El regreso del Mundial de Rallyes a Europa no ha deparado la reactivación de la Copa FIA para privados. La iniciativa por parte de la Federación Internacional para mantener en activo a los World Rally Cars de la anterior generación y así permitir a los pilotos privados seguir compitiendo ha tenido escaso efecto, algo que ha quedado demostrado con sus bajas inscripciones en este inicio de temporada.
En Monte-Carlo sólo fue uno, Jourdan Serderidis con el Citroën DS3 WRC, mientras que en Suecia ocuparon su lugar Valeriy Gorban y su Mini JCW WRC (repetiría en México) y Lorenzo Bertelli en su última participación programada al volante del Ford Fiesta RS WRC 2016. El italiano, uno de los que estaban llamados a adaptarse a este nuevo trofeo paralelo al campeonato renunció a cualquier opción de pelear por un ‘torneo menor’ cuando vio que la opción de participar con un WRC de 2017 era viable.
Un caso similar ocurría con Martin Prokop y se espera que suceda con otros nombres como Yazeed Al-Rajhi en un futuro no muy lejano. Finalmente, la aplicación de la norma no ha sido tan literal como se preveía, por lo que se ha dejado espacio para que pilotos que durante el último lustro han competido al volante de un World Rally Car privado puedan seguir haciéndolo ahora con el nuevo reglamento técnico.
Esto, unido a que M-Sport sigue sin ser un equipo con apoyo oficial de Ford, ha permitido que haya disponibles desde el segundo rally de la temporada coches de 2017 para alquilar/comprar. No hubiera sido extraño que, de contar con pleno respaldo de fábrica, los de Malcolm Wilson no hubieran tenido ni la libertad, ni la necesidad de poner en el mercado su producto, menos aún después de haber conseguido la victoria en Monte-Carlo.
Después de la visita a tierras norteamericanas, el regreso a Europa no ha deparado un mayor protagonismo por esta Copa FIA para privados que ha nacido en peores condiciones que lo ocurrido con los R-GT. En Córcega no habrá presente ningún piloto inscrito en la misma, mientras que sí habrá un bonito duelo entre el Porsche 911 GT3 RS de Romain Dumas y el Abarth 124 R-GT del Team Milano que pilotará François Delecour.
¿Los motivos por los que no está teniendo éxito la iniciativa de la FIA? Además de lo mencionado anteriormente, con una normativa que finalmente no ha sido tan estricta como se vaticinaba, sumado a los altos costes de mantenimiento de estos coches, inscripciones y el no tener estatus de competición intercontinental u otro atractivo en forma de premio, han terminado por sentenciarlo antes ni tan siquiera de empezar.
