El Mercedes-AMG S 65 es posiblemente el cenit de lo que Mercedes es capaz de hacer. Aunque la actual generación ya no goza de motores de doce cilindros – en las versiones Maybach sí, pero esa es otra historia – el Mercedes Clase S de la anterior generación gozó de versiones AMG de hasta doce cilindros. Los Mercedes-AMG S 65 presumían de un espectacular motor 6.0 V12 Biturbo de 630 CV de potencia, batalla larga, una opulencia y un lujo extremos… y una depreciación aún más espectacular, como te vamos a demostrar a continuación.
Decía mi padre que «un coche nunca es un buen negocio». Se refería a la depreciación, mantenimiento y gastos que generan, y no puedo estar más de acuerdo – aunque sienta devoción por estas máquinas con tanta alma. El mejor ejemplo de la depreciación que sufre un coche suele darse en vehículos premium de elevado precio inicial, cargados de equipamiento extra, y complejos sistemas mecánicos y electrónicos. Es normal que pierdan dos tercios de su valor inicial en menos de una década, aunque apenas hayan recorrido muchos kilómetros.
El coche en cuestión es una unidad matriculada en 2016, cuya factura inicial fue de nada menos que 286.371 euros. El propietario no dejó que estirase demasiado las piernas, ya que en seis años solo recorrió 18.012 kilómetros. La cuenta sale a unos 3.000 km anuales, quizá la única forma de que los costes operativos de esta superberlina no sean tremendos en términos absolutos. Con un consumo homologado de 11,9 l/100 km, no es un coche precisamente económico. Algo que posiblemente importa muy poco a quien ha desembolsado 300.000 euros en su compra.
Este es un coche diseñado para ser absolutamente meteórico en una Autobahn alemana. Aunque su velocidad punta esté limitada a 250 km/h, sus 1.000 Nm de par motor máximo y sus 630 CV hacen que las recuperaciones sean tan rápidas como un parpadeo. Sin embargo, los problemas llegan a la hora de vender un coche como este. Su precio de venta en 2022 fue de 155.000 euros. Un precio muy elevado, pero más de 135.000 euros inferior a su precio de compra, tras recorrer menos de 20.000 km. Si hacemos las cuentas, el kilómetro recorrido ha salido caro.
Concretamente, ha salido a 7,3 euros, sin tener en cuenta el gasto en combustible o mantenimiento, irrisorios en comparación con la depreciación. No obstante, no es tan extremo como el caso que hace no tanto tiempo también os presentamos en Diariomotor: un Mercedes S 500 de lo más deseable, que se había depreciado a razón de 666 euros por kilómetro.
Fuente: autoforum
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