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París restringe el tráfico por matrículas pares e impares. Cuando las barbas de tu vecino veas pelar...

Imagina por un momento que de un día para otro se te prohibe utilizar en coche en la ciudad, enterarte de que mañana estarías obligado a utilizar el transporte público, o buscar otra solución, por el hecho de que tu coche tenga matricula par y mañana sea día 19. Precisamente esta situación, tan compleja y desconocida para los ciudadanos de muchas urbes en países desarrollados, se produjo en la Ciudad de la Luz, París, que durante unos días se transformó en la ciudad del humo y la polución.

Durante 24 horas se establecieron restricciones al tráfico rodado en París y alrededores. Se trató de una medida casi a la desesperada para intentar reducir los niveles de partículas en suspensión, que alcanzaron cifras muy superiores a los límites que la OMS (Organización Mundial de la Salud) consideraría seguros. Al no prolongarse por más de un día, esta medida tan solo conllevó un inconveniente mayor a los propietarios de coches con matrículas pares, que ayer tuvieron que dejar el coche en casa o arriesgarse a una multa de 22€.

Las autoridades reconocen que los agentes de tráfico repartidos por la ciudad, que por supuesto aumentaron su presencia, multaron a 3.859 conductores con matrículas pares.

El diésel en tela de juicio

Madrid

Francia acusa al diésel por su responsabilidad en las altas concentraciones de partículas en suspensión en el aire de París. Planean una legislación más dura con el gasóleo.

Las partículas en suspensión, y más concretamente las denominadas PM10 por tener un diámetro aerodinámico inferior a los 10 µm, son consideradas por la OMS como uno de los mayores riesgos para la salud de la polución ambiental de las grandes ciudades. Para estas partículas la OMS ha establecido unos límites de seguridad en niveles promedio de 20 μg/m3 en el cómputo anual y 50 μg/m3 en días determinados en los que la polución alcanza niveles inéditos. En París estos días se alcanzaron medias en torno a los 180 μg/m3.

La principal responsable de que estas partículas se acumulen en el aire de nuestras ciudades es la combustión del gasóleo. Por supuesto que no solo se debe a la combustión de nuestros automóviles diésel, también hay que tener en cuenta el funcionamiento de calderas e industrias que trabajen con gasóleo.

Pero efectivamente da que pensar. Durante tantos años se ha intentado transmitir que el único peligro al que nos enfrentábamos era el CO2 y por el camino las autoridades han permitido y propiciado la adquisición y utilización de coches que, por contra, emiten otras partículas y otros gases no menos contaminantes y dañinos para la salud.

En España ya estamos sufriendo problemas tan graves como el de París

En España algunas ciudades están sufriendo la contaminación por otra de las consecuencias de la combustión de gasóleo, las emisiones de NOx y su transformación por la acción solar en ozono.

Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar. En algunas ciudades españolas, como Madrid, por suerte no tenemos un problema tan grave de concentración de partículas PM10. Pero sí existen precedentes, sin ir más lejos el verano pasado, de altísimas concentraciones de ozono, que junto con las altas temperaturas veraniegas pueden ser un grave riesgo para la salud, especialmente para personas con problemas respiratorios. El ozono también es consecuencia de la combustión del gasóleo, puesto que su formación se produce por altas concentraciones de oxidos de nitrógeno (NOx), monóxido de carbono (CO) y la acción de los rayos del sol.

El ozono es uno de los mayores problemas a los que se enfrenta Madrid, derivado de la altísima radiación lumínica que recibe la capital española – especialmente en verano – y la acumulación en su aire de altas concentraciones de dióxido de nitrógeno, derivado – entre otras cosas – de una alta concentración de vehículos diésel emitiendo gases contaminantes. Precisamente las normativas europeas que entrarán en vigor en los próximos años (Euro VI) pondrán cerco a las emisiones de estos gases mediante la instalación, en el caso de los diésel, de catalizadores especiales para neutralizar los NOx.

Ciudades como Madrid tendrán que enfrentarse a restricciones tan importantes como la de París, so pena de sanciones millonarias por parte de la Unión Europea.

Hasta la fecha, Madrid no ha tenido que recurrir a medidas tan “radicales” y sobre todo impopulares como la que se llevó a cabo estos días en la capital francesa. Durante el pasado verano se aplicaron algunas restricciones, pero ni mucho menos llegaron hasta este punto. En París, estos días no solo se ha producido la restricción de tráfico privado para matrículas pares (en días pares) e impares (en días impares) sino también se llegó a ofrecer transporte público gratuito.

Pero incluso teniendo en cuenta que el tráfico privado no es el único responsable de las altas concentraciones de NOx, al final tendrán que tomarse medidas muy drásticas. Madrid – y otras ciudades españolas como Barcelona y Palma de Mallorca – están bajo la lupa de Bruselas (véase noticia en El País) y la Unión Europea ha negado la prórroga por considerar que las medidas que se están llevando a cabo para reducir estas emisiones, no son suficientes. Tengamos en cuenta que la mayoría de las medidas que propone Bruselas son altamente impopulares, como ampliar el horario del aparcamiento regulado por parquímetros y sus tarifas, también otras muy beneficiosas como mejorar la flota de taxis y autobuses, mejorar la calidad del transporte público y fomentar el uso de la bicicleta.

Si Madrid sigue alcanzando niveles tan altos de contaminación, en este caso de NOx y ozono, al final el Estado tendrá que pagar cuantiosas multas. Y mucha atención, porque estamos hablando de legislación común y sanciones, que ni tan siquiera estamos destacando lo dañina que resulta esta situación para la salud de los ciudadanos. En otras palabras, que por impopular que resulte, es probable que en los próximos años, o incluso meses, nos veamos en situaciones muy parecidas a la que ha vivido París en estos días.

En Diariomotor: Debate #MovilidadCiudades en Twitter: ¿Cómo nos puede ayudar la tecnología a mejorar el tráfico en las ciudades?

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