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¿Evolución lógica o pérdida de personalidad? Así va el BMW X1 xDrive20d que acabamos de probar

BMW ha presentado un nuevo X1 hace apenas unos meses. Se trata de un SUV compacto, la segunda generación de un coche lanzado al mercado en 2008. Una nueva generación que supone un completo cambio de filosofía con respecto a la versión saliente. Es un coche construido sobre una nueva plataforma, llamada UKL 2. Una plataforma de motor delantero transversal estrenada por el BMW Serie 2 Tourer. El BMW X1 abandona su filosofía de tracción trasera o total y está disponible en versiones de tracción delantera o total. El cambio no podría haberle sentado mejor.

Más compacto, pero más espacioso

Todas las ópticas del coche son LED, tanto delante como detrás. Su diseño gana mucho en vivo, las fotos no hacen justicia.

El BMW X1 ha cambiado. Curiosamente, es más corto que la generación saliente, en 3 centímetros. Y a pesar de ello, es un coche mucho más espacioso, pero llegaremos más tarde a ese punto. Estéticamente, el BMW X1 tiene lazos claros con la familia SUV de BMW, aunque resulta más compacto, menos estilizado. Al no tener motores de configuración delantera longitudinal, su capó es más corto, y ello produce una sensación visual de coche más compacto. En su frontal encontramos unos riñones de tamaño XXL, marca de la casa.

Aunque parece que en este caso sean aún mayores. Las ópticas full-LED de nuestra unidad tienen una mirada diurna penetrante. El paragolpes está cuajado de entradas de aire, que le dan un aspecto dinámico, que guarda ciertas similitudes con el X1 anterior, que también tenía los antinieblas en los lados del paragolpes. Su cota de altura son 1,60 metros, y a pesar de ello consigue ser estilizado. En su zaga nuestra unidad cuenta con dos tubos de escape gemelos, que asoman a los lados de un paragolpes de aspecto campero.

El nuevo BMW X1 mide 4,44 metros, 12 centímetros menos que su hermano mayor, el BMW X3.

He de reconocer que el diseño del BMW X1 no me convencía cuando vi sus primeras imágenes, y ni siquiera me convencía cuando mi compañero Mario me enseñó imágenes de su presentación en Madrid. Pero es un coche que en directo convence, que resulta atractivo y pintón. Incluso hace girar cabezas, aunque también puede tener que ver el hecho de que nuestra unidad sea de un bonito color blanco metalizado, que hace un bonito juego con las llantas de 18 pulgadas de color gris oscuro y las barras plateadas del techo.

Un interior práctico, y por fin amplio

La calidad de materiales y acabados del BMW X1 ha dado un gran salto positivo, y está en lo más alto de su segmento.

El BMW X1 de primera generación estaba construido sobre la plataforma del Serie 3 Touring, de carrocería familiar. Era un coche dinámico e interesante, pero el espacio interior no era su fuerte. El hecho de tener un motor delantero transversal libera multitud de espacio, reduce el tamaño del túnel del eje de transmisión y permite un packaging más eficiente. Esto es especialmente patente en las plazas traseras, donde la cantidad de espacio disponible a nivel de rodillas es simplemente increíble.

No sólo es líder a nivel de espacio con respecto a sus competidores premium – Audi Q3 y Mercedes GLA – sino que está al nivel de lo mejor del segmento generalista. Las plazas delanteras son también muy amplias, y el rediseño de la consola central logra que el espacio diáfano en el interior del coche sea impresionante. Debéis tener en cuenta que los fabricantes de coches nos suelen dejar coches de prensa cargados de opciones, como por ejemplo, el enorme techo panorámico de esta unidad, que contribuye a la sensación de espacio.

El componente práctico es excelente, con multitud de huecos para dejar objetos, repartidos por todo el habitáculo.

Pero es una sensación real. La ergonomía es francamente buena, con un puesto de conducción que podemos adaptar a nuestras preferencias de forma rápida y sencilla. La instrumentación es legible y clara, mezclando dos relojes analógicos con una pantalla TFT que los subraya, que muestra de forma inteligente información sobre el modo de conducción, permitiendo transmutar un indicador de consumo instantáneo en un medidor de conducción eficiente. Una solución elegante que emplean otros BMW a lo largo y ancho de la gama.

No tengo quejas a nivel de ergonomía, la consola central es sencilla, con pocos botones, y está coronada por una pantalla TFT opcional de 8,8 pulgadas en el caso de nuestra unidad, en combinación con un Head-Up Display convincente. Todo el sistema de infoentretenimiento se controla a través del iDrive, un control circular táctil situado entre los dos asientos. Su uso requiere de un pequeño proceso de adaptación, aunque un problema que he notado es que la posición de la mano es un poco forzada con el reposabrazos desplegado.

Considero un extra imprescindible el pack de servicios ConnectedDrive, un opcional de 828 euros.

Otro punto a favor del nuevo X1 es la mejora en espacio de carga. El maletero tiene una forma perfectamente regular y tiene 505 litros de capacidad, una cifra superior a la media del segmento. Los asientos traseros se abaten con solo pulsar un botón, y forman una superficie de carga plana en la que entran bultos de hasta 1.550 litros de volumen. Si requerimos más espacio, la fila trasera de asientos se puede mover longitudinalmente, a costa de penalizar a los pasajeros de las plazas traseras.

Como es habitual, no tiene rueda de repuesto, sólo un kit antipinchazos. Pero a estas alturas de la fiesta, esto no debería sorprendernos, por desgracia. Lo que sí me ha sorprendido es la variada suite de servicios ConnectedDrive de los que este BMW disponía. Con una SIM y conexión de datos 3G, es posible consultar la bolsa, que el coche nos lea noticias de actualidad o usar el servicio de asistente personal del que ya os hemos hablado. Varias aplicaciones como Yelp o Flickr completan un paquete de servicios muy útil.

¿Sabe comportarse en carretera?

El consumo de este motor es sorprendente: de Asturias a Madrid a ritmo legal hemos logrado una media de 5,4 l/100 km.

Tenía mis prejuicios, debo reconocerlo. Errar es de humanos, así como también lo es retractarse de los prejuicios. Con el cambio de arquitectura del X1, pensé que su dinamismo sería catastrófico, en comparación a su anterior generación. Lo cierto es que hay que entenderlo de otra manera. La versión que hemos probado es la xDrive20d, dotada con un motor turbodiésel de 2,0 litros, capaz de desarrollar 190 CV de potencia y un enorme par motor de 400 Nm, disponibles en un margen amplio, entre las 1.750 rpm y las 2.500 rpm.

En este caso, toda la potencia pasa al suelo a través de las cuatro ruedas, y emplea una caja de cambios automática de ocho relaciones desarrollada por ZF. Es un coche rápido: hace el 0 a 100 km/h en 7,6 segundos y su velocidad punta es de 219 km/h. La combinación de motor y caja de cambios invita a una conducción relajada. Como es evidente, es un coche potente y rápido si así lo queremos, pero la entrega de su potencia es muy progresiva y nos invita a tomarnos las cosas con algo más de calma. El adjetivo podría ser familiar.

La opción mecánica más solicitada será el motor 2.0 turbodiésel de 143 CV con tracción delantera y cambio manual.

El paso a una arquitectura de motor delantero transversal no es apreciable en el día a día, sólo cuando acometemos una carretera de curvas. Con una distribución de pesos casi perfecta – el motor está muy rezagado, no colgando por delante del eje delantero – consigue un paso por curva ágil. Nuestra unidad no disponía de suspensión deportiva, y los balanceos de la carrocería son notables en curvas muy pronunciadas, pero me quedo con su facilidad de cambiar de dirección y una respuesta adecuada a mis inputs como conductor.

En su modo Sport, la dirección se endurece – es eléctrica, pero con un buen feedback – y la respuesta del coche al acelerador es más directa. El comportamiento de la caja de cambios es intachable; esta caja de convertidor de par es de las mejores en su segmento. Su posición de conducción es más elevada que su predecesor, y en general su tacto es más amable, menos agresivo. Retiene el feeling del resto de la gama BMW, con una dinámica que la práctica totalidad de conductores no distinguirá de su predecesor. De hecho, la apreciarán más.

El primer BMW X1 pecaba de rígido, de seco. El nuevo X1 es más confortable y en definitiva, mucho más práctico.

Aunque siga siendo un coche con un buen compromiso entre comodidad y dinamismo, se inclina más por el primer adjetivo si no equipa una suspensión deportiva opcional. ¿Es esto malo? En absoluto, lo que BMW ha hecho es construir un SUV compacto siguiendo los casos de éxito del segmento, con el Audi Q3 como claro objetivo a batir. El BMW X1 de primera generación jugaba en una liga diferente al resto de SUV compactos. El actual sí lo hace, y tiene muchas papeletas para llevarse el Balón de Oro al final de la temporada.

¿Es capaz de salir del asfalto el nuevo BMW X1? Por supuesto, pero el sistema de tracción total xDrive de nuestra unidad aporta más un plus de estabilidad en condiciones climatológicas adversas que verdaderas ventajas fuera del asfalto, donde la mayor parte de unidades vendidas siquiera se aventurarán. El sistema xDrive manda por defecto toda la potencia al eje delantero, pero puede mandar hasta un 100% de potencia al eje trasero. La mayor parte de SUV del segmento no pueden enviar más del 50% de potencia al eje trasero.

Gama BMW X1: desde 30.950 euros

Nuestro BMW X1 xDrive20d Aut. tiene un precio de partida de 39.900 euros. Es la segunda opción más potente de la gama en motores diésel, por detrás del X1 xDrive25d de 231 CV. Aunque el precio de partida no llegue a los 40.000 euros, la cantidad de extras que equipa nuestra unidad sitúa su precio final por encima de los 55.000 euros. Los extras de una marca premium siempre son caros. Por 32.400 euros es posible adquirir un BMW X1 sDrive18d, de tracción delantera y 150 CV de potencia, una de las opciones más equilibradas del segmento.

Sus precios están en línea con la oferta del Audi Q3, casi idéntica a nivel de opciones mecánicas y desempeño. El Q3 es unos centímetros más corto y tiene un maletero algo más pequeño. Por su parte, el Mercedes GLA no es un rival del todo comparable, en el sentido de que se trata más bien de un crossover basado en el Clase A, más que un SUV como sí lo son los X1 y Q3. Una alternativa más enfocada al transporte de pasajeros de forma cómoda es el BMW Serie 2 Tourer o Gran Tourer, con los que comparte plataforma.

En Diariomotor:

Vídeo destacado del BMW X1

Imagen para el vídeo destacado del BMW X1 Botón de play
Fabian Kirchbauer Photography
Logo de la marca bmw BMW X1
  44.200 €

El BMW X1 es un SUV de dimensiones compactas, disponible únicamente en carrocería de 5 puertas, que por tamaño rivaliza con el Audi Q3. Según versiones hay posibilidad de elegir la tracción total e incluso motores híbridos.

Ficha X1
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