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Peugeot 3008 Hybrid4: a prueba su sistema híbrido

Durante la pasada semana pude poner a prueba al Peugeot 3008 Hybrid4. No es la primera vez que me ponía tras su volante y ya había podido conocer en el centro PSA de Villaverde, en Madrid, los entresijos mecánicos de la tecnología Hybrid4, además, de la mano de Cándido Sanz, instructor técnico de la marca.

Ahora, tras la breve toma de contacto, he podido pasar un tiempo más representativo con este Peugeot. Una semana en la que comprobar de primera mano cómo de efectivo es el sistema híbrido, conocer en la práctica su funcionamiento, comprobar consumos y ver qué ganamos, y qué perdemos, con este 3008 Hybrid4. Palanca selectora del cambio en N, pisamos freno giramos la llave… y arrancamos.

¿Hemos arrancado? No se oye nada, absolutamente nada, ni un motor de arranque, ni un bloque diésel mascullando frente a nosotros… nada. El 3008 Hybrid4 arranca en modo automático pero, siempre que sea posible, no duda en hacer gala de su carácter eléctrico y por tanto no emite ni un solo decibelio de contaminación acústica, por supuesto tampoco consume combustible, por lo que de momento somos de lo más ecológico y todo ello además, con un importante extra de confort… ¿a alguien le gusta el sonido de arranque de un diésel?

Engranamos la D en su cambio CMP, de embrague pilotado, y nos ponemos en marcha en el más absoluto silencio. El climatizador está apagado, si estuviera encendido el motor de combustión se hubiera puesto en marcha. 20, 30, 40 kilómetros por hora y sigue sin ponerse en marcha el motor diésel.

Sorprende en los primeros kilómetros de uso, además del silencio en marcha, la retención que ejerce al soltar el acelerador, momento en el cual se recargan las baterías. En función de nuestro trato con el acelerador y las veces que podamos aprovechar en nuestro trayecto para recargar las baterías, tendremos unos 2 kilómetros de autonomía hasta los 60 kilómetros por hora, pero muy delicados tenemos que ser con el acelerador para alcanzar tal velocidad en modo eléctrico sin que el motor de combustión se ponga en marcha.

Tras los primeros kilómetros, una breve pausa, ¿cómo funciona el sistema híbrido del 3008?

La mecánica del 3008 Hybrid4 está compuesta por un bloque diésel hdi de 2 litros y 4 cilindros. Este bloque entrega una potencia de 163 caballos que están acompañados por los 37 caballos que ofrece el motor eléctrico. El motor eléctrico está acompañado por un equipo de baterías, situándose en la zona posterior del vehículo. Estas baterías son de níquel-hidruro metálico y Peugeot estima su vida al 100% en 10 años.

En comparación con el 3008 sin hibridar este modelo tiene un peso de 1.735 kg frente a los algo más de 1.500 kg del “normal”. Además, no sólo se ve penalizado en el peso, sino también en su maletero, que pasa de los 512 litros originales a los 420 litros de esta versión híbrida.

El 3008 Hybrid4 cuenta con 4 modos de uso que se pueden seleccionar desde una ruleta situada en el puente central. Estos 4 modos son AUTO, modo en el que arranca automáticamente el 3008 y en el que se distribuye de manera autónoma el uso del motor eléctrico y de combustión, el modo ZEV, en el que siempre que las condiciones sean las óptimas podremos circular en modo puramente eléctrico, el modo 4WD, en el que el motor eléctrico y el de combustión funcionan al mismo tiempo para conseguir así un sistema de tracción total y por último el modo SPORT en el que el 3008 adquiere un comportamiento más deportivo y el motor eléctrico ofrece un extra de potencia al de combustión.

Además de las cualidades dinámicas particulares de cada uno de los modos de conducción, hay un denominador común en todos ellos bastante favorecedor para el confort en marcha. El cambio CMP, motivo de queja personal en la prueba de otros vehículos de la casa del león o de Citroën, cambia totalmente en el 3008 Hybrid4. Esto es debido a la entrada en acción del motor eléctrico en cada uno de los cambios de marcha por lo que el paso de una relación a otra no se nota apenas.

Dinámicamente el punto más favorecedor lo encontramos en ciudad, como era de esperar. Gracias al sistema híbrido podemos recorrer distancias cortas en ciudad sin gastar nada en gasolina. Por ejemplo, ir a hacer la compra a un supermercado cercano puede suponernos no gastar nada o gastar realmente poco siempre que seamos cuidadosos con el acelerador. Pequeños trayectos cotidianos, por ejemplo ir a buscar a los niños al colegio, ir a comprar la prensa del día y los pequeños recados diarios podemos hacerlo con la tranquilidad de no consumir casi combustible.

Pero no sólo notaremos la presencia de este sistema híbrido en los consumos, también, y de una manera bastante notable, en la comodidad y suavidad en marcha. En trayectos largos por este terreno las ventajas van desapareciendo a medida que el motor de combustión entra en funcionamiento desapareciendo el silencio que segundos antes invadía el habitáculo. Prestando atención al uso del acelerador y a medida que aprendemos a exprimir todas las ventajas del sistema híbrido podemos marcar consumos por debajo de los 5 l/100 km buscando una conducción económica.

En autovía, mientras el modo eléctrico nos abandona a medida que subimos la velocidad para incorporarnos, en Peugeot prometen hasta los 60 km/h, en mi caso, alcancé los 50 km/h en modo eléctrico, la propulsión extra eléctrica sólo nos acompañará en momentos puntuales al pedir más potencia al motor, sólo hasta los 120 km/h, momento en el que el motor eléctrico se desacopla ya que supondría un lastre más que un beneficio a esta velocidad.

Tras abandonar la autovía el ordenador de abordo nos muestra consumos cercanos a los 6 l/100 km, se nota la perdida del apoyo del sistema eléctrico y aquí quedamos perjudicados por el peso del 3008 Hybrid. En total, tras los 1.000 kilómetros que he recorrido con él, el consumo medio ha sido de 5.6 l/100 km.

En definitiva puede ser una buena elección si nuestro principal uso se va a enmarcar en un ámbito urbano. La versión híbrida del 3008 tiene un precio de partida en esta variante de 36.000 euros, mientras que el modelo con el 2.0 HDi de 160 caballos, cambio automático y acabado Allure, tiene un precio de 30.000 euros.

Nos encontramos con 6.000 euros de diferencia entre uno y otro, sin duda una buena cantidad de dinero para pagar gasolina, pero a cambio el modelo híbrido nos ofrece, no sólo mejores consumos en ciudad, sino que desde mi punto de vista, la principal ventaja llega desde la mejora en confort, la ligera mejora en prestaciones y sobre todo en seguridad, ya que gracias a la tracción total y no, no porque en lugar de un vehículo familiar tengamos ahora la estabilidad y el control forzando el límite es inmejorable.

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