcos en consumo.

Para hacernos una idea de las diferencias en tanto al coste de adquisición de un coche movido por GNC tomaremos como ejemplo el SEAT Ibiza, modelo que en su acabado Style puede combinarse con un motor gasolina 1.0 TSI de 95 CV por un precio de 13.820 euros, mientras que la opción GNC a igualdad de acabado es un propulsor 1.0 TGI de 90 CV por 15.680 euros. La opción diésel equivalente sería el motor 1.6 TDI de 95 CV por 16.110 euros. Estos precios corresponden a importes de tarifa, pero tal y como pudimos comprobar en la prueba del SEAT Ibiza TGI, existen promociones para hacer más atractivo el salto al GNC.

Etiqueta ECO: una ventaja a futuro

El etiquetado de emisiones de la DGT ha llegado a nuestras vidas para quedarse. A día de hoy apenas supone una pegatina en el cristal de nuestro coche, bueno, ahora también se ha estrenado el etiquetado de emisiones para motos. Sea como fuere la DGT ha esteblecido unas directrices muy claras para favorecer el uso de tecnologías de propulsión alternativas, segmentación donde el GNC sale ganando gracias a una consideración de etiqueta ECO (modelos nuevos o post Euro 3), colocándolo al mismo nivel de vehículo movidos por GLP (Gas Licuado de Petróleo), GNL (Gas Natural Licuado) o sistemas de propulsión híbridos no enchufables.

Con la consideración de etiqueta ECO los vehículos movidos por GNC gozan de ventajas en materia de regulación en periodos de alta contaminación, especialmente cuando se establezcan zonas de exclusión, zonas de aparcamiento regulado, etc. A futuro es más que probable que se implanten nuevas medidas para favorecer a las etiquetas «ECO» y «0 emisiones», medidas como bonificaciones en el impuesto de matriculación, el impuesto de circulación, peajes o el uso de determinadas vías.

Mantenimiento de un coche que usa gas natural comprimido

Frente al uso de gasolina convencional, la combustión del GNC es mucho más limpia por ser un compuesto menos complejo con además menor tendencia a la generación de depósitos o residuos. De hecho, el GNC (metano) es incluso un combustible aún más limpio en materia de combustión que el GLP (propano/butano). Esto nos deja con motores capaces de extender sus periodos de mantenimiento por más tiempo, especialmente en lo que concierne a bujías, aceite lubricante, etc. Otro punto a considerar es que un coche a GNC es un vehículo más complejo que el mismo coche sin adaptación, ofreciendo además un importante incremento del peso que puede rondar fácilmente los 90-100 Kg. Los sistemas que funcionan con GNC parten del uso de una o varias bombonas donde es almacenado el GNC a una presión de 200 bares, contando además con un sistema de alimentación completamente independiente. Esta adaptación, pese a venir diseñada e instalada de fábrica, supone sin duda un punto que se debe considerar y del que merece la pena preguntar para informarse sobre vida útil, posibles revisiones, etc.

La adaptación a GNC también es posible, y tal y como a sucede con el GLP, poco a poco proliferan los talleres donde es posible realizar una conversión a GNC para nuestro motor. Dicho esto los dos principales hándicaps serán por un lado el coste de la transformación y homologación, y por otro el espacio que perderemos para ubicar la o las bombonas de almacenamiento. En este punto merece la pena comparar con el GLP, ya que para ambos factores ofrece mejores precios y un menor impacto en el espacio de carga.

¿Cuánto cuesta moverse usando sólo GNC?

El bajo coste en consumo es sin lugar a dudas el factor clave que está llevando al GNC a ser el combustible de moda. Si quieres empaparte bien de lo que supone tener un coche a GNC, te recomiendo que leas detenidamente la prueba del Skoda Octavia 1.4 TSI G-TEC de mi compañero Sergio Álvarez, también el especial 16 preguntas y respuestas sobre el GNC. Lo primero que debemos tener en cuenta es que el consumo de GNC se mide en kilogramos, mientras que el del resto de combustibles como gasolina, diésel o GLP se mide en litros.

Para hacer una valoración del coste en consumo hablaremos de consumo medio real para un vehículo de tipo urbano (segmento B) con motor en torno a los 90-100 CV. De este modo, para un consumo de gasolina 95 de 6,5 l/100 km tendremos un coste de 8,3 euros cada 100 kilómetros (precio de 1,278 €/l), para un consumo de diésel de 5,5 l/100 Km tendremos un coste de 6,52 euros cada 100 kilómetros (precio de 1,185 €/l), para un consumo de GLP de 6,5 l/100 Km (que suele ser mayor y además quema algo de gasolina en los arranques) tendremos un coste de 4,27 euros cada 100 kilómetros (precio de 0,657 €/l) y por último, para un consumo de GNC de 3,4 Kg/100 Km tendremos un coste de 3,20 euros cada 100 kilómetros (precio de 0,94 €/Kg). Podemos decir sin tapujos que a igualdad de vehículo y prestaciones, moverse consumiendo GNC es lo más barato que existe en tanto a motores de combustión interna

La problemática de dónde repostar

En estos momentos en España existen 57 puntos de repostaje de GNC, también llamadas gasineras, según GASNAM. Se trata de una infraestructura escasa a todas luces, que además peca de concentración en la comunidad de Madrid. La zona sur y oeste de la península ibérica apenas alcanza la decena de estaciones, lo que hace imposible sopesar en estas zonas la adquisición de un coche movido por GNC al no tener dónde repostar. Según señala la propia SEAT, en España se necesitan al menos 300 gasineras para impulsar la tecnología y poder así convencer al cliente sobre las posibilidades de esta alternativa. Gas Natural Fenosa, que gestiona 31 de las estaciones públicas de gas natural operativas en España (del total de 57 que existen) y ha establecido un acuerdo de colaboración con el Grupo Volkswagen, se ha comprometido a crear 50 nuevas estaciones de repostaje de GNC para este año 2018, lo que nos dejaría con poco más de un centenar de gasineras en todo el territorio. Sin lugar a dudas hablamos de una promesa interesante, pero a todas luces una cifra escasa si se pretende convertir al GNC en una alternativa real, más aún teniendo en cuenta que la proporción entre estaciones de GNC y GLP es de 1 a 10.

Fuente: Gas Natural Fenosa | GASNAM | T&E | SEAT | Ministerio de Energia

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