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La historia de la semana: De la Fórmula 1 a la Can-Am

La Fórmula 1 está llena de rarezas, con algunos coches provenientes de otras categorías como en algún caso de modelos de BMW y Porsche llegando a competir en grandes premios, cuando la normativa se centraba principalmente en el motor y peso. Pero los monoplazas de Fórmula 1 raramente han podido ser utilizados en otras categorías por lo único y especial de sus características. Algunas de las excepcionas más famosas mandan a los Fórmula 1 a la Can-Am norteamericana.

El primero de ellos concierne al Ensign N180B; el último coche con el que el equipo de Mo Nunn consiguió puntuar en la Fórmula 1. Lo hizo gracias al buen hacer de Marc Surer -un cuarto y un sexto además de una vuelta rápida- y Eliseo Salazar -un solitario sexto puesto-. El equipo mantuvo algunos chasis de la temporada de 1981 listos para el año siguiente, mientras preparaban el N181 que cerró la historia de la escuadra en la Fórmula 1.

Pero en 1982, el N180B tuvo otra «misión» en el mundo de las carreras. Con el británico Jim Crawford al volante, el monoplaza sufrió extensivas modificaciones para conseguir estar dentro de las normativas de la Can-Am, incluyendo el carenado de las ruedas. El coche compitió en tan solo tres carreras en su primer año pero mostró su potencial con un podio en su debut en Laguna Seca, un quinto en Mosport Park y un cuarto en Caesars Palace, compartiendo escenario con la Fórmula 1.

El coche guardaba un enorme parecido con el Ensign de la máxima categoría, manteniendo incluso los colores. No fue así en 1983, cuando recibió bastantes cambios a nivel de aerodinámica. Dichos cambios fueron acertados y Crawford se impuso en las rondas de Lime Rock y Mosport. El título se escapó por tan solo tres puntos, siendo Jacques Villeneuve Sr -hermano de Gilles- el campeón.

Otro caso poco conocido pero igualmente interesante es el del Williams FW07B estrenado en la temporada de 1980 de Fórmula 1. Con Alan Jones al volante, el monoplaza diseñado por Patrick Head y Neil Oatley se llevó los títulos de pilotos y constructores. A finales de año Jones viajó con una unidad de dicho monoplaza para disputar el Gran Premio de Australia, donde tuvo que batir a varios coches de Fórmula 5000 además de a un Alfa Romeo de Fórmula 1.

Pero su verdadera incursión fuera de la Fórmula 1 fue con el Williams Longhorn FW07-LR02, desarrollado por Bobby Hillin Sr. Tras un acuerdo con Williams, la estructura construyó un coche que esencialmente era una copia del campeón del mundo de Fórmula 1 usando los planos originales y piezas proporcionadas por Frank Williams. Con este inusual coche, Al Unser Sr compitió en las 500 millas de Indianápolis de 1982, finalizando en quinta posición.

El Williams-Longhorn FW07-LR02 acabó compitiendo en la Can-Am en 1985 dentro del equipo de Bill Tempero, reemplazando el motor Cosworth original por un nuevo bloque Chevrolet. Estuvo en solo una carrera en Lime Rock, terminando en novena posición. Anteriormente, otra unidad del FW07B estuvo en la Can Am en 1981, inscribiéndose en cinco carreras. Solo llegó a competir en una de ellas, finalizando en octava posición con Gary Gove como piloto.

En 1983 y 1984, un Williams FW07C estuvo también en la Can-Am pero su presencia fue testimonial y los resultados, muy poco destacables. Fue en la convulsa época de la categoría norteamericana donde empezaron a llegar los monoplazas carenados de forma masificada. Más allá de los Fórmula 1, la mayoría eran coches de Fórmula 5000 que con relativa facilidad comenzaron a dominar el campeonato.

En una época donde los equipos privados que utilizaban coches de segunda mano podían sobrevivir con un mínimo de posibilidades de éxito, los Ensign y Williams de la Can-Am son quizás algunos de los ejemplos más extremos de entre los Fórmula 1 que se usaron más allá del campeonato para el que fueron diseñados. Pero además, hubo también casos en los que otros monoplazas se llevaron a la Fórmula 3000. Aunque eso sería una historia para otro día…

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