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Previo del G.P. de Gran Bretaña 2012: ménage à trois en Silverstone, la cuna del mundial de F1

Tras la cita valenciana del G.P. de Europa, la F1 inicia la etapa más interesante del calendario, y lo hace sobre el asfalto de Silverstone, el lugar donde hace 62 años y dos meses se daba el banderazo de salida al Campeonato Mundial de Pilotos tal y como lo conocemos, escenario en el cual, este próximo fin de semana, se celebrará el G.P. de Gran Bretaña.

Silverstone, tierra mítica tanto para aficionados como para escuderías y pilotos, acoge la nona prueba de esta temporada con un trazado renovado en 2010, que incorporó al anterior diseño el moderno sector interior Arena, una zona rápida que comienza con un giro amplio abierto hacia la derecha a partir de Abbey, y que tras atravesar las enlazadas de las que toma prestado el nombre, aborda a través de una recta de tamaño medio (Wellington) el enlace con Brooklands, olvidando completamente curvas tan características del circuito británico como Bridge y Priory —al año siguiente de la remodelación, en 2011, se trasladaba de lugar la recta de meta, situándola después de Club, originando con ello una agria polémica que aún se mantiene viva—.

Sea como fuere, tratándose de un circuito de la vieja guardia, levantado sobre un aeródromo que fue utilizado durante la II Guerra Mundial, y sus aledaños, Silverstone es sinónimo de velocidad. Ofreciendo un bonito equilibrio entre curvas de paso rápido, enlazadas interesantes y rectas de diferentes longitudes, así como algunos giros de paso medio que no empobrecen el recorrido, supone el típico trazado en el que destacan las prestaciones puras de las máquinas y las manos de los pilotos, quienes tienen que mantener un altísimo nivel de concentración porque lo errores se pagan caro, no tanto por lo que pueden llegar a suponer para sus vehículos, sino por el tiempo que se pierde con respecto a los rivales.

Este año se prevé lluvia, lo que sin duda podría animar aún más si cabe la primera prueba que se disputará sobre un trazado realizado ex profeso para disputar carreras desde que la F1 pasara por Montmeló (G.P. de España). Así, tras haber dejado atrás Monte-Carlo, Montreal y Valencia, todos ellos circuitos urbanos o semiurbanos, la cita en Silverstone adquiere una perspectiva muy interesante de cara a valorar las auténticas posibilidades de los diferentes contendientes de la parrilla, ya que el asfalto ofrece un grip adecuado y el diseño del circuito es lo suficientemente elaborado y complicado como para que suponga una auténtica prueba de fuego para motores, mecánica, eficiencia aerodinámica y sin duda, también para la calidad de los conductores.

Fernando Alonso llega al G.P. de Gran Bretaña como líder absoluto del Mundial, toda vez que Sebastian Vettel y Lewis Hamilton, por diferentes avatares, no lograron puntuar en Valencia, lo que no es óbice para que los tres pilotos sigan manteniendo el pulso que los destaca en una tabla general en la que se ha colado Mark Webber como invitado, ya que tanto Ferrari como Red Bull y McLaren, no han rendido sus brazos y traen a Silverstone abundantes novedades y evoluciones con las que intentarán limar cualquier atisbo de diferencia. En el desafío propuesto para que dé comienzo dentro de unas horas hay que contar, indudablemente, con el expléndido estado de forma de Lotus, puesto que la de Enstone, a pesar de seguir siendo una completa incógina, sigue dando muestras de estar lo suficientemente cerca de la cabeza como para poder meter el miedo en el cuerpo a las grandes como éstas se descuiden lo más mínimo.

Características: Silverstone es un circuito cuya cuerda es de 5,891 km., en la que a lo largo de 52 giros, los monoplazas deberán recorrer una distancia total de 306.198 metros.

Aerodinámica: Al tratarse de un trazado levantado sobre un antiguo aeródromo, como comentábamos antes, Silverstone está inevitablemente expuesto a las rachas de viento, lo que puede afectar al equilibrio de los vehículos, originando que aunque la exigencia aerodinámica sea nominalmente media-alta, haya que andarse con sumo cuidado en este aspecto. Debido a esta impredecible circunstancia, a la necesidad de obtener la suficiente adherencia en las curvas rápidas y la suficiente holgura en las rectas —al no ser especialmente largas pueden complicar los adelantamientos—, el trabajo de ingenieros y mecánicos sobre los monoplazas pasa por ser uno de los más delicados de toda la temporada.

Suspensiones: Las necesidades de agarre mecánico en Silverstone son de primer orden, sobre todo en aras de que el coche se muestre competitivo en curva, de manera que el trabajo sobre las suspensiones suele pasar por endurecer las de la parte delantera y ablandando las de la trasera, mientras se baja ligeramente el chasis para no entorpecer el equilibrio aerodinámico.

Motor y frenos: Las exigencias sobre los propulsores son bastante altas pues la prioridad en Silverstone es asegurar que el motor rinda bien a tope de revoluciones, ya que las curvas rápidas se pasan con el acelerador pisado literalmente a fondo, o casi, lo que origina que durante alrededor del 66% del giro, el pedal esté en su posición más baja.

Los frenos, sin embargo, sufren poco por la misma razón: la velocidad es alta en la mayor parte del recorrido y las frenadas no son abruptas y están bien repartidas a lo largo del trazado, lo que favorece la necesaria refrigeración.

Neumáticos: El asfalto de Silverstone ofrece un grip que sin ser demasiado abrasivo ayuda a mantener los monoplazas en pista y a que la tracción resulte adecuada. Pirelli varía su elección de compuestos con respecto a Valencia, trayendo a la cita británica los blandos (vitola amarilla) y los duros (vitola plateada), lo que propone como adecuadas las estrategias a 3 paradas.

DRS: Al igual que ocurriera el año pasado, se ha habilitado un único sector para su utilización, en la recta Wellington de la moderna sección Arena. La zona de detección se encuentra antes de la curva 3, la de activación está situada entre las 4 y 5, y la de conclusión, ligeramente antes de llegar a la 6.

Consumos: Las estimaciones son de unos 2,34 kg. de combustible por cada giro, con una ganancia de aproximadamente 0,39 décimas por cada 10 kg. utilizados.

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