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El Rallye de Japón nos deja entrever cómo serán sus tramos de asfalto para 2020

Era el bautismo de fuego antes de pasar a formar parte el año que viene del calendario del Mundial de Rallyes. Japón ya había estado en el programa del WRC anteriormente con una cita de tierra, quizás una de las más complicadas debido a sus condiciones difíciles, las habituales lluvias, las secciones estrechas rodeadas de troncos de árboles y raíces que no daban margen al error. En sus pistas forestales hemos visto cometer errores a grandes nombres como Petter Solberg, Sébastien Loeb o Marcus Grönholm, sin embargo, lo propuesto por los organizadores del Central Rallye Aichi/Gifu para 2020 será muy distinto.

En total eran 128,60 kilómetros para empezar a tomar contacto con el evento, estando pilotos como los hombres de M-Sport realizando el viaje para reconocer el terreno junto al hombre que coordina el equipo británico, Krzystof Stolarczyk. Faltaban en este caso los Hyundai, que en un principio tenían previsto participar con un coche en el evento, mientras que Takamoto Katstuta cerraba su temporada con el Toyota Yaris WRC arrasando como era de esperar frente a sus compatriotas.

Sería un podio particular, ya que a espaldas de Takamoto finalizaba su antiguo compañero en el programa de desarrollo de Toyota y Tommi Mäkinen Racing, Hiroki Arai, el cual estaba al volante de una de las unidades del Citroën C3 R5 que ha empleado en el pasado Mads Ostberg dentro del WRC2 Pro. 3 minutos y 50 segundos entre ambos, mientras que Osamu Fukunaga no podía acercarse a ambos con el Skoda Fabia R5, teniendo que conformarse con finalizar por delante del expiloto de Fórmula 1, Heikki Kovalainen y su Toyota GT86.

Pero más allá de eso se pueden apreciar algunas de las propuestas principales hacia las que se dirige la prueba, con una asistencia situada en el Aichi Expo Park y tramos sobre alquitrán que discurren por las montañas de alrededor. Había cierto miedo a que nos encontraramos algunos tramos que abusaran de los parkings y secciones muy anchas con recorridos creados a través de elementos artificiales, sin embargo, el propio Katsuta salió en defensa de la prueba nipona para apuntar que únicamente se trataba de la superespecial.

En cuanto al resto, las imágenes de las Onboards nos dejan ver especiales fluidas y muy estrechas, en muchas ocasiones marcadas por la gran presencia de vegetación y suciedad de las cunetas, uno de las señas de identidad que ya nos destacó el propio Krzystof cuando estuvimos hablando al respecto el pasado mes de septiembre. Precisamente ese es uno de los meses habituales para el paso de tifones, sin embargo, estando previsto como fecha de cierre del calendario 2020, del 19 al 22 de noviembre, no sería de extrañar el protagonismo de las lluvias e incluso la presencia de la nieve. En esta edición respetó la meteorología, pero puede ser una tortura esas secciones tan cerradas con hierba mojada en los margenes y la suciedad convirtiéndose en barro.

Dicen que Córcega tiene 10,000 curvas. ¡Creo que este rallye podría tener más! Cuando las etapas se adentran en los bosques, los caminos son realmente técnicos y bastante estrechos y todo el tiempo vas de una curva a otra. En algunos lugares, estamos usando solo la primera y segunda marcha, a veces tercera, pero nunca la cuarta. Será un gran desafío. Otro desafío es la superficie. Es bastante suave, pero hay musgo en el medio del camino. Aunque hacía sol y hacía buen tiempo durante toda la semana, la superficie es resbaladiza, realmente deslizante cuando estás en este musgo. La temperatura debajo de los árboles no es tan cálida, por lo que siempre había algo de humedad allí. Había dos roderas para los autos normales, pero el problema para nosotros es que el Yaris WRC es un poco más ancho, ¡lo hizo muy interesante!

Foto | Rally Japan 2020

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