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Ideas para el futuro: autopistas magnéticas

Hay quien se imagina que en el futuro los coches volarán por los cielos, que tendremos autopistas situadas a cientos de metros de altura por las que se circulará a toda velocidad. Todos los integrantes del tráfico estarán perfectamente sincronizados para aprovechar al máximo el tiempo y que no ocurra ni un solo error. Suena mucho a película de ciencia ficción.

También hay otras ideas de cómo construir una movilidad sostenible en el futuro y todas están “tocando tierra”. El diseñador alemán Christian Förg ha reflexionado acerca de dos formas diferentes de moverse por el espacio con el máximo aprovechamiento de los recursos. Dos formas según el lugar por el que te vayas a transportar: espacios urbanos o interurbanos. Dos formas de viajar y dos formas de propulsión diferentes.

El transporte del futuro

Idealmente los vehículos del futuro, que transportarían a una o dos personas a la vez, utilizarían un pequeño propulsor eléctrico para moverse libremente por la ciudad. Es de suponer que de aquella los vehículos serían más ligeros, ecológicos y sostenibles y que además tendrán baterías capaces de recargarse rápidamente (o ser “intercambiadas rápidamente”).

Fuera de las ciudades los vehículos se moverían dentro de unas autopistas muy bien orquestadas. En éstas no utilizarían para nada el motor eléctrico sino que se basarían en un motor lineal magnético que residiría debajo de la propia autopista. Éste crearía un campo magnético en movimiento que repelería a un elemento conductor que estaría en el propio vehículo, produciendo de esa manera el movimiento.

El transporte del futuro

Este campo magnético tendría la capacidad además de recargar las baterías mientras el vehículo se transporta por la autopista, matando dos pájaros de un tiro. Idealmente la velocidad en autopista sería elevada y constante para reducir el tiempo que se permanece en ella. Los pasajeros notarían el cambio de un sistema de transporte a otro por la posición del vehículo: en ciudades la carrocería estaría más erguida para mejorar la visibilidad y ahorrar espacio en aparcamiento mientras que en autopista estaría tumbada para hacer el viaje más confortable.

Según el propio diseñador el coste de implementar el motor magnético en las autopistas sería asumible y la tecnología para realizarlo ya existe actualmente. En principio las ideas que propone Chrystian parecen muy razonables pero para saber si algo así llegará a realizarse en el futuro tendremos que esperar unos cuantos años al menos.

Vía: wired

Más información: Christian Förg

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