Gran Premio de Bélgica. Sebastian Vettel vence y se afianza en el liderato

Con Greenpeace de invitada de última hora, el Gran Premio de Bélgica en su edición de este año daba inicio con una temperatura del asfalto que rondaba los 26º (fría en todo caso para el rendimiento óptimo de los Pirelli propuestos para la prueba) y con el aliciente de que por un lado Sebastian Vettel y Lewis Hamilton, el poleman, salían desde la primera línea de parrilla, y por otro, que Kimi Raikkonen y Fernando Alonso, principales rivales al título para el tricampeón del mundo, lo hacían desde la 8ª y 9ª posición, respectivamente.

Sin embargo, la alegría se nos acababa a los aficionados al cabo de un puñado de vueltas. La lluvia no hacía acto de aparición y el endurecimiento de los compuestos Pirelli reducía las alternativas estratégicas a tan solo dos paradas o en su caso, una; lo que ha restado incertidumbre a la prueba en su conjunto y más si cabe, cuando tras la salida, rápida y limpia por cierto, Lewis Hamilton ha sido superado por Sebastian Vettel antes de haber llegado a Les Combes, para dominar las 44 vueltas restantes desde esa posición en la que el RB9 y su piloto alemán resultan un binomio imbatible.

No obstante, los primeros compases de la carrera nos han permitido ver a un Fernando Alonso en estado de gracia quien partiendo 9º, como decíamos antes, ha sido capaz de superar a Mark Webber antes de entrar en Eau Rouge para seguir la estela de Jenson Button, en quinta posición, lugar en el que el asturiano de Ferrari tampoco es que haya estado mucho, ya que para la vuelta 6, superados el británico de McLaren y Nico Rosberg, el rosso ya comenzaba su caza sobre Lewis Hamilton, de quien se desharía unos giros más tarde para, como él mismo ha reconocido en el podio, comenzar a aburrirse porque Sebastian Vettel resultaba totalmente inasequible.

Una vez las plazas se han comenzado a afianzar conforme pasaban las vueltas, ni siquiera con el baile de las primeras paradas en garajes las cosas tenían visos de cambiar en pista. A cambio, hemos podido disfrutar de numerosas peleas en posiciones medianeras, que han ofrecido así un bonito espectáculo y razones a la FIA para impartir justicia, mientras, la realización del Gran Premio nos servía a los telespectadores una de las pruebas más herméticas e indescifrables de lo que llevamos de campeonato, en la que ha habido incluso momentos en los cuales el equipo de A3 no sabía ni dónde estaba cada piloto.

Llegados a la mitad de la carrera, alrededor de la vuelta 22, comenzaba a estar meridianamente claro que Sebastian Vettel iba a lograr su quinta victoria de esta temporada, que Fernando Alonso, a pesar de la hazaña realizada, iba a ser incapaz de evitar que el de Heppenhein le endosara 7 nuevos puntos de ventaja, y que la 3ª plaza iba a ser de Mercedes AMG.

En líneas generales, el Gran Premio de Bélgica ha resultado bastante previsible y a ratos soso, aunque no por ello ha dejado de ofrecer momentos muy interesantes. Ahora bien, tal vez las expectativas que se levantaron ayer fueron demasiado halagüeñas o el tiempo no ha respondido, o como decíamos al comienzo, la temperatura fría del asfalto sumada a la dureza de los compuestos Pirelli ha arrojado un saldo excesivamente conservador a la hora de establecer las estrategias por parte de los equipos; en todo caso, no se puede negar que ha resultado extremadamente conformista.

Así, en la antesala del podio, hemos podido ver en oposición a la cordialidad y satisfacción de los rostros de Sebastian Vettel y Lewis Hamilton, cada uno por diferentes motivos, que en la de Fernando Alonso pesaba seguramente la sensación de impotencia ante el hecho de haber remontado para quedarse a la cola de un vehículo y un piloto que hoy por hoy, con los últimos cambios que Pirelli ha sometido a sus compuestos, resulta prácticamente imbatible.