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Chevrolet, Ford y la polémica de los bloques de piedra, o por qué a GM le podría salir el tiro por la culata

General Motors lleva años haciendo agresivas campañas de marketing en el segmento de las pick-up. Con razón: en 2015 se vendieron más de 750.000 unidades de Ford F-Series en EE.UU., donde lleva siendo líder del mercado casi 35 años consecutivos. Chevrolet y sus Silverado siempre han sido los segundones, pero en 2015 ya vendieron más de 600.000 unidades. Tienen la miel en los labios, y quieren catarla con ayuda del márketing. Pero esta última campaña, un claro ataque a Ford y sus F-150 aluminio, podría tener un reverso tenebroso.

Las Ford F-150 tienen una carrocería de aluminio, mientras que las Chevrolet Silverado usan acero de alta resistencia.

El objetivo de la campaña es un claro ataque de General Motors a la construcción en aluminio de las Ford F-150. Ha sido una de las principales innovaciones de la actual generación de las F-150, que ha permitido reducir su peso en hasta 320 kg con respecto a su predecesor. La carrocería de aluminio y un chasis rediseñado han sido algunas de sus claves, así como el uso de materiales compuestos y otros componentes ligeros. Pero evidentemente, el aluminio se lleva la palma en un segmento tradicional, reacio al cambio y muy patriota.

General Motors quiso demostrar que el aluminio no es el mejor material para una pick-up, y aunque estamos de acuerdo con su postura en cierto modo, no estamos con la forma en la que han comunicado el mensaje. En 2015 General Motors atacó los costes de reparación del aluminio frente al acero, y ahora usan bloques de piedra para demostrar que su dureza es insuficiente. Han soltado sobre la caja de una Chevrolet Silverado 1500 y una Ford F-150 nada menos que 55 bloques de piedra, con un peso total de 347 kilos, desde 1,5 metros de altura.

Ningún dueño u operador de pick-up en su sano juicio prescindiría de una cubierta de plástico para la caja del vehículo.

La caja de la Chevrolet Silverado sufre raspazos y pequeñas abolladuras. Al contrario, la Ford F-150 presenta varios agujeros en el aluminio. Lo mismo ocurre cuando se deja caer una caja de herramientas sobre el piso de carga de ambas pick-ups. Estamos de acuerdo en que el rendimiento de la Ford F-150 ha sido deficiente. Ningún dueño de una pick-up en su sano juicio permitiría esto sin un bed-liner, una cubierta de duro plástico sobre la caja, que se adapta a ella precisamente para evitar lo que ocurre en el vídeo.

No es el primer ataque de General Motors a las Ford F-150 de aluminio. En 2015 publicaban un sketch satírico sobre un superhéroe de aluminio – ridiculizándolo de forma clara – y un anuncio en el que pedían a varias personas esconderse de un oso en una jaula de acero o en una jaula de aluminio, que nadie elegía. Está claro que el aluminio tiene ventajas en cuanto a peso y eficiencia, pero estoy de acuerdo en que la caja de una pick-up es lo que hace de ella un vehículo de trabajo y debería ser su parte más dura.

En un futuro, mucho nos tememos que General Motors no podrá prescindir del aluminio si quiere cumplir los estándares federales de eficiencia.

Y de nuevo, estoy de acuerdo en que General Motors intente explotar al máximo esta debilidad competitiva de su rival. Dicho esto, creo que a General Motors le puede salir el tiro por la culata. Porque en la industria automovilística vamos a pasos agigantados hacia un futuro de metales ligeros y materiales compuestos. El acero de alta resistencia puede no ser suficiente, y ya hay rumores de que General Motors está desarrollando una pick-up de aluminio, con la que lograría acercarse a los estándares federales de consumo marcados para un futuro cercano.

¿Borrará General Motors de Internet estos anuncios con la esperanza de hacernos olvidar? Sería una postura hipócrita desde luego. Esta polémica aún no se ha enfriado, y es el turno de respuesta de Ford. En Estados Unidos se permiten este tipo de anuncios comparativos, que en países como España están prohibidos, dicho sea de paso. El punto divertido del debate lo pone Honda, con su nueva Ridgeline. Una pick-up ligera, con una caja cubierta de plástico de alta resistencia de serie y unos inteligentes compartimentos bajo la misma.

Mirad lo que ocurre cuando sueltan sobre ella 300 kilos de bloques de piedra. A esto es a lo que definimos como «zas, en toda la boca».

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