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3 falsos mitos que no te ayudarán a ahorrar combustible estas vacaciones

Con el verano llegan las vacaciones. Y con las vacaciones llega el momento de salir de viaje, a menudo en coche, momento en el que cualquier ahorro de combustible que consigamos siempre será bien recibido para reducir la factura, lo cual en estos tiempos que corren es siempre bien recibido. ¿Pero de verdad sabes qué técnicas son las que te ayudarán más a ahorrar? ¿Hasta qué punto esas técnicas están ayudándote realmente a ahorrar combustible? He aquí 3 falsos mitos que no te harán ahorrar combustible estas vacaciones, sino todo lo contrario.

1. Utilizar marchas largas no siempre supone un ahorro de combustible.

Generalizar nunca es bueno. Y la generalización de que utilizar una marcha larga, circular con la aguja del cuentarrevoluciones al mínimo, es siempre la solución más adecuada para ahorrar combustible es un error. Si queremos dominar el arte del ahorro de combustible es importante que busquemos un régimen de revoluciones adecuado, y óptimo, y el régimen más óptimo suele encontrarse a un régimen bajo, en el que el coche pueda moverse con soltura y el motor requiera el mínimo de combustible para cubrir el esfuerzo. Probablemente el régimen más adecuado sea aquel en el que al pisar a fondo el acelerador tu coche no tenga problemas para ganar velocidad sin reducir una marcha. Todo lo demás conllevará un estrés innecesario en el motor. Y es que si tu coche tarda en reaccionar, o la marcha engranada exige que mantengamos el pedal derecho a fondo durante mucho tiempo para ganar velocidad, es probable que estemos forzando en exceso a nuestro coche y que, en definitiva, el resultado sea contrario a nuestro objetivo.

Recuerda que en un coche muy cargado, o en tramos con pendientes ascendentes, nos costará más mantener el motor de nuestro coche a un régimen bajo sin incurrir en el error de haber engranado una marcha demasiado larga para conseguir el esperado ahorro de combustible. No hagas caso, a pies juntillas, a aquellos que aconsejan un régimen de revoluciones determinado, porque esto depende de muchos factores, desde las relaciones de cambio del coche, y la naturaleza de su motor, hasta la carga del vehículo.

El año pasado ya os dábamos una explicación más detallada de este mito en el artículo sobre el no tan mágico ahorro de usar la marcha más larga.

2. Abrir las ventanillas no siempre supone un ahorro con respecto a usar el aire acondicionado.

Sí, el aire acondicionado consume combustible. El problema está en encontrar cierto equilibrio entre una solución relativamente cómoda para los pasajeros, evitar que estos pasen demasiado calor, especialmente en estos días de verano, y que esa solución conlleve el mínimo consumo de combustible.

El aire acondicionado se compone de una serie de sistemas, como el compresor, que exigen un consumo energético. Y ese consumo energético se consigue a costa del rendimiento del motor, y por lo tanto de exigir un consumo de combustible adicional. El gran problema está en que bajar las ventanillas, y especialmente a velocidades de autovía y autopista, también supone un esfuerzo extra para nuestro coche, en tanto su afectación a la aerodinámica conlleva un mayor consumo. Es preferible utilizar el aire acondicionado únicamente cuando sea necesario, aprovechar al máximo la recirculación del aire en días muy calurosos (para aprovechar en la medida de lo posible el aire fresco del habitáculo), viajar con las vestimenta adecuada, o incluso abrir las ventanillas y las puertas del coche unos minutos antes de iniciar nuestro viaje, especialmente si el coche ha permanecido aparcado al sol.

Sobre este tema ya profundizamos el año pasado en el siguiente artículo: el eterno debate, abrir las ventanillas o usar el aire acondicionado, ¿qué consume más?

3. El eterno debate sobre el punto muerto en las bajadas.

Otro tema polémico donde los haya es el de aprovechar el punto muerto en las pendientes descendentes. En el momento en que desengranamos una marcha, y la transmisión queda desconectada del motor de nuestro coche de manera que el movimiento no se transmite al eje primario del motor, nuestro coche necesariamente requerirá consumir combustible para mantener el motor en funcionamiento. Si soltamos el acelerador, con una marcha engranada, y dejamos «llanear» a nuestro coche, el consumo de combustible durante ese momento será nulo, en tanto la inercia será más que suficiente para mantener el motor en funcionamiento.

El problema, y por lo tanto el aspecto que más dudas genera, está en que con una marcha engranada, la retención del motor y las pérdidas por arrastre limitarán la capacidad de nuestro coche para ganar velocidad, o mantenerla. Eso quiere decir que pendientes muy leves no serán suficientes para que nuestro coche mantenga la velocidad al soltar el acelerador. De ahí que, en ciertas circunstancias, desengranar una marcha y mantenernos en punto muerto sí sea una solución óptima para mantener la velocidad, consumiendo combustible, pero el mínimo posible para mantener nuestro ritmo. En cualquier caso, esta práctica no es recomendable para conductores que no estén muy familiarizados con ella, e incluso puede resultar peligrosa, debido a que en punto muerto nuestro coche no contará con la retención del motor para decelerar con seguridad en una pendiente muy pronunciada.

Lo que no tiene sentido, en ningún caso, es descender una pendiente muy pronunciada en punto muerto si para mantener una velocidad segura y legal hemos de utilizar el freno. En esa situación no solo estaremos consumiendo combustible, sino que además estaremos aumentando los riesgos y generando un estrés innecesario en los frenos.

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