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Ni la limusina de Obama se salva de repostar el combustible equivocado

Durante estos días, el presidente de los Estados Unidos – Barack Obama – se encuentra de gira por Oriente Medio. Por supuesto, su limusina blindada Cadillac le acompaña cual fiel compañera. Esta limusina es una de las más avanzadas y protegidas del mundo, tiene su propio sistema de oxigenación, blindaje capaz de soportar el impacto de bombas caseras, granadas o disparos de francotirador. Y aún así, esta avanzadísima máquina, capaz de hacer frente a todo tipo de peligros, siempre consigue ser fuente de anécdotas embarazosas, que la dejan fuera de servicio.

La primera situación embarazosa aconteció hace dos años, cuando el Cadillac quedó atascado a la salida de un edificio: su larga batalla hizo que los bajos chocasen con el suelo y el coche no pudiese continuar. La siguiente situación embarazosa ha tenido lugar esta semana en Israel. Como sabéis, la limusina emplea un motor diésel de origen comercial, pero un conductor que fue a repostarla, quizá por no saber leer hebreo o por no comunicarse bien con el empleado de la gasolinera, llenó el depósito con gasolina convencional.

Ni la limusina de Obama se salva de repostar el combustible equivocado

Como resultado, la limusina no llegó a arrancar, o si lo hizo, la gasolina habría provocado grandes averías en el motor. El diésel cumple una función lubricante que la gasolina no tiene, por ello puede destrozar los componentes internos de un motor diésel. Tras el bochornoso incidente, la limusina ha sido vista en una grúa, camino a un taller o de vuelta al avión de apoyo de Obama. Según se comenta, un vehículo idéntico ha reemplazado a esta limusina, esperamos que esta vez con el combustible adecuado en el depósito.

Como podemos ver, ni el hombre más poderoso del planeta puede librarse de un error que es por desgracia más común de lo que parece. Si nos ocurre algo parecido y nos damos cuenta justo al terminar el repostaje, lo mejor es ni siquiera encender el motor, y llamar a la asistencia para que drenen el tanque de combustible. Si hemos llegado a encender el motor y no hemos notado aún nada raro, lo mejor es apagarlo inmediatamente y repetir el paso anterior. Si el motor se ha parado por tener el combusible equivocado… la factura va a ser cara, desgraciadamente.

Fuente: Autoevolution
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