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Prohibido arañarlo: el Audi Grupo S salió por fin de la fábrica

Tres décadas encerrando un pura sangre no debe ser fácil por mucho que en la fachada de tu sede central aparezcan cuatro aros. Audi lleva ya casi 30 años alejado del Mundial de Rallyes, demasiado tiempo para una firma que está ligada a dicha disciplina en la que se forjó la leyenda de la tecnología Quattro, un eslogan que han utilizado durante una buena etapa de la marca para poder vender sus modelos y diferenciarlos del resto.

Dejaron bien claro que ellos eran los pioneros del sector y a pesar de que eso no se tradujo en demasiados éxitos deportivos, al menos dentro del Grupo B, eso se quedó marcado en la memoria de aficionados, jóvenes y mayores, así como en los futuros compradores. Sin embargo, aquellos seguidores de la marca se quedaron con las ganas de ver en acción al último gran coche de la firma de Ingolstadt dentro de la disciplina: el archiconocido pero inmaculado, Audi Grupo S.

Hace unos meses ya os anunciábamos que Audi Sport estaba preparada para dejar salir a la bestia por un día del lugar oscuro en el que se encontraba encerrada. El motivo no era otro que el Eifel Rally Festival, la fiesta organizada por la familia de los prestigiosos Klein, los cuales se propusieron juntar tres décadas después a la mayoría de los coches que estaban llamados a sustituir a los Grupo B.

Aquellas siluetas de tracción total y motor central que iban a tener como máximo una potencia de la 300 CV (a petición de los fabricantes) y que iba a animar a los fabricantes a homologar descabellados prototipos con tecnologías novedosas, no llegaron nunca a debutar en competición. Proyectos tan secretos como el de Audi, el cual no conocían ni las altas esferas del Grupo Volkswagen, no llegaron a pasar de los test iniciales (otros ni tan siquiera lo hicieron del folio), llegando a dejarnos curiosidades como la de ver el Grupo S de Audi con únicamente 12 kilómetros recorridos en su tacómetro.

Fue Walter Röhrl el piloto elegido por los alemanes para volver a domar a la bestia de nuevo. Con la premisa de que estaba prohibido hacerle ni un solo arañazo, Walter tuvo que controlar su afán de competición y limitarse a pasea a Miss Daisy en su lujoso carruaje. Aun así, muchos cumplieron un sueño, el de ver rodar a un Gr.S

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