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El Extreme E sigue los pasos del World RX. Sébastien Loeb puede ser la siguiente gran pieza del puzzle

El Extreme E está trabajando en las sombras, eso es innegable. Esa idea feliz que gestaron entre Alejandro Agag y Gil de Ferran ha ido tomando forma, y a pesar de los retrasos de la pandemia, todo parece indicar a que llegaran a tiempo para disputar una primera temporada en 2021 que se ajuste a las previsiones marcadas inicialmente. Sigue siendo un campeonato del que pocos han oído hablar, avalado por el éxito de una Fórmula E que ha corrido en las principales ciudades a lo ancho y largo del planeta y que además ha conseguido pilotos de primer nivel y el mayor número de fabricantes involucrados de todos los campeonatos FIA.

Aunque al Extreme E le está tocando seguir un camino similar, empezando sin marcas involucradas más allá de Cupra y con equipos reconocidos de competición estableciéndose como pilares fundamentales, por el momento las series eléctricas y su trasfondo ecológico sí parecen haber dado en la clave de forma temprana en involucrar a los pilotos que puedan tomar parte de las series.

Sébastien Ogier fue uno de los primeros embajadores, y a pesar de que no lo hemos visto en los últimos meses hacer uso de dichas funciones, sirvió para darle esa visibilidad inicial. Aparecieron en ese momento toda una amalgama de nombres, entre los que nos encontrábamos pilotos de rallycross como los hermanos Hansen, Timo Scheider, Andreas Bakkerud, representantes de la Fórmula E como Lucas di Grassi o André Lotterer y pilotos féminas como Jamie Chadwick, ganadora de las W Series, la experimentada Katherine Legge, o Mikaela Åhlin-Kottulinsky, nieta del ganador del Dakar de 1980 con un Volkswagen Iltis, Freddy Kottulinsky.

Hubo una segunda remesa de pilotos que conformaban esas listas de competidores disponibles, entre los que destacaban Chris Ingram, Billy Monger, el dakariano Sam Sunderland, Krisztian Szabo, Jerome D’Ambrosio, Daniel Abt, James Rossiter, Nelsinho Piquet, Loïc Duval, Antonio Félix Da Costa, Karun Chandhok y Oliver Turvey. Todos ellos eran nombres de altos vuelos, deportistas de primer nivel que formaban parte de esa lista de lo que se conocía como “Programa de pilotos” que en su momento también vimos en las fallidas Electric GT.

Carlos Sainz y Sébastien Loeb dispuestos a todo: 

Siguiente paso, empezar a poner imágenes reconocidas al frente de los equipos. Obviamente cuando te faltan los fabricantes pierdes parte de ese atractivo mediático para la prensa, pero cuando al frente de dichos equipos o preparadores privados empiezas a poner a Lewis Hamilton, Nico Rosberg, Adrien Newey o al dos veces ganador de la Fórmula E, Jean-Éric Vergne, la situación cambia. Ya no hablas de Veloce o del X44, hablas de las estructuras de todos esos nombres propios relacionados directamente con la Fórmula 1.

Seguramente el test realizado en octubre terminó de ser clave. La prensa francesa se saltó el secreto de sumario, y además de la presencia confirmada oficialmente por los propios responsables del Extreme E de Valtteri Bottas, Billy Monger, Andreas Bakkerud, Sophia Floersch o Sébastien Loeb, también se deslizó que hubo otros grandes nombres propios que no tenían permiso para airearse, entre ellos el de Carlos Sainz. No tardó mucho el tres veces ganador del Dakar y bicampeón Mundial de Rallyes en confirmar que se había interesado por la competición de SUV eléctricos, dando credibilidad a esas informaciones de L’Equipe.

¿Y Ahora? La información de hace unos días de mi compañero Enrique Naranjo para el Diario MARCA en la que apuntaba que ya había contactos entre QEV Technologies, el equipo español que competirá en la Extreme E, con Laia Sanz y Carlos Sainz daban el primer gran vuelco al atractivo del Extreme E, poniendo para muchos en el mapa esta nueva competición. El segundo ha llegado también desde la misma fuente, relacionando a Sébastien Loeb precisamente con la formación de Lewis Hamilton, el X44, lo que supondría unir bajo el mismo paraguas a dos de los grande dominadores de los principales Campeonatos del Mundo FIA. El tener menos compromisos después de llegar al final en su relación contractual con Hyundai, permitiría al alsaciano afrontar con todas las garantías esta aventura a su regreso del Dakar 2021, e incluso cerrar con Andrea Adamo la aparición en alguna prueba suelta del WRC con el i20 Coupé.

Por el momento hay tres pilotos masculinos confirmados de los nueve que competirán finalmente, con Timmy Hansen sumándose a Kyle LeDuc y Mattias Ekström, mientras que entre las mujeres, Catie Munnings y Sara Price han sido las únicas anunciadas. Si en esta ecuación sumamos a nombres como Sébastien Loeb, Carlos Sainz y Laia Sanz, el método matemático empleado por los responsables del Extreme E seguirá los pasos del que empleó IMG con el World RX, reclutando para la causa a nombres como los del propio Ekström y Loeb, sumados a Petter Solberg o Ken Block, llevando al campeonato a unas cotas de popularidad impensables para una disciplina como el rallycross, con 50 años de vida a sus espaldas que apenas había salido de sus cotos privados en Francia, Reino Unido o los países escandinavos.

Vía | MARCA.com

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