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Camino de Santiago en un Chevrolet Volt (día II). Regenerando energía y el porqué de su precio

Esta mañana he salido para Almería con el Chevrolet Volt. Nada más salir de casa he pasado por la gasolinera más cercana a llenar el depósito. Hasta llegar a ella, he podido circular en modo eléctrico por la ciudad, a pesar de que la autonomía eléctrica marcaba 0 kilómetros, debido al buffer de seguridad que ayer os comenté. En realidad, la batería no se agota y, aunque la autonomía marque cero, existe exactamente un 23% de carga en ella. En un hipotético caso de que se agotase ese 23% (nunca debería pasar, salvo un fallo del software) se rompería y habría que remplazarla por una nueva. De todas formas, las baterías disponen de una garantía de 8 años ó 160.000 kilómetros.

Circulando por ciudad me llama mucho la atención el tacto del pedal del freno, que es distinto a cuantos vehículos he probado. El freno electrohidráulico está asociado al sistema de regeneración de energía, de forma que la batería se recarga en las frenadas. Hay que acostumbrarse al pedal del freno, que tiene un toque muy artificial, duro y… ¡parece que no frena! En el último momento hay que pisarlo muy a fondo. Es difícil detenerlo con suavidad y, me atrevería a decir, en condiciones de seguridad.

Aunque llenemos el depósito hasta arriba, el indicador nunca se completa

“El motor de combustión trabaja de forma prácticamente inaudible, hasta el punto que apenas se distingue que está funcionando”

Llenar el depósito en la gasolinera es asequible porque sólo cubica 35 litros el mismo. Con algo menos de 50 euros, puedes llenarlo y disfrutar de una autonomía entre 400 y 500 km. Me llama la atención que, a pesar de haber llenado el depósito hasta arriba, el marcador del cuadro de instrumentos no indica que el depósito esté lleno por completo. Vuelvo a situarme en el surtidor y echarle gasolina hasta arriba. Le introduzco un litro más, pero el indicador no se mueve. Probaremos la próxima vez…

Mientras estamos llenando el depósito, dos personas se acercan y me preguntan por su precio: 44,525 euros. Me dicen que les gusta mucho su diseño y me preguntan por sus prestaciones. Ya veo que el Volt no está pasando desapercibido. Su estética vanguardista puede llamar la atención como el que más. Como curiosidad, deciros que sólo se ha vendido una unidad en nuestro país… concretamente en Santiago de Compostela, nuestro destino.

Debido al buffer, puedes circular en modo eléctrico por ciudad aunque no quede batería

El Chevrolet Volt es el MacBook Pro Retina de los automóviles

Me encanta el nuevo MacBook Pro Retina, pero sus 2.300 euros de precio base me echan para atrás. ¿Es justo ese precio? Tecnología avanzada para los tiempos que corren, dicen. Con el Chevrolet Volt ocurre algo similar y el tema del precio es algo incómodo. Con unprecio de 44.525 euros (sin contar 4000 euros de ayudas estatales), estamos hablando de “palabras mayores”. Por ese valor podemos adquirir una berlina Premium como un Mercedes Clase E o un BMW Serie 5… o, ahorrarte 14.000 euros respecto a algo más modesto como un Volkswagen Passat 2.0 TDI de 140 CV…

Aprovechando los descensos para recargar las batería

Todo listo, así que partimos camino de Almerimar, donde recogeremos al grupo con el que vamos a hacer el Camino de Santiago. Para ir a Almería, cogeremos la carretera que baja a Motril, intentando aprovechar el gran desnivel para recargar ligeramente la batería al frenar y en desaceleración. Si funciona bien el sistema de regeneración de energía, la batería debería recargarse lo suficiente para hacer algún kilómetro en modo eléctrico.

“Su precio es de 44,525 euros pero, con las ayudas estatales, se queda en 40,525 euros. Entraría en el Plan Pive, pero no se puede solicitar porque Chevrolet no facilita la ayuda del fabricante”

En autovía hay dos cosas que me siguen llamando enormemente la atención. Éstas son el buen aislamiento acústico del interior del habitáculo que, junto con el sonido tan discreto que produce el motor térmico, casi parece que circulamos en modo eléctrico. En la mayoría de ocasiones, el motor trabaja de forma prácticamente inaudible, hasta el punto que apenas se distingue que el motor de combustión está funcionando. En cambio, al exigirle mucha potencia en pendientes, funciona a un alto régimen de giro y sí es perceptible desde el interior del habitáculo. Además, los neumáticos (especiales para la versión europea) son de baja rodadura para disminuir el ruido y mejorar la autonomía eléctrica. Como dije ayer, parece que voy en un Mercedes Clase S.

Una vez en Motril, se acaba la autovía y tomamos la N340 en dirección Almería. Es una carretera secundaria y hay tráfico, por lo que no superamos los 60 km/h y he podido circular en modo eléctrico, a pesar de que la autonomía eléctrica seguía marcando 0 km. No sabía cuantos kilómetros duraría esta situación, supuse que 5 ó 10. Finalmente han sido unos 15-20 kilómetros, casi hasta llegar a un pequeño pueblo llamado Castell de Ferro. De ahí hasta Almería el motor de combustión volvió a funcionar, aunque intermitentemente podíamos circular en ciudad unos metros “tirando” de la energía almacenada en la batería. Una vez en Almerimar, nuestro consumo había subido a 6.6 litros/100 km, desde nuestra salida de Madrid.

Segundo intento de carga

Intentamos ponerlo a cargar en el aparcamiento de la urbanización donde nos alojamos en Almerimar. La carga comienza. Parece que todo va a ir bien…

Pero, pasados unos diez minutos, se interrumpe. A los pocos segundos la carga vuelve a comenzar y, nuevamente, se detiene. Así sucesivamente hasta que, tras varios intentos, suenan las alarmas del Volt y la carga se detiene por completo para no dañar la batería. Retiramos el cargador y pasada media hora repetimos el proceso. El error se repite. ¿Estará roto el cargador?

Mi gozo en un pozo. Quiero cargar el Volt y después de dos días no he podido hacerlo. Me frustra un poco pero, en cierto modo, en eso consistía el experimento: enfrentar al Volt al día a día, para ver si estamos preparados. Podría haberlo cargado en el punto de carga para vehículos eléctricos del Corte Inglés de El Ejido, pero ya eran las ocho y media de la tarde y no compensa recorrer 13 kilómetros de ida y otros 13 de vuelta para sólo cargarlo durante una hora… otro día será.

En Diariomotor: Chevrolet Volt | Camino de Santiago en un Chevrolet Volt

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