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Tecmovia

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Fisker Karma, toma de contacto: propulsión eléctrica como centro de todas las miradas

Tecmovia acude a la localidad de San Pedro de Alcántara para probar uno de los vehículos más exclusivos, revolucionarios y que más titulares genera a poco que se produzca cualquier eventualidad en su desarrollo, hablamos del Fisker Karma. Todo en este vehículo es digno de ser adjetivado, desde sus proporciones, a su diseño, pasando por una conducción que no deja a nadie indiferente.

El día comenzó no muy propicio para exprimir los 410 CV que atesora el Fisker Karma en su eje trasero a merced de dos propulsores eléctricos. Lluvias torrenciales y niebla por doquier no invitaban demasiado a recorrer el precioso paraje que une la localidad de San Pedro de Alcántara con la siempre bella Ronda. Sin embargo, un Sol inesperado nos regaló una tregua para poder exprimir lo mejor que esconde este atípico diseño prestacional basado en un esquema eléctrico de autonomía extendida.

Fisker Karma: único y exclusivo en todos sus detalles

El Fisker Karma hace gala de una planta y diseño de esos que son muy difíciles de olvidar, de hecho a quién he preguntado siempre subraya el impacto que causó el vehículo ante la primera cita. Es difícil pasar desapercibido allá donde se pretenda ir con él… su cintura elevada, sus pasos de rueda recogiendo llantas de 22 pulgadas y un habitáculo muy retrasado que proyecta un capó más allá de nuestra vista convierten al Karma en el perfecto reclamo de miradas.

Su enfoque es claramente premium, su precio desde 130.971 Euros da buena fe de ello. Por este precio nos hacemos con una berlina de marcado diseño deportivo, cuatro plazas individuales, abundante tecnología en todos y cada uno de sus detalles y unas terminaciones y calidades con serias miras puestas en las berlinas de lujo de corte deportivo que hoy en día se han hecho tan populares. Sin embargo, el Fisker Karma juega en otra liga, todo en él difiere de cualquier vehículo al que se le pretenda comparar, es un producto completamente único.

¿Eléctrico de autonomía extendida es sinónimo de deportivo?

El Fisker Karma arroja 410 CV de potencia máxima transmitidos al tren trasero mediante dos motores eléctricos sin transmisión intermedia de ningún tipo. El par máximo ofrecido por estos propulsores alcanza la friolera de 1.330 Nm que habrán de mover con soltura los 2.404 Kg de peso que homologa el Karma. Su velocidad máxima queda limitada en 200 Km/h, mientras que para acelerar de 0-100 Km/h empleamos 6,3 segundos si seleccionamos el modo de funcionamiento Sport.

El Fisker Karma es un vehículo al margen de todo lo existente en el mercado, su tecnología y concepción es su mejor carta de presentación. No es fácil encontrarle rivales

Una vez a los mandos del Fisker Karma no podemos olvidar en ningún momento que la propulsión será eléctrica a baterías en todo momento, contando con el respaldo de un propulsor gasolina turboalimentado de origen General Motors y 260 CV que entrará en funcionamiento siempre y cuando la capacidad del acumulador necesite ser regenerada o, demandemos un extra de prestaciones que la energía almacenada no sea capaz de suplir.

Así accionamos el botón de arranque que hace cobrar vida a toda la instrumentación 100% digital del Fisker Karma llevando a cabo un corto proceso de simulación de calibrado de las agujas. Seleccionamos la posición D y comenzamos. Ante nuestros ojos son 4 los modos de funcionamiento que podemos seleccionar: Stealth, Sport, Hill 1 y Hill 2.

La selección se realiza mediante dos levas situadas tras el volante y, si en lado izquierdo encontramos el accionamiento Sport para demandar el máximo de prestaciones y el modo «Stealth» para minimizar el consumo, en el lado derecho encontramos la maneta de accionamiento para transcurrir entre «D» normal con una mínima retención, «Hill 1» donde la retención aumenta en mayor grado y «Hill 2» donde la retención es más acusada propiciando un mayor frenado del vehículo y una mayor recarga del acumulador.

Los diferentes modos de regeneración y un cuidado tacto de freno hacen de este aspecto una de las mejores cualidades del Fisker Karma

De cara a propiciar la máxima regeneración posible y aprovechando un largo recorrido en pendiente descendiente, el Fisker Karma agrada mucho por un tacto de frenada poco habitual en los vehículos provistos de regeneración energética, posibilitando además no tener que hacer uso del pedal de freno si llevamos a cabo una constante transición entre los diferentes modos de retención para afrontar la bajada buscando la máxima recarga.

Su aplomo es brillante aunque su peso marque las dos toneladas y media, el Fisker Karma no hace amagos de perder la trayectoria ni por un instante. Su aceleración es contundente aunque difícil de comparar a lo ya conocido. El silbido eléctrico que acompaña la demanda de prestaciones enamora, sin embargo éste se ve enmascarado por el rugir del motor de explosión cuando exigimos el máximo. El exceso de peso lastran un empuje más contundente acorde a los 1.330 Nm de par y los 410 CV que emanan de su propulsión trasera eléctrica, aún así la aguja del velocímetro sube con brío.

Sabemos que corre pero… ¿Cuánto gasta un deportivo eléctrico?

Podría ser contraproducente con las cifras de potencia y par que manejamos, pero dado el enfoque técnico del Fisker Karma empleando un diseño de propulsión eléctrica a baterías con extensor de autonomía, se hacía imprescindible saber si el americano sería capaz de hacer frente a una búsqueda de las mejores cifras en eficiencia.

Si alguien piensa en su techo con células fotovoltaicas, que haga números conociendo que gracias a su funcionamiento se habían conseguido restaurar 16 kilómetros a lo largo de 1.800 kilómetros, queda claro que su uso se limita a la alimentación de climatización y sistema de sonido. La clave de su máxima eficiencia está en lo comedido que seamos con el uso del acelerador y la búsqueda del mejor modo de regeneración acorde a la situación del tráfico y posible desnivel.

Buscando una conducción confortable sin demasiados lujos con el acelerador, se consiguen regenerar poco más de 4 kilómetros durante una pronunciada bajada desde la mediación de la carretera que une Ronda con San Pedro, alrededor de 19 kilómetros. Cualquier concesión con el pie derecho vuelve a cero este dato en un instante. Es una lástima no contar con un modo forzado de propulsión eléctrica, por lo que sin energía acumulada será muy difícil no sentir el motor gasolina en funcionamiento.

El Fisker Karma ofrece la posibilidad de recargar su acumulador de 20.1 kWh mediante un cargador interno de 3.3 kWh que emplea en torno a 6 horas a 240 voltios y 16 Amperios. Sobre el papel, con la batería completamente cargada se pueden recorrer un máximo de 80 kilómetros en modo eléctrico, mientras que si agotamos además los 35 litros del depósito de combustible la autonomía máxima asciende hasta los 480 kilómetros.

El consumo medio homologado para el Fisker Karma es de 2,1 l/100 Km, mientras que durante la prueba establecimos un consumo medio en márgenes que oscilaban en torno a los 8 y 10 l/100 Km. Hablamos de una diferencia palpable respecto a la cifra oficial, sin embargo es reseñable el dato obtenido dadas las prestaciones y peso que ofrece el Fisker Karma.

Fisker Karma: más «chic» que deportivo eficiente

Con todas las cartas sobre la mesa es hora de admitir qué es y qué no es el Fisker Karma. Resulta obvio que su máxima de eficiencia es un registro difícil de conseguir si nos ceñimos a los datos reales, pero ello no quita que la relación entre consumos, prestaciones y calidad dinámica hagan del Karma un producto que encuentre pocas objeciones.

Su estética impacta y atrae miradas, lo que justifica claramente su visión como vehículo-escaparate tecnológicamente hablando. A excepción de ciertos detalles menores relacionados con calidad percibida sobre algunos remates, el comportamiento del Fisker Karma es noble y no traslada al interior ninguna leve imperfección de ajuste o falta de terminación. Tan solo un mayor aislamiento a nivel acústico frente al motor de explosión y un mejor y más pulido funcionamiento de la interfaz multimedia redondearía las sensaciones que se perciben en el interior.

En definitiva hablamos de un producto único y exclusivo, perfecto para lucir allá donde quieras ser visto y que inevitablemente proyecta una imagen sobre su conductor. Tecnología, deportividad y diseño son algunas de las características que mejor definen la personalidad del Fisker Karma.

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