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Aunque la producción del Dodge Viper ya ha terminado, la víbora se despide batiendo nuevos récords en Nürburgring

El Dodge Viper ha sido uno de los coches deportivos más especiales de los últimos años. No es un muscle car, y tampoco es un suerdeportivo al uso. Es un deportivo único, una ágil máquina de propulsión que ha llevado al extremo de la técnica sus aparentes desventajas: un pesado V10 atmosférico de 8,4 litros de cubicaje, y una caja de cambios manual. Un coche cuya producción era casi artesanal, cuyo coste no compensaba su nivel de ventas, propio del coche «de nicho» que era. ¿Por qué hablo en pasado? Porque el último Dodge Viper salió hace un par de semanas de fábrica, quizá para nunca volver.

La defunción del Dodge Viper es triste para cualquier aficionado al motor, pero peor habría sido no haber tenido entre nosotros un coche tan especial, ¿no?

Fue Ralph Gilles, director de diseño del Grupo FCA, el que anunciaba de forma triste el final definitivo de la producción del Dodge Viper. Aunque su fin estaba anunciado desde 2015, las líneas de la pequeña instalación productiva de Hamtramck – conocida como Corner Assembly Plant, situada en el corazón urbano de Motor City, Detroit – se habían mantenido activas fabricando ediciones especiales de despedida (ver artículo sobre las ediciones especiales del Dodge Viper). El fin de la víbora motorizada supone un enorme varapalo para Hamtramck que cerrará sus puertas sin visos de reapertura.

So long… #Viper

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Todos los Dodge Viper han sido fabricados en Hamtramck, así como sus propulsores y proyectos experimentales de Chrysler, como el apasionante Plymouth Prowler. En conjunto, de sus puertas han salido algo más de 25.000 unidades del deportivo de diez cilindros. El último Viper fabricado ha sido un coupé de color rojo, con llantas cromadas, que irá a parar al museo del Grupo FCA. El último Dodge Viper vendido a un cliente ha sido un ACR de color amarillo – como ya sabéis, los Dodge Viper ACR están abiertamente enfocados al circuito. En unos años, estamos seguros que este coche cambiará de manos por enormes sumas de dinero.

Bajas ventas y una costosa adaptación de nuevos airbags han convertido la producción del Dodge Viper en una empresa muy poco rentable. Pero el Viper se ha ido por la puerta grande.

El motivo por el que el Viper ha dejado de producirse no ha sido únicamente su baja rentabilidad. FCA podría haber soportado más años de pérdidas, pero el rediseño exigido por la administración estadounidense para instalar airbags de cortina habría encarecido su producción en demasía. En este punto, me gustaría recordar que sólo la tercera generación del Dodge Viper ha sido equipada con ayudas electrónicas a la conducción. Aunque el Dodge Viper haya desaparecido de forma oficial, se ha ido por la puerta grande, y lo ha hecho batiendo su récord existente en Nürburgring.

El Viper sorprendió al mundo hace un cuarto de siglo, con una primera generación de concepto radical, tanto por estética como por prestaciones. Muchos pensaban que el Viper era el típico «hierro americano» que sólo corría mucho en línea recta, pero desde sus primeros compases, el Viper demostró que era intratable como coche de competición: su multitud de exitosas incursiones en Le Mans son la prueba fehaciente de ello. Su segunda y tercera generación han gozado de versiones ACR (American Club Racing), con una puesta a punto de tren de rodaje y aerodinámica, enfocadas a la máxima eficacia en circuito.

El Dodge Viper ACR posee el título de coche de calle más rápido en nada menos que 13 circuitos estadounidenses, incluido el mítico trazado de Laguna Seca.

La segunda generación del Dodge Viper logró un tiempo en 2011 de sólo 7 minutos y 12 segundos, un tiempo que el Nissan GT-R NISMO tardó dos años en superar. Un intrépido grupo de aficionados a la marca – sin apoyo oficial, gracias a una exitosa campaña de crowdfunding – lograban un récord de 7:03.23 con un ACR de tercera generación hace unas semanas. Su objetivo era bajar de los siete minutos, y su tiempo final tras el último intento ha sido de 7:01.30. Un tiempo espectacular, pero ligeramente más lento que el de Porsche 918 Spyder o Lamborghini Aventador SV, y lejos de los objetivos del equipo de pilotos.

Varios fallos mecánicos y un accidente han dado al traste con el intento de récord. Uno de los coches sufrió una pérdida de aceite en el diferencial a causa de un tornillo de vaciado mal apretado. Dos unidades sufrieron fallos de neumáticos, suministrados por Kumho. Uno de los fallos fue un reventón, a más de 260 km/h y en pleno apoyo. El fallo propició un accidente sin daños personales que dejó fuera de combate al deportivo pilotado por Lance Arnold. Antes del accidente, Arnold logró dar una vuelta al mítico trazado en sólo 7:01.30, a sólo cuatro segundos del tiempo marcado por el Porsche 918 Spyder.

Sin tracción integral, con un pesado cambio manual y sin apoyo oficial de la marca, un tiempo de vuelta de 7:01.30 es digno de todos los elogios.

Es una pena que este esfuerzo privado haya quedado truncado por estos problemas, pero pueden irse orgullosos de vuelta a Estados Unidos. El equipo estaba plenamente confiado en poder rodar en torno a los 6 minutos y 55 segundos, tras semanas de pruebas y puesta a punto del Extreme Aero Pack del Dodge Viper ACR. Con todo, y aunque quede el resquemor de lo que podría haber sido, este «hierro americano» – no olvidemos, equipado con una caja manual, sin tracción integral y con una potencia de 650 CV, inferior a la de 918 Spyder o Aventador SV – puede irse por la puerta grande. ¡Larga vida al Dodge Viper!

Fuente: R&T

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