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La imagen del día: Lewis Hamilton, entre disculpa y victoria

«James, lo siento por haber dudado de tu estrategia». Estas fueron las primeras palabras de Lewis Hamilton tras haber cruzado la línea de meta como ganador del Gran Premio de Hungría, su octava victoria en las doce carreras que llevamos de temporada… y en un momento en el que algunos empezaban a apuntar a Max Verstappen como una alternativa real al título. Sin duda, la imagen del día en una carrera en la que el duelo estratégico y en pista entre los dos primeros clasificados centró gran parte de la atención de la jornada. Pero al final, fue la estrategia del equipo de Brackley, la que decantó la balanza de su lado. Una estrategia en la que el piloto no creía y que muestra de nuevo la importancia de tener a un equipo sólido detrás, más allá de lo bueno que pueda ser el piloto.

Desde la jornada de ayer quedó claro que la batalla por la última victoria antes de las vacaciones tenía que ser entre Verstappen y Hamilton, con un Bottas al que nadie le tenía en cuenta y que en la primera vuelta ya quedó fuera de combate tras ser superado por su compañero de equipo y tocarse con Charles Leclerc. Así son las cosas y desde casi el minuto uno el GP de Hungría quedó centrado en dos pilotos con un ritmo muy superior al de sus rivales. De esta forma, Verstappen encabezó la carrera durante la mayor parte con un Hamilton que solo logró acercarse peligrosamente después de mitad de carrera, cuando el de Red Bull se encontraba con varios doblados. Esta situación permitió que el Mercedes número 44 anduviera amenazantemente cerca del Red Bull número 33.

El intento parecía dejar claro que en Mercedes se sabían ganadores y con casi media carrera por delante, cualquier habría podido pensar lo mismo al ver a un Hamilton que era abiertamente más rápido… excepto que sus neumáticos no iban a aguantar el maltrato. Ahí entró el papel de James Vowles, ingeniero de Lewis Hamilton que decidió que la mejor idea era parar a boxes, montar neumáticos medios y empujar hasta el final. Neumáticos más nuevos, más blandos y frescos… parecía lógico. En un primer momento, los tiempos de su piloto corroboraron el pensamiento pero en pocos giros, los registros se estabilizaron y la diferencia se quedó clavada en unos quince segundos. Llegaron las dudas de su piloto estrella, que ponía en entredicho la decisión tomada. Una vez de tantas que hemos oído a Hamilton criticar las decisiones tomadas desde boxes…

Pero como siempre en las carreras, vale la pena esperar hasta el final. Puede que la ventaja de ritmo de Hamilton sobre Verstappen no fuera suficiente pero desde el equipo angloalemán habían tenido en cuenta también el desgaste de neumáticos del coche rival, que a pocas vueltas del final empezó a perder velocidad. Poco a poco, Hamilton se acercaba a Verstappen hasta que empezó a pegarle auténticas mordidas de tiempo. A tres vueltas del final llegó el inevitable adelantamiento en el que Verstappen no pudo ni defenderse. Ataque con decisión y sin dudas de Hamilton y se acabó lo que se daba. El epílogo, la imagen del día, un Lewis Hamilton disculpándose (por enésima vez) por haber dudado de su equipo. Realmente no es tanto que dude de ellos, sino que expresa sus sentimientos en caliente. Que luego se disculpe públicamente muestra el fuerte vínculo entre piloto y equipo. Aunque claro, cuando es la escuadra que te dió cuatro títulos camino al quinto… ¿cómo no iban a ser cercanos?

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