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Cara a cara, BMW M4 M Performance vs Lexus RC F: ¡Japón contra Alemania!

He reconocido en varios artículos mi afinidad con el nuevo BMW M3 y con el nuevo BMW M4, como también lo he hecho con el catálogo de accesorios M Performance. Por tanto cuando Borja, responsable de prensa de la firma, me advirtió de la presencia de un BMW M4 cargado de extras M Performance en su flota no tardé demasiado en pedirle fecha para probarlo. Sí, ya habíamos probado el BMW M4, hace más de un año de hecho, pero la ingente cantidad de accesorios M Performance bien justificaba una nueva prueba. Aún así, para hacerlo aún más interesante, acudimos a Lexus para enfrentar al BMW M4 Coupé con el Lexus RC F. Una mecánica turbo de 6 cilindros, un V8 atmosférico, potencia, músculo y dos perspectivas muy diferentes del segmento de los coupés deportivos. Hora de poner a prueba al BMW M4 y al Lexus RC F, cara a cara, Japón contra Alemania.

Bendito escape M Performance. Acabo de arrancar el BMW M4 Coupé a las puertas de las oficinas de BMW en Madrid, lo acabo de recoger e inmediatamente ese escape me ha dejado claro que debería ser parte de la dotación de serie en el M3 y M4. A mi alrededor mucha fibra de carbono, a mis pies unas alfombrillas específicas M Performance, costuras con los colores de BMW y sí, el espectacular volante con pantalla LED, forrado en alcántara y con una serie de luces LED que podemos configurar para que se enciendan a un régimen determinado. Guau.

Juanma viene conmigo. Ya cargado con los bártulos para una sesión de fotos a la que ponemos rumbo. Hemos quedado con David V. y Sergio en los alrededores del embalse del Atazar y no, no vienen “con las manos vacías”. Además de contar con un Hyundai Tucson, que nos sirve de coche de apoyo para la sesión, han venido acompañados por un Lexus RC F, azul, de tapicería clara, blanquecina.

Tenía ganas ya de toquetear bien y claro, conducir, este nuevo Lexus.

Al volante del Lexus RC F:

Me encanta su línea. Sobre todo la vista lateral. Es elegante, tiene músculo y es diferente. Ya me he pronunciado en varias ocasiones sobre mi reticencia al diseño de su interior, no a sus calidades ni ajustes, pero no podía ser más afin al rumbo estético de su diseño exterior, pero ¿qué será capaz de ofrecernos dinámicamente?

Bajo su capó, tras los afilados rasgos de su frontal, late un V8 atmosférico de 5 litros y 477 caballos entregados al tren posterior, contando para su transmisión con un cambio automático y además, con un buen diferencial electrónico al que Lexus ha bautizado como Torque Vectoring Differential, TVD. Ya exprimimos a fondo esta mecánica en nuestra prueba del Lexus RC F en Ascari. Ahora toca enfrentar el saber hacer de Lexus con el “todopoderoso” BMW M4, no lo va a tener especialmente fácil.

Es la hora de comer, ajusticiamos un par de platos en un restaurante cercano y enfilamos uno de los tramos habituales de montaña para aquellos que vivimos en Madrid.

Empiezo con el Lexus RC F. Giro la ruleta, activo uno de los modos deportivos, cambia la instrumentación, el acelerador se muestra más sensible, acciono el TVD hasta llevarlo al modo Slalom y hundo el acelerador con el BMW M4 en el retrovisor.

Brama el V8.

Qué bonito es su sonido.

Qué diferente al M4
. Bonito también, evidentemente, pero con matices totalmente diferentes, exagerado, claramente modificado, petardeo, más grave, más ronco, más salvaje y primario, menos refinado.

Enlazo las primeras curvas con un magistral aplomo, aún sin forzar, rápido sí, pero tanteando todavía el peso de su V8 al frente, sus reacciones, el desempeño dada su condición de atmosférico que, gustosamente, te exige apurar y rodar siempre en la parte alta para ser rápidos.

Sí, el RC F no es tan ligero como me gustaría, sobrepasa los 1.700 kg, pero gracias a la actuación del diferencial trasero conseguimos un grato paso por curva que enseguida nos invita a redondear las curvas, haciendo más fácil el rodar realmente rápido, invitándonos a sentirnos confiados.

El RC F me ofrece un amplio abanico de sensaciones desde un enfoque diferente a lo que estaba acostumbrado, al BMW M4 y las reacciones de su propulsor turbo, desmesurado, salvaje, contundente y pasada cierta barrera, complicado, algo, esto último, que le da cierto encanto adicional sin duda.

Me bajo del coche con una gran cara de asombro. Hemos aparcado en una pequeña explanada en la que vamos a tomar las primeras fotos y David reconoce instantáneamente mi cara mientras se baja del BMW M4.

El Lexus RC F no sólo ha cumplido con mis expectativas como coupé deportivo de cerca de 500 caballos. Me ha sorprendido. Sí, me ha sorprendido y mucho, gracias sobre todo la actuación de su diferencial, pero también por la capacidad de ofrecernos algo “nuevo” sobre un conjunto tan aparentemente clásico: atmosférico, con una transmisión automática sin los alardes de una de doble embrague…

Doy una vuelta alrededor del RC F. Una más.

Las dos monturas, el BMW M4, el Lexus RC F, rompen, a su manera, el gris de esta nublada tarde aún invernal. Los escapes humean.

Unas cuantas fotos estáticas, una primera ronda de fotos dinámicas…

Segundo asalto.

El reencuentro con el BMW M4:

Pisar a fondo el acelerador con el BMW M4 (y por consiguiente con el M3) implica una avalancha de toneladas y toneladas de par. Una apabullante entrega que pone en aprietos la tracción, que puede sobrepasarte fácilmente en más de un viraje en el que no has sido cuidadoso. Sí, es considerablemente más radical que el japones, también siento que voy más rápido, que mi montura es más ágil.

He hablado ya del BMW M4 en el artículo “Exprimiendo un chasis espectacular a golpe de toneladas de par: BMW M4 Coupé a prueba”, en aquel viaje al sur al volante del BMW M4 Cabrio que relate en el artículo “¡BMW M4 Cabrio a prueba! Del desierto a la cima de Sierra Nevada” y la excusa que tengo ahora para volverlo a probar, más allá de la comparativa con el Lexus RC F, es que a BMW España se le ha ocurrido configurar una acertada unidad cargada de elementos M Performance.

Un auténtico escaparate para este catálogo de accesorios oficiales, deportivos, muy acertados.

Esta unidad cuenta prácticamente con todos los accesorios M Performance que se pueden montar. No hay más potencia, pero sí un nuevo sistema de escape que suena a gloria y que como decía debería ser parte de la dotación de serie; también un alerón trasero, un nuevo difusor, retrovisores y un añadido delantero en fibra de carbono y además un toque extra de negro de la mano de nuevos apliques para sus branquias laterales, una nueva parrilla y unas nuevas taloneras laterales.

El toque M Performance también está presente en su interior. Nada más entrar te topas con unas llamativas alfombrillas (su acabado duro no me convence demasiado) y de nuevo fibra de carbono, mucha fibra de carbono. Presente en la consola central, en los pomos del cambio, del freno de mano y las molduras de las puertas, aunque sin duda el gran protagonista del interior de este BMW M4 M Performance es su volante.

Alcántara y sí, también fibra de carbono, un buen diseño y la guinda del pastel: un display Led y una serie de indicadores en la parte superior que tan pronto te sirve para ver los consumos o a modo de cronómetro como te indica, con una sucesión de luces verdes y rojas, el momento oportuno para cambiar de marcha (previa configuración, eligiendo nosotros el régimen al que queremos que se nos avise).

Llamadme macarra pero me gusta la configuración de este BMW M4. De hecho si tuviera uno, salvo el color (soy fan del Yas Marina Blau), se parecería bastante a esta unidad. Desde luego el escape lo considero una compra imprescindible, a no ser que hayas visto ya alguna otra opción interesante de alguna otra firma.

Arranco. Toqueteo las opciones del volante e inserto la D en su transmisión automática (tengo curiosidad de probar el cambio manual, ninguna unidad de las probadas lo tenía), me incorporo a la carretera…

El cuentarrevoluciones sube a un ritmo vertiginoso mientras la cabina se inunda del nuevo sonido de escape. Gorgoteos en las reducciones y el excelente tacto de frenos, suspensiones y dirección que ya conocíamos en cada viraje. La puesta a punto del chasis es espectacular, con la dualidad además de permitirnos la total configuración a través de sus modos de conducción.

Acelero. Subo una marcha. Rápida, muy rápida su transmisión. Sin duda el ritmo es mayor que el con el Lexus RC F, pero también siento que sobrepasado cierto límite va a ser más difícil dominar a la bestia. El RC F es más sereno, el BMW M4 una bestia desatada.

Un buen peso en su dirección, la posibilidad de cortar cada curva con una pasmosa efectividad, nulos balanceos…

Sin duda este nuevo escape mejora considerablemente la experiencia de uso, te sumerge aún más en la conducción.

Ir por el lado salvaje o apostar por lo clásico en un moderno envoltorio:

Avanza la tarde, avanza entre más y más kilómetros, entre idas y venidas en uno de nuestros tramos habituales. El sol cae, es la hora de volver a casa y mientras conduzco, con el iluminado volante del BMW M4 Coupé M Performance en las manos, voy dándole vueltas, estructurando, las líneas que habéis podido leer más arriba.

Esta comparativa ha servido para volver a encontrarme, para volver a encontrarnos, con el magistral BMW M4, con esa contundencia y ese buen chasis, con su actitud salvaje, sus buenos acabados y su buena línea, pero también para reafirmar mi querencia al catálogo de accesorios M Performance.

Más allá de este recuentro, de esta nueva oportunidad de conducir la nueva generación del BMW M4, me llevo una muy grata sensación con el Lexus RC F. Sí, mejoraría detalles, empezando por el diseño de su interior, pero su dinámica me ha sorprendido, su diferencial electrónico me ha parecido una maravilla, tiene un V8 atmosférico bajo el capó y su línea, su agresivo aspecto, me parece genial.

El BMW M4 es más efectivo, sin duda, más rápido, te compromete más, es más deportivo mientras que el Lexus RC F es más GT, es más “manso”. Ambos están sobrados de argumentos para invertir los cerca de 100.000 euros que cuestan (sin añadir extras), el BMW M4 para el que quiera un coupé muy deportivo, el Lexus RC F para el que busque una respuesta menos salvaje y se deje seducir por el encanto de “lo diferente”.

Bajo la puerta del garaje, apago el 6 cilindros en línea

Galería de imágenes de la comparativa entre el Lexus RC F y el BMW M4:

Fotografías por Juanma G. Cámara.

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