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Japón quiere coches de hidrógeno para 2015, ¿Y España?

Desde que se empezó a hablar en serio de los coches propulsados por hidrógeno siempre solía aparecer, por razones que se me escapan, el año 2015 como la fecha mágica para el inicio de la producción más o menos en serie. Y aunque últimamente, para mayor gloria de las compañías eléctricas, todo la fama se la están llevando los coches eléctricos de baterías, parece que en Japón vuelven a “resucitar” al coche de hidrógeno y, como no, vuelven a hablar de 2015.

Esta vez la noticia viene cocinada por Toyota, Nissan y Honda que, en compañía de diez grandes corporaciones petroleras y gasísticas niponas, parecen haber alcanzado un acuerdo para el lanzamiento a gran escala de vehículos propulsados por hidrógeno mediante célula de combustible. Se dan de plazo apenas un lustro. Solo espero que esta vez sí estén hablando en serio.

Coches de hidrógeno japoneses

Por supuesto, el acuerdo vuelve a incluir el inevitable capítulo de la necesidad de construir y desarrollar la infraestructura necesaria para poder suministrar hidrógeno a esta flota de vehículos, condición sine qua non para que el hidrógeno se convierta en el “combustible” del coche moderno. Esta ingente tarea correrá a cargo de las compañías energéticas involucradas.

El comunicado tampoco da mucho más de sí pues parece poco más que una declaración de buenas intenciones, pero me gustaría extenderme un poco más en este tema aportando algunos de mis puntos de vista. Básicamente porque aún no he acabado de escribir este artículo y ya estoy oyendo las primeras voces críticas señalando el tipo de empresas interesadas en el proyecto: todas ellas relacionadas con el petróleo y el gas natural. Pues claro, ¿qué esperaban? ¿A la industria farmaceútica? ¿Alguna cadena de restaurantes de comida rápida?

Coches de hidrógeno japoneses

Como ya expliqué en su momento, la industria del petróleo es una experta en producción de hidrógeno, ya que lo emplean para craquear el crudo. Su producción es tan extensa (hablamos de unos 30 millones de toneladas al año) que si saliera de las refinerías y de las plantas de producción de fertilizantes podría abastecer a unos cuantos millones de coches con célula de combustible. Eso sí, es “hidrógeno negro”, extraido mayoritariamente del petróleo y el carbón. No es precisamente una panacea medioambiental.

Coches de hidrógeno japoneses

Estamos de acuerdo en que estas grandes corporaciones petroleras no son precisamente, a pesar de su experiencia, la mejor compañía para embarcarse en semejante proyecto. Pero que quieren que les diga, los compañeros del bando contario, el de los “inminentes” coches de baterías, me parecen aún peores. Las petroleras han demostrado a lo largo de su historia que no son precisamente ángeles de la caridad, pero las compañías eléctricas están resultando aún más codiciosas, sobre todo desde que empezaron a relamerse con el futuro negocio del coche que se recarga en un enchufe.

¿El mismo perro con diferente collar? A priori sí. Sin embargo, me decanto claramente por la opción del hidrógeno aunque en principio provenga de las petroleras. Llámenme iluso, y si quieren hasta ignorante, pero estoy convencido de que en el mismo momento que el coche de hidrógeno sea una realidad (y ojalá lo fuera para 2015) vendrá acompañado de la posiblidad de que cualquier ciudadano pueda producir, mediante energías renovables, su propio hidrógeno. No olviden que cuando Honda empezó a publicitar su modelo Clarity, el precio incluía una pequeña estación doméstica productora de hidrógeno alimentada por energía solar.

Coches de hidrógeno japoneses

De las compañías eléctricas, sobre todo de las españolas, me fio menos. Mejor dicho, no me fío ni un pelo. No hay más que ver el cabildeo que se traen con este y anteriores gobiernos, el engaño del dichoso déficit de tarifa, los tarifazos injustificables y el fraude de las subastas de electricidad. Han conseguido, con el gobierno haciendo de mamporrero, llevar al ostracismo a la energía fotovoltaica en un país donde nos sobra radiación solar y, hoy por hoy, han impedido que cualquier ciudadano pueda producir su propia electricidad sin que sea considerado un productor a nivel industrial.

Si a estas alturas han impedido la implementación de algo tan simple como la medición neta para que cualquiera pueda producir parte de la energía eléctrica que consume, ¿acaso creen que cambiarán de actitud cuando nos tengan agarrados por los huevos gracias a la implantación del coche eléctrico de baterías?

Vía: La Vanguardia > menéame
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