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Compra un Corvette 50th Anniversary en 2003, y lo vende perdiendo dinero con 92 km en el odómetro

Amigos, la especulación con el automóvil clásico no entiende de fronteras o de tipos de vehículos. Algunos compran vehículos con potencial, esperando que en unos años se conviertan en joyas de colección. Sucedió con un Lancia Delta Integrale, a la venta con menos de 50 kilómetros, o un BMW M1 con menos de 700 km. Este caso es el lado contrario de la moneda. Un estadounidense compró un Chevrolet Corvette Convertible 50th Anniversary Edition, que se ha visto obligado a vender a pérdida, a pesar de tener sólo 92 km en el odómetro.

La especulación tiene un lado negativo: se puede perder el dinero «apostado», si la suerte no está de nuestro lado.

Chevrolet vendió sólo en 2003 la edición especial 50 aniversario del Corvette. La ofreció en versiones Coupé y Convertible, con un conjunto de opciones conocido como RPO Z25. Quizá el problema fue que 11.632 unidades fueron producidas en 2003, muchas de las cuales aún circulan. Nunca fueron especialmente diferenciadas del resto: tenían el mismo motor 5.7 V8 LS1 de 355 CV y un conjunto de opciones estéticas, como una pintura «50th Anniversary Red», asientos de cuero blanco y un logotipo identificativo bordado en el respaldo de los asientos.

Unos pocos emblemas identificativos separaban estos Corvette marginalmente del resto de Corvette del año 2003. Su precio era de 55.235 dólares para la versión descapotable con cambio automático de cuatro relaciones. Si trasladamos su precio a dólares actuales, nuevo valdría algo más de 72.000 dólares. Un estadounidense compró una unidad con el objetivo de venderla años después por un pingüe beneficio. Pero la ha puesto a la venta por 44.900 dólares. Ha perdido casi la mitad del dinero invertido hace 13 años.

Los Corvette C5 aún no se han apreciado, y muchos expertos coinciden en que no lo harán hasta dentro de bastante tiempo.

El coche tiene sólamente 92 kilómetros en el odómetro. El coche ha estado conservado en un garaje climatizado, y ha sido meticulosamente mantenido. El dueño lo arrancaba cada dos meses, y dos o tres veces al año lo movía para evitar que sus componentes se anquilosaran. La media de kilometraje anual es de 7 kilómetros y 77 metros, para ser precisos. Ha vaciado varias veces su depósito de combustible, llenándolo con combustible de alta calidad de 101 octanos – libre de etanol – al que añadía un aditivo estabilizador.

Conserva toda la documentación original, e incluso guarda el DVD y el VHS – sí, una cinta de vídeo – con el que venía el coche acompañado. La factura de compra aún está en la guantera, y los plásticos en los que asientos y volante venían cubiertos están en posición. Entre las opciones que incrementan el valor de este Corvette con cambio manual está una suspensión magnética y un equipo de sonido premium firmado por Bose. Este deportivo americano está listo para ser disfrutado y conducido. Un verdadero reestreno.

El problema es que su dueño original jamás lo disfrutó. Claro que tendría otros vehículos, pero tener un descapotable tan bonito enjaulado durante años con el único propósito de obtener un beneficio con su venta me parece como poco triste. El mercado nos enseña una lección valiosa: cuando un bien no resulta tan escaso como anticipábamos, su demanda no será tan alta, y el precio que los compradores están dispuestos a pagar, no será tan alto. Simple y llana teoría económica.

Fuente: Carscoops
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