Cuando se trata de iconos del mundo del automóvil, los nombres que primero suenan en nuestras cabezas son los de coches como el Volkswagen Beetle, tal vez el Golf, el Ford Mustang, el Citroën 2 CV o el Renault 5 por su fuerte trasnfondo clásico y social. No obstante, no suele ser tema de conversación en esta materia un coche que se ha ganado a pulso, por sus prestaciones y fiabilidad, un estatus al que prácticamente ningún otro coche ha podido llegar.
Hablamos de la Toyota Hilux, un todoterreno de tipo pick-up que generación tras generación ha demostrado ofrecer exactamente lo que buscan sus compradores: sencillez, durabilidad y las prestaciones necesarias para cumplir con su trabajo. Hace escasas semanas, además, se renovó con cambios que son los más significativos que ha recibido en lo que va de siglo, convirtiéndose, ahora más que nunca, en el 4×4 por el que merece la pena esperar a 2026.
Toyota Hilux
Y es que, incluso si la idea pasa por adquirir un todoterreno de carrocería cerrada, lo cierto es que el precio al que Toyota pondrá el Hilux a la venta en España, bien merece la pena barajar la opción de convertir en un habitáculo su cajón de carga trasero mediante un accesorio de tipo after-market. La prueba está en el Toyota Land Cruiser, que con 88.000 euros de precio, convierte a la Hilux en una ganga.
Bien es cierto que la división española de Toyota todavía no ha confirmado el precio al que será comercializada y, aunque se espera que aumente con respecto a la actual Hilux, no debería variar demasiado los 51.250 euros de precio que tiene actualmente en su versión con motor híbrido ligero. Se trata, en realidad, del mismo motor de cuatro cilindros, turbo y 2,8 litros de capacidad de siempre, que entrega ahora 208 CV y cuenta con el apoyo de un pequeño sistema eléctrico de 48 V con el que se gana la etiqueta Eco de la DGT.
Puede parecer un disparate de precio, pero teniendo en cuenta que el Land Cruiser cuesta esos 88.000 euros que hemos señalado anteriormente, el hueco de 36.000 que existe entre ambos va a hacer, con toda seguridad, que muchos descarten la compra del 4×4 más mítico de la firma japonesa para optar, directamente, por la pick-up, algo que ahora tiene más sentido que nunca dado el salto cualitativo por el que ha pasado la Hilux.
Es su habitáculo donde mejor se notan los cambios, aunque, evidentemente, el exterior también ha ganado enteros con un frontal mucho más agresivo y moderno y nuevas ópticas, pero el verdadero avance está en el interior, pues donde antes había un diseño y soluciones propias de un producto destinado a mercados emergentes, algo que la Hilux, ciertamente, es en gran medida, ahora se encuentra un salpicadero con formas derivadas directamente del Land Cruiser.
Todavía no hemos podido subirnos a bordo para analizarla detenidamente y ver si este salto también trae consigo una mejora en cuanto a calidad de materiales, pero no es esto lo más importante, sino el hecho de estar, ahora sí, ante el habitáculo que se merece un coche del Siglo XXI. Es más, con esto ha solucionado la que era su mayor pega frente a su rival más duro, la Ford Ranger, que en su último salto generacional dio un radical cambio en su interior con un cuadro de mandos digital y una pantalla central de disposición vertical.
Con todo lo anterior, la Hilux se encamina hacia un futuro igual de prometedor que hasta ahora a nivel global. Sólo falta por saber cuándo podrá Toyota traer las primeras unidades a España, algo que a más tardar debería posponerse hasta mitad del próximo año.
