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Lancia New Stratos (2010): recordando el maravilloso superdeportivo al que Ferrari impidió llegar a las calles

2010 ha quedado ya lejos, pero en el mundo del automóvil no debemos olvidar las máquinas que nos robaron el corazón hace ya más de un lustro. Quizá os acordéis del Lancia New Stratos. Fue el proyecto de Michael Stoschek, dueño de un exitoso proveedor automovilístico alemán. Quiso lanzar un Lancia Stratos del siglo XXI, un superdeportivo de calle que Lancia jamás se atrevería a producir. A pesar de tener a Pininfarina bajo el brazo y nada menos que 50 pedidos en firme, jamás se produciría más de una unidad del New Stratos.

Michael Stoschek es el propietario de los derechos de utilización del nombre Stratos actualmente, no Lancia.

El proyecto nacía en 2008, y su presentación en 2010 cogería por sorpresa a la industria automovilística. Nacía un espectacular superdeportivo de motor central, pintado en color negro y diseñado por las plumas maestras de Pininfarina. Una máquina que evocaba muy poderosamente a la leyenda de rallye de los años 70, un superdeportivo de motor central de origen Ferrari y dimensiones que hacen parecer un gigante a un Renault Clio si lo situamos a su lado. Pocos sabían entonces que el proyecto estaba destinado al fracaso absoluto.

Nos enamoró especialmente su diseño, fiel al original, pero con códigos de estilo trasladados al siglo XXI. Especialmente me llamaba la atención su escasa distancia entre ejes. De sólo 2,4 metros, era muy similar a la del Stratos original, coche extremadamente ágil y nervioso al límite. Sólo pesaba 1.247 kilos de peso, gracias a una carrocería construida en fibra de carbono y un chasis de aluminio. Empleaba como base una versión acortada del bastidor del Ferrari F430, del que también utilizaba el motor V8 de 4,3 litros.

Las ópticas traseras LED procedían de un Ferrari 599 GTB Fiorano.

El respeto a la historia siempre fue una de las claves del proyecto, y al igual que su predecesor, el New Stratos debía usar un motor Ferrari. Es importante que os quedéis con esta idea: Ferrari y Lancia debían ir de la mano para llevar a buen puerto el proyecto. El motor V8 del Ferrari F430 había sido potenciado, creciendo desde los 510 CV del F430 Scuderia hasta unos increíbles 540 CV a 8.200 rpm, logrados gracias a una reprogramación electrónica, un catalizador deportivo Capristo y un nuevo ciclo completo de admisión.

El par máximo aumenta hasta más de 500 Nm a 3.750 rpm. Toda la potencia pasaba al tren trasero a través de una caja de cambios secuencial de origen Ferrari y seis relaciones, capaz de cambiar de marcha en sólo 60 milisegundos. Para que el New Stratos tuviese un verdadero feeling de rallyes y unas prestaciones fulgurantes, sus creadores instalaron un grupo corto en su caja de cambios. Esto limitaba su punta a «sólo» 274 km/h, pero permitía un 0 a 100 km/h de 3,3 segundos y un 0 a 200 km/h de sólo 9,7 segundos.

En su eje trasero, Michael Stoschek instalaba un diferencial autoblocante mecánico Drexler.

Monta suspensión adaptativa ZF Sachs con muelles Eibach y frenos cerámicos Brembo de alto rendimiento, también sacados del catálogo de piezas de Ferrari. En el eje delantero los discos tienen un diámetro de 398 mm – abrazos pinzas de seis pistones – y en el eje trasero tienen un diámetro de 350 mm. Pensad en la potencia de frenado que ofrecían habida cuenta del ligero peso del coche. Los neumáticos son Dunlop Sportmaxx de gama alta con medidas 315/30 R19 en el eje trasero y 265/30 R19 en el eje delantero.

El interior mezcla de nuevos componentes Ferrari, pero el resultado es un espectacular salpicadero de aluminio, con relojes que nos retrotraían a los años 70. Asientos deportivos de fibra de carbono y un espectacular volante cerraban el círculo. Al poco de ser presentado el proyecto, su creador acudió a Fiorano para que Luca Cordero di Montezemolo lo pudiese probar. El coche sólo recibió alabanzas dinámicas y buenas palabras del directivo italiano. En Pininfarina también estaban listos para su producción.

Entonces, ¿qué ocurrió?

El CEO de Ferrari vetó el proyecto, negándose a la venta de componentes de origen Ferrari.

A pesar de tener multitud de pedidos en firme – unos 40 pedidos en firme, a un coste que era posiblemente cercano al medio millón de euros – su producción nunca prosperó. El proyecto fue vetado por Amedeo Felisa en 2011. El CEO de Ferrari era el que debía autorizar la venta de motores y plataformas de Ferrari F430, y posiblemente decidió que podía hacerle sombra al entonces recién estrenado 458 Italia. Algunos creen que hubo presiones por parte de las altas esferas del Grupo FIAT, que no querían ver un renacer no oficial del Lancia Stratos.

Sea como fuere, las circunstancias siempre fueron extrañas. Sólo una unidad fue construida, aunque en la web oficial del proyecto queda explicitado que si en algún momento Ferrari se anima a crear un sucesor para el Ferrari Dino, sería una base excelente para un nuevo Stratos. Para el quinto proveedor mundial de automoción – de propiedad familiar – la financiación de un proyecto así nunca debería ser un problema. Mientras tanto, os dejo unos cuantos vídeos con los que seguir soñando.

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