Con la llegada de la nieve a muchos lugares de la mitad norte de la Península Ibérica, quizá hayas pensado en comprar un 4×4 asequible de segunda mano con el que poder divertirte fuera del asfalto. Aunque probablemente no hayas pensado en él, dado el altísimo prestigio de su marca, un Porsche Cayenne de la primera generación (955) es un automóvil que cumple ampliamente con la faceta de todoterreno que buscas sin dejar de ser un vehículo confortable, lujoso y polivalente que, independientemente de su motorización y de su antigüedad, obtiene el distintivo medioambiental C de la DGT.
El primer SUV de Porsche cumple 22 años, pero continúa fresco y referente en 4×4
El Porsche Cayenne original se fabricó entre 2002 y 2010 con una actualización estética y tecnológica en 2006, justo a mitad de su ciclo de vida comercial. Fue el primer SUV de Porsche y, hasta la llegada del Macan en 2014, el producto más exitoso del fabricante alemán. Conocido por el código de modelo 955, se caracterizó por ser un coche muy versátil, pues demostraba grandes capacidades “off road” sin renunciar a un excelente comportamiento dinámico y un nivel de prestaciones notablemente superior al de sus rivales directos: BMW X5 y Mercedes Clase M.
Pese a su consideración de todocamino de lujo, pues lleva un chasis de tipo monocasco y el máximo equipamiento al que podía aspirar en la época, este Cayenne destaca por instalar una transmisión con una caja reductora así como un sistema de tracción total permanente con un diferencial central electrónicamente bloqueable. La suspensión es independiente en ambos ejes para garantizar su buen hacer sobre la carretera, pero su construcción y puesta a punto resultan indicadas para enfrentarse a serios obstáculos.
Potente y barato a costa de su mantenimiento
El Cayenne 955 es uno de esos coches usados con más de 300 CV que se pueden hallar por menos de 10.000 euros en España actualmente. En estos casos, los potenciales compradores han de tener en cuenta que se trata de vehículos con ciertas edades y elevadas cilindradas que los convierten en máquinas costosas de mantener pese a su bajo precio. El Porsche en cuestión no es una excepción y eso que goza de las ventajas de la pegatina C en cualquiera de sus versiones.
La primera generación del SUV estuvo a la venta con dos propulsores de gasolina. El de acceso era un VR6 3.2 de Volkswagen que compartió, entre otros componentes, con el Touareg. Ese motor entregaba hasta 250 CV en el Cayenne “a secas”. El tope de gama era un V8 4.5 que desarrollaba 340 CV en su configuración atmosférica, S, y 450 o 520 CV en las sobrealimentadas, Turbo y Turbo S. Como curiosidad, existen unidades de las combinaciones menos prestacionales que equipan un cambio de marchas manual con 6 velocidades en vez de automático, mediante convertidor de par, con idéntico número de relaciones. La tara va de las 2,1 a las 2,3 Tn.
Hoy en día, la mayoría de ejemplares con menos de 200.000 km y en buen estado del Cayenne básico, cuyo consumo medio real es de unos 15 l/100 km, están a la venta por menos de 10.000 euros. A cambio de ese dinero se obtiene un modelo histórico para Porsche que, con 4,78 m de largo, 540 l de maletero y 100 l de depósito, deja de ser un mero capricho 4×4 para convertirse en un automóvil más práctico de lo que parece.