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Ferrari se pega un tiro en el pie. Crónica del GP de Singapur 2017

Como en 2008, Singapur apunta a ser la tumba donde queden enterradas las opciones de título de Ferrari. La cita que la Scuderia tenía marcada en rojo desde el GP de Hungría por adaptarse como un guante a las características de su coche y que además le suele ir mal a Mercedes quedará para siempre marcada por el doble abandono de los coches de Maranello en la primera vuelta, tras su enganchón con Max Verstappen. La victoria de Lewis Hamilton, que el británico lograra 25, 18 o 15 puntos, es lo de menos.

Los comisarios FIA decidieron no tomar decisión alguna al respecto. Que tienen debilidad por cierto piloto, dirán algunos. Que no quieren inmiscuirse en la lucha por el título, responderán otros. Quizá sea más sensato hablar de que aunque haya algunos más responsables que otros del incidente, su intervención no sea suficiente como cargarles toda la culpa. Ni Vettel, ni Verstappen, ni Räikkönen se comportaron de forma temeraria. El alemán se cruzó la pista, sí, como hacen tantos polemen y como tantas veces él mismo ha hecho; esta vez le salió cruz. Max Verstappen se movió ligeramente a la izquierda y tocó primero a Räikkönen, pero es utópico pensar que hubiera podido evitar ése u otro tipo de impacto. Y aunque en el seno de Ferrari puedan estar tentados de cargar contra Kimi, porque sí podía haber dado más espacio manteniendo así vivo a su jefe de filas, en lo estrictamente deportivo mantuvo su línea sin más.

Ninguna intervención de los comisarios hubiera podido evitar que todos ellos salieran dolidos de Singapur, por desperdiciar una oportunidad única. Los pilotos de Ferrari, al competir en un escenario favorable y salir por delante de Mercedes. Y Max Verstappen porque prolonga su racha de abandonos en el circuito donde quizá más fácil tenía optar a un triunfo. De Fernando Alonso, víctima colateral inocente, ni hablamos ya. Magnífica salida a la basura, si bien resulta complicado comulgar con la idea de que podría haber optado a victoria… Al fin y al cabo la misma razón por la que llegó a verse tercero fue la que le colocó ahí: el famoso accidente.

Y la situación dio alas a Lewis Hamilton. Mercedes no estaba súper en Marina Bay, pero el británico puso lo que le podía faltar a su W08 para que Daniel Ricciardo no tuviera opción alguna ahí donde Red Bull creía poder rascar algo más que un podio. Tan sobrado fue Hamilton que incluso se permitió el lujo de ignorar consignas de su equipo, deseoso de evitar que unas diferencias demasiado grandes permitieran a Red Bull realizar una parada gratis en caso de nuevo Safety Car. Sigue teniendo sus momentos de nerviosismo, como cuando por ejemplo se queja de que la salida del Safety Car es innecesaria (¡por el amor de Dios, que estaba el Sauber de Ericsson en plena pista!), pero Lewis Hamilton tiene alma de killer.

Si Singapur fue un Gran Premio de errores y ocasiones perdidas entonces debemos mencionar pronto también a Renault. La Régie vio el cielo abierto con los cuatro abandonos iniciales y Nico Hülkenberg presionando al principio con neumáticos de lluvia extrema, pero falló estrepitosamente en el momento de pasar a intermedios y finalmente sufrió problemas hidráulicos en el coche del alemán que dieron al traste con su buena actuación. El sexto puesto de Jolyon Palmer, los primeros puntos del británico esta temporada cuando todo el mundo lo ve fuera del equipo, sabe a muy poco.

Pero su desgracia premió a otros dos pilotos. Sin opciones de dar alcance a Valtteri Bottas, Carlos Sainz protagonizó una carrera impecable para lograr su mejor resultado en Fórmula 1. Un cuarto puesto que sabe a gloria. ¿Podía haber sido mejor el cambio a slicks de Toro Rosso? Desde luego, pero no a la larga no tuvo repercusión en el resultado final, pues aguantó a las mil maravillas los ataques de Sergio Pérez, también notable en las calles de Singapur. Ambos estuvieron muy por encima de sus compañeros de equipo, con el agravante en el caso de Toro Rosso de que Daniil Kvyat acabó contra el muro él solo y a las primeras de cambio. Esteban Ocon por su parte fue 10º tras rodar gran parte de la prueba fuera de los puntos.

Los otros que puntuaron fueron Stoffel Vandoorne, séptimo; Lance Stroll, octavo; y Romain Grosjean, noveno. En los tres casos opacados por sus compañeros de equipo pero por razones muy distintas. De McLaren y Alonso no merece hablar más, al contrario, debemos resaltar que el gran mérito de Vandoorne esta temporada y salir vivo de haber compartido box con el asturiano, lo cual sólo le revaloriza. De Williams, es francamente terrible que al hablar de pilotos peligrosos en pista se prefiera siempre apuntar a la juventud antes que a actuaciones tan lamentables como la de Felipe Massa. Y en el caso de Haas, Kevin Magnussen demostró mucha valentía en el cuerpo a cuerpo y a la hora de montar slicks antes que nadie para nada. En cuanto todos pasaron a neumático liso se desfondó y terminó abandonando.

Con seis carreras por delante, la sensación que deja Singapur es que el Mundial está visto para sentencia si la fiabilidad no lo remedia. Malasia, el escenario donde Lewis Hamilton perdió el título 2016, nos espera.

Foto | Scuderia Ferrari

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