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La historia de los coches de seguridad en la Fórmula 1 - Parte 1

Uno de los elementos más importantes de la Fórmula 1 en tiempos recientes es el coche de seguridad. Aunque actualmente también se emplea el llamado «coche de seguridad virtual», el Safety Car ha sido uno de los mayores encargados de mantener la seguridad en los circuitos en los últimos 20 años. No siempre fue así pero hay una historia que merece ser repasada y que comienza, además, mucho más pronto de lo que la mayoría suele recordar. En Diariomotor Competición sabemos que era un tema que interesaba a nuestros lectores y por ello le dedicaremos el esfuerzo apropiado con dos partes para contar la historia completa.

Porsche 914 – GP de Canadá 1973

A menudo se habla del debut del coche de seguridad en los años 90 pero lo que muchos no recuerdan es que el Gran Premio de Canadá de 1973 ya tuvo un coche de seguridad usado de la misma forma que en tiempos modernos. Nada de conceptos de Pace Car antes de la salida ni parecidos. El Porsche 914 que compartió pista con los monoplazas de Fórmula 1 en Mosport en 1973 salió por un fuerte accidente en el que se vieron involucrados François Cevert y Jody Scheckter. Afortunadamente no hubo que lamentar daños personales pero los restos de los coches en pista eran demasiados.

La decisión de sacar el coche de seguridad por primera vez en la historia de la Fórmula 1 fue la correcta y vino dada por incidentes en años recientes en los que tras fuertes accidentes las carreras habían procedido con normalidad, con el peligro que ello conllevaba. Pero irónicamente, su presencia trajo más caos que orden. El Porsche 914 no salió delante del líder sino que lo hizo delante de Howden Ganley, dando a los coches que iban delante la posibilidad de tomar una vuelta de ventaja… o eso dice la historia. No fue hasta tres horas después de la carrera, que el resultado oficial fue clarificado.

Fiat Tempra – GP de Brasil 1993

Tras el desastre de 1973, dirección de carrera evitó usar el coche de seguridad y aunque en varias ocasiones hubo coches preparados para la ocasión, oficialmente no hubo un nuevo uso del mismo hasta 1993. A lo largo de los años 70 y 80, si se daba el caso que había una situación que podía impedir la disputa de la carrera de forma normal, se optaba por la bandera roja. El retorno del coche de seguridad -reportado como debut a menudo- se produjo en el Gran Premio de Brasil de 1993 por la presencia de la lluvia.

La presencia del Fiat Tempra en Interlagos se daba tras pruebas de coche de seguridad en Francia y Gran Bretaña en 1992. Como anécdota, tras finalizarse la carrera, la invasión de pista fue tan multitudinaria por una nueva victoria de Ayrton Senna que el piloto brasileño no pudo llegar al podio en su McLaren y tuvo que ser llevado a bordo del coche de seguridad. El héroe local se sentó en la ventana para saludar a sus aficionados con medio cuerpo fuera del coche. Un retorno del coche de seguridad por todo lo alto.

Ford Escort RS Cosworth – GP de Gran Bretaña 1993

En esa época, los coches de seguridad eran proporcionados por cada organizador de gran premio, por lo que existía la posibilidad teórica de que cada carrera tuviera su propio coche distinto. Por lo tanto, a nadie le sorprendió que cuando el coche de seguridad hizo acto de presencia en el Gran Premio de Gran Bretaña de 1993 tras un accidente de Luca Badoer. Por primera vez, el coche de seguridad cambió el panorama de la carrera al reducir la ventaja de Damon Hill sobre Alain Prost de tres segundos a esencialmente nada.

Habría podido ser una decisión polémica en ese momento pero el piloto británico sufrió una rotura de motor apenas dos vueltas tras la resalida, con lo que la victoria fue para el francés. En el caso de esta carrera, el coche fue un Ford Escort RS Cosworth parecido a los utilizados en el mundial de rallyes. Poco a poco, máquinas más deportivas iban entrando en el mundo de la Fórmula 1, buscando mantener esa imagen de alto rendimiento que siempre ha acompañado a la categoría reina.

Opel Vectra 4×4 – GP de San Marino 1994

Pero seguramente, la importancia de un coche de seguridad con un rendimiento prácticamente de coche de carreras no quedó clara hasta el Gran Premio de San Marino de 1994. Allí, un por otra parte nada despreciable Opel Vectra 4X4 hizo las veces de coche de seguridad oficial de la carrera y tuvo su momento de gloria tras el accidente en la salida de la carrera. Desafortunadamente, el gran premio pasó a la historia por los peores motivos cuando Ayrton Senna sufrió una salida de pista en Tamburello y acabó directo contra el muro, falleciendo por las lesiones sufridas.

Una de las teorías sobre el accidente del brasileño era que el coche de seguridad había ido demasiado lento, causando que los coches perdieran demasiada temperatura en los neumáticos y por lo tanto, capacidad de agarre. Independientemente de que fuera o no la causa de la salida de pista del tricampeón, la situación forzó un cambio de mentalidad en la FIA y en los organizadores de los grandes premios, aunque era difícil cambiar los coches durante la propia temporada de 1994. Al final, el Vectra negro se recordará por su presencia en una carrera que nunca quisimos ver.

Honda Prelude – GP de Japón 1994

La siguiente aparición del coche de seguridad no se produjo hasta finales de año en Japón. Allí, un diluvio espectacular obligó a la salida a pista del Safety Car, con el objetivo de mantener la carrera en marcha hasta que las condiciones de visibilidad mejoraran. No fue así y hubo que acabar sacando una bandera roja para parar la carrera hasta que la lluvia fue a menos. Solo entonces el Gran Premio de Japón de 1994 pudo continuar con normalidad y sin coche de seguridad.

El coche elegido para la tarea fue previsiblemente uno de Honda, hecho que sorprende poco teniendo en cuenta que es precisamente la marca japonesa la propietaria del circuito de Suzuka. El Prelude no era una máquina particularmente veloz pero teniendo en cuenta el estado de la pista, la velocidad no era el mayor requerimiento. De esta forma, se evitaron los problemas de temperatura y por lo tanto presión en los neumáticos y la Fórmula 1 siguió con el proceso de cambio.

Porsche 911 GT2 – GP de Bélgica 1995

Todo proceso de cambio lleva algún tiempo y no en todos los grandes premios había coches de seguridad de corte deportivo. En algunos lugares, conseguir un coche deportivo para uso en circuito una vez al año… con suerte, no era especialmente fácil. Donde sí hubo un coche en condiciones más que correctas fue en la siguiente aparición del coche de seguridad en el Gran Premio de Bélgica de 1995. Su presencia fue requerida debido al mal tiempo que había sobre el circuito de las Ardenas -disipando la creencia de que solo hoy sale el coche de seguridad por lluvia-.

La máquina que se vio en pista fue un espectacular Porsche 911 GT2 de color blanco con los logos de Fórmula 1 en verde. Una combinación cromática curiosa y original que lo hacía resaltar en comparación con los monoplazas de la categoría reina. A lo largo de toda la temporada se vieron otros coches en los demás circuitos, siendo en algunos casos coches deportivos y en otros, vehículos más habituales de ver por las calles. En cualquier caso, Bélgica fue la única carrera del año con presencia del coche de seguridad. Como detalle, en el Gran Premio de Hungría Taki Inoue fue golpeado por un Tatra… pero era un coche de asistencia, no el coche de seguridad.

Renault Clio Williams – GP de Argentina 1996

Algo más sorprendente fue ver que en el Gran Premio de Argentina de 1996 se volvía a utilizar un coche sin suficiente preparación como para encabezar el grupo de coches de Fórmula 1 -y con un conductor sin la equipación adecuada, apenas una gorra y gafas de sol-. La salida del Safety Car se produjo después de un incidente en el que el Forti de Luca Badoer terminó volcado. Fue un incidente espectacular pero el piloto italiano salió ileso y sin sufrir ningún daño.

El coche que prepararon en Buenos Aires fue un Renault Clio Williams. Se trataba de la versión más deportiva del modelo pero era imposible olvidar que a pesar de todo «solo» era un Clio. A favor del coche jugaba el hecho que el trazado de Buenos Aires usado en 1996 era relativamente lento, con lo que rodando al máximo conseguía no ser un problema demasiado grave para las temperaturas de los neumáticos de los monoplazas de Fórmula 1 que le precedían.

Mercedes C36 AMG – GP de Bélgica 1996

El Gran Premio de Bélgica de 1996 trajo el debut de Mercedes como proveedora del coche de seguridad. Un C36 AMG salió a pista en la vuelta 10 de carrera tras trompear Jos Verstappen su Arrows en la salida del carril de boxes. Hubo que mantener el Safety Car en pista durante siete vueltas que sirvieron para que los pilotos realizaran sus paradas en boxes. En algunos casos hubo algo de caos mientras que en otros, los equipos reaccionaron a la perfección.

Era uno de los primeros ejemplos de lo que podía conseguirse con un periodo de coche de seguridad bien aprovechado. Mika Salo, por ejemplo, llegó a ser tercero legítimo con el Tyrrell tras una gran parada a boxes. Puesto que su ritmo no era suficiente como para estar en la zona alta de la clasificación, acabó siendo adelantado y terminó la carrera en séptima posición. Pero la dinámica de los coches de seguridad ya había sido entendida por muchos. En cuanto a la Fórmula 1, había quedado muy satisfecha con la acuación del Mercedes C36…

Una mención a parte debe hacerse con Lamborghini, que tuvo coches de seguridad oficiales para los grandes premios de Mónaco entre 1981 y 1983 con un Countach. En ningún caso fue necesario usarlos pero los coches estaban presentes y contaban con los logos de la Fórmula 1, dándole un aire de oficialidad. También en el Gran Premio de Canadá de 1995 hubo un Diablo listo para entrar en acción aunque no fue necesario. Desde 1993 y hasta que llegó el contrato con Mercedes, los coches de seguridad venían proporcionados por el circuito, con la variedad que aquello conllevaba.

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