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La FIA no está conforme con el Ford Fiesta RS WRC de Sébastien Ogier

Ya hemos hablado largo y tendido durante los últimos días del Rally de México, sobre la conveniencia o no de realizar largos viajes para llevar los rallyes a las grandes ciudades, los problemas de fiabilidad de los equipos o la excursión de Kris Meeke en la Power Stage. Sin embargo, quedaron otros temas abiertos o sin resolver tras el paso por la cita mexicana que prometen todavía tener cierto recorrido.

El primero de ellos corresponde al asunto pendiente que ha quedado en lo respectivo al Ford Fiesta RS WRC de Sébastien Ogier. La unidad del tetracampeón fue llamada para la inspección protocolaría de la FIA tras el rally. Otros cuatro coches lo acompañaron, incluyendo el del ganador final de la prueba, el Citroën C3 WRC de Kris Meeke. Sin embargo, el de Ogier fue el único que no terminó de convencer a los verificadores ante lo que se apunta que puede ser que la caja de cambios este por debajo de los límites establecidos por el reglamento técnico.

Los oficiales de la Federación Internacional de Automovilismo decidieron sellar la transmisión del Ford Fiesta RS WRC con el dorsal número uno y proceder de nuevo a su investigación una vez el coche regrese al viejo continente. Recordemos que, salvo los coches de competición, el resto del material como la carpa, herramientas y coches de reconocimientos viaja directamente a Argentina y de allí se procede a su limpieza a fondo y es enviado de nuevo a la otra cita no europea de la temporada, el Rally de Australia.

A la espera de ver qué decisión se toma sobre la conformidad o no de la caja de cambios del modelo de M-Sport, algo que también podría afectar a los vehículos de Elfyn Evans, Ott Tänak y Lorenzo Bertelli (y que podría costar una penalización o incluso la exclusión del rally), el Mundial ya mira atentamente al Tour de Corse, prueba en la que Ott Tänak deberá tener un nuevo coche de reconocimientos ya que su Volvo S60 quedó muy dañada después de chocar durante los recce de México contra un árbol al tratar de evitar a otro coche que venía de frente.

Esto a su vez afectó a su vez a Eric Camilli, ya que tal y como informa Martin Holmes, la unidad de repuesto fue a parar a manos de Tänak durante el resto de los reconocimientos y él tuvo que utilizar un coche alquilado para completarlos ya que su S60 también sufrió una avería. Obviamente le afectó no sólo a la hora de tomar referencias, sino también al tomar las notas del penúltimo tramo, especial que no pudo reconocer previamente y en la que el piloto francés perdió definitivamente la batalla frente a Pontus Tidemand por la victoria en el WRC2.

Durante los últimos días también se ha empezado a hablar de forma injustificada sobre si la excursión de Meeke por el parking en la Power Stage se podría considerar como ‘asistencia ilegal’ porque el reglamento deportivo no permite alejarse más de 20 metros del recorrido de la especial. Obviamente, las cámaras y los tiempos demostraron que la acción del norirlandés fue involuntaria y en ella no obtuvo ningún tipo de ventaja ni competitiva, ni en cuanto al tiempo, tal y como demuestra la pérdida de 23,4 segundos y por tanto los tres puntos de la Power Stage que le hubieran dado de mantener el tercer mejor tiempo. Una salida de pista no es una asistencia ilegal, menos habiendo imágenes que lo demuestran.

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