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Álex Palou sigue en estado de gracia y se cubre de gloria en las 500 Millas de Indianápolis

Por fin Álex Palou ganó en un circuito oval y lo hizo en grande, imponiéndose en una complicada edición de las 500 Millas de Indianápolis donde se mantuvo siempre al acecho y en el momento adecuado atacó a Marcus Ericsson, cuyo plan también fue brillante, pero que no pudo contener al actual campeón de la categoría. Estamos presenciando una de las más impactantes temporadas de un piloto en la IndyCar porque ha mostrado dominio en todos los escenarios y apenas un segundo lugar en Long Beach le impide exhibir la perfección en victorias. Sin duda fue una gran demostración tanto de Palou como del personal que le atiende en Chip Ganassi Racing, incluyendo al de Honda Racing US, donde se advierte una extraordinaria comunión en lo que respecta a estrategias, gestión y detenciones en boxes.

Palou aprovechó todas las circunstancias que se fueron presentando a lo largo del recorrido, incluyendo la pelea entre Devlin DeFrancesco y el novato Louis Foster, pilotos rezagados que se mantuvieron por delante de los líderes hasta el final, lo que propició que Palou, Ericsson y David Malukas rodaran muy cerca, aprovechando el efecto remolque que crea el monoplaza que va por delante. Justamente el español se colocó líder en la vuelta 187 y se mantuvo en la estela de sus predecesores, que luchaban para no ser doblados, pero con ritmo muy competitivo. Se esperaba un último ataque del piloto sueco, pero una bandera amarilla al término de la última vuelta, producto de un choque de Nolan Siegel, decretó el final de la carrera y la anhelada primera victoria de Palou en un óvalo.

En la primera mitad el caos y la incertidumbre se apoderaron de la escena al caer una llovizna que propició una demora en la salida. Una vez que los monoplazas comenzaron a moverse empezaron los problemas. De forma increíble, Scott McLaughlin se estrelló mientras intentaba calentar sus neumáticos, quedando eliminado de la contienda. La semana de pesadilla de Team Penske continuaba porque el monoplaza siniestrado fue construido de emergencia tras el piloto neozelandés destrozar el que se le había asignado para la carrera en la sesión de calificación, minutos antes de destaparse el escándalo de ilegalidad que involucró a la estructura de Roger Penske. En esa misma vuelta, Scott Dixon mostraba fuego en su freno trasero izquierdo, dos candidatos a la victoria se quedaban sin opciones antes de iniciar la prueba.

Una vez que se ordenó la salida, Marco Andretti chocaba causando una nueva detención. En las primeras de cambio, Takuma Sato asumió el liderato y se mantuvo allí durante 51 vueltas, con todo y una pausa porque de nuevo se presentó la llovizna. Lamentablemente el japonés fue víctima de una mala estrategia y una demora en los boxes que le impidió seguir animando la tarde. Otro piloto que se atrevió a aplicar una estrategia alternativa fue Alexander Rossi, quien se quedó en pista mientras la mayoría acudió a repostar combustible y cambiar neumáticos. Tras liderar 14 vueltas entró a boxes y salió en el cuarto lugar, lo que hacía pensar que tenía oportunidad de resaltar, sin embargo, la caja de cambios falló y sobrevino un incendio que le hizo retornar a boxes, allí el fuego se extendió al presentarse una fuga de combustible. Las llamas elevaron su intensidad, pero de inmediato fueron controladas. Las imágenes de un Rossi furioso lanzando sus guantes quedarán para la posteridad.

De manera sorprendente también quedaron fuera Rinus VeeKay, quien estaba realizando una gran actuación, el holandés se estrelló contra el muro mientras ingresaba a los boxes para amargura de los miembros de Dale Coyne Racing. También Robert Shwartzman puso punto final a un sueño del que fue despertando por las malas. El poleman no pudo mantener el ritmo y fue relegado de inmediato, luego su equipo realizó una pésima labor en su primera detención y para completar la travesía, el piloto, al ingresar a boxes para su segunda detención, arrolló a sus mecánicos y chocó contra el muro dañando la dirección. Tanto VeeKay como Shwartzman indicaron que no tenían frenos, así que hundieron el pedal hasta el fondo y perdieron el control.

Estas banderas amarillas propiciaron el ascenso de los sorprendentes Conor Daly, cuya estrategia fue absurda, y el veterano Ryan Hunter-Reay, ambos asumieron el liderato en dos momentos distintos de la carrera siendo el segundo de los mencionados el que se mantuvo durante más tiempo al frente, 48 vueltas, pero también su sueño de reverdecer glorias se truncó al entrar a boxes y su monoplaza apagarse. Para entonces también habían abandonado Josef Newgarden, cuando marchaba sexto y lucía como candidato a la victoria, porque su bomba de combustible se dañó. También Kyle Larson vio cómo su iniciativa de completar el Double Duty por segunda ocasión no podía ser alcanzada tras perder el control, chocar contra el muro y dañar además los monoplazas de Kyffin Simpson y Sting Ray Robb.

En medio de todos estos inconvenientes, Álex Palou siempre se mantuvo entre los líderes, a lo largo de sus cinco detenciones en boxes, esperando el instante adecuado para quemar todo el combustible y lanzarse por la victoria. La estrategia de Ericsson, de ir por seis paradas, era la mejor porque salió por delante de Palou en su último stint, sin embargo, no fue capaz de contener al piloto español que también mantuvo bajo control a Malukas una vez que le adelantó por el segundo lugar. La carrera del joven piloto del equipo de A.J Foyt Racing es para resaltar, sobre todo después de experimentar tantas dificultades para mantenerse en la IndyCar. El cuarto lugar correspondió a Patricio O’Ward, que no pudo traducir su tercer lugar en la parrilla de salida en un podio. Cerró el cuadro de los cinco mejores de hoy el sueco Felix Rosenqvist en otra actuación decente para el piloto de Meyer Shank Racing.

Completaron los diez mejores Kyle Kirkwood, quien partió en el puesto 23, Santino Ferrucci, otro piloto que siempre es animador de la Indy 500, Christian Rasmussen, Christian Lungaard y Conor Daly. Decepcionaron Hélio Castroneves, Colton Herta y Will Power ya que no fueron protagonistas en ninguna parte del recorrido. Para destacar que Álex Palou solamente se colocó al frente a falta de trece vueltas para el final, permitiendo que otros pilotos realizaran el mayor desgaste de la carrera y además se mantuvo lejos de incidentes y luchas que no fueran relevantes para ganar. Con esta victoria se reafirma como líder de la IndyCar con más de 100 puntos de ventaja sobre Pato O’Ward, la tabla marcha 306 a 191.

También Palou inscribe su nombre entre los ganadores de la fecha más importante de la IndyCar, y una de las más famosas del mundo, por lo que su rostro aparecerá en el codiciado Trofeo Borg-Warner. La próxima cita es en las calles de Detroit el 1 de junio.

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Humberto Gutiérrez

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