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Coches de competición para recordar: Ferrari

Hoy inauguramos una sección que los más veteranos recordarán de otros tiempos y lugares. La historia del automovilismo nos ha dado coches inolvidables; bonitos, rápidos, espectaculares, raros, legendarios… en definitiva, únicos. Por ello y a partir de hoy repasaremos semanalmente los coches de competición que merecen ser recordados a razón de cinco por marca. Evidentemente, los criterios son personales y por ello nunca podrán complacer a todo el mundo. Aún así, esperamos que el repaso histórico sea interesante, las fotos bonitas y evocadoras y el texto, lo suficientemente interesante como para generar debate.

Para empezar, qué mejor marca que Ferrari, la leyenda italiana que tantas pasiones mueve. Un constructor que está en marcha desde los años 40 y que mantiene su popularidad en base a la unión entre tradición y modernidad, coches espectaculares, preciosos y sobre todo, musicales. Un equipo que ha ganado prácticamente todo lo ganable; desde las 24 horas de Le Mans hasta el campeonato del mundo de Fórmula 1, pasando por todo lo que existe entre medio. Si una marca tiene que ocupar nuestra particular pole position, debe ser la del Cavallino Rampante.

Ferrari 250 GTO – Gran Turismo

Ninguna lista de coches para recordar de Ferrari estaría completa sin por lo menos mencionar el fantástico 250 GTO, un coche que la marca italiana fabricó entre 1962 y 1964 para competir en el Grupo 3 de la FIA. La intención, competir en carreras de resistencia en la categoría de Gran Turismo. Por lo tanto, aunque a menudo se ve la imagen de un 250 GTO sin números y con aspecto de calle, el coche está pensado para competir en circuitos de todo el mundo.

De hecho, el coche es tan exclusivo que solo se fabricaron 39 unidades en total. Las primeras 33 tienen el aspecto más conocido mientras que tres unidades se fabricaron con un paquete aerodinámico distinto y las últimas tres se conocieron como 330 GTO al contar con un motor de mayor capacidad. La historia curiosa del 250 GTO es que Ferrari utilizó una trampa ingeniosa para la época para que se homologara el coche para competir a pesar de que había que fabricar 100 unidades para ello.

Ferrari dio números de chasis muy espaciados a los 39 modelos para que la FIA entendiera que había más coches fabricados de los que enseñaban. La estratagema coló y los coches fueron homologados para competir y pronto estaban ganando carreras. El coche ganó el campeonato del mundo en la categoría reservada a coches de más de 2000cc en 1962, 1963 y 1964, antes de quedarse anticuado con la llegada de los motores centrales.

Ferrari 312 – Fórmula 1

El magnífico Ferrari 312 de Fórmula 1, monoplaza que pilotaron John Surtees, Lorenzo Bandini, Chris Amon, Ludovico Scarfiotti y Jacky Ickx entre otros, es la sublimación de la Fórmula 1 más pura. Coche relativamente simple, sin alerones, sin publicidad, las carreras en su forma más primitiva. El 312 se estrenó en la temporada de 1966 de Fórmula 1, tras el cambio de normativas que volvió a subir la cilindrada de los coches de Fórmula 1 de un litro y medio a tres litros. Con Surtees a los mandos, lucho por victorias sin demora.

Pero quizás este coche de líneas tan agradables y ese escape “tubo de espagueti” tan característico es más conocido por la desgracia de 1967 en el circuito de Montecarlo, donde Lorenzo Bandini perdió la vida. A partir de entonces, quedó Chris Amon como principal piloto de la Scuderia y su casco con esas tres líneas de color pasó a ser sinónimo indiscutible del 312. El piloto neozelandés no ganaría ningun gran premio con el 312 pero luchó con bravura en 1967, 1968 y 1969, siendo el piloto que más carreras disputó con él.

El bagaje es relativamente pobre, con siete pole positions, tres victorias y tres vueltas rápidas en 38 carreras. Ningún título mundial aunque muchísimos elementos remarcables sobre el monoplaza. Su belleza, su velocidad y su fragilidad convierten al 312 de Fórmula 1 en un clásico que responde casi con totalidad a la descripción de lo que un purasangre de carreras debería ser. Pasión italiana y Ferrari en estado puro. Según muchos entendidos, el Fórmula 1 más bonito de toda su historia.

Ferrari 330 P4 – Sport-Prototipo

Si les preguntáramos a muchos de los que vivieron la época de los años 60, aquellos que tuvieron la suerte de ver al 330 P4 en acción, no tendrían ninguna duda. El Ferrari 330 P4 es muy a menudo considerado como el coche de competición por antonomasia. El bólido de carreras más bello desde que el mundo es mundo. El color rojo, las formas que fluyen de forma suave, natural, como el viento, la velocidad que demostró. Lo único que le faltó al 330 P4 para coronarse fue ganar Le Mans.

Sí consiguieron ganar en Daytona, en 1967, única temporada en la que los 330 P4 compitieron. Una victoria legendaria para Ferrari con una foto igualmente histórica y con algunos de los mejores pilotos del momento. Muchos de los que compitieron con el 312 de Fórmula 1 lo harían también con este coche de resistencia. Pero habría que añadir talentos del tamaño de Jackie Stewart entre otros. No hay duda que un coche así atrajo la atención de grandes pilotos, aún existiendo tan solo cuatro unidades fabricadas.

Al respecto de este coche hay una anécdota sobre la derrota en las 24 horas de Le Mans en 1967. En su lucha hasta el fin del mundo contra Ford y sus MkIV, durante la noche francesa hubo un apagón mientras los Ferrari rodaban en cabeza. Cuando el cronometraje volvió a estar activo, Ford era líder con una vuelta de ventaja que Ferrari no pudo recuperar en ningún momento. Al año siguiente, una chicane recibe el nombre “Ford” en el circuito de La Sarthe. Conspiración o no, nunca se sabrá. Claro que siempre queda la frase de “c’est l’argent”…

Ferrari 412 T2 – Fórmula 1

El Ferrari 412 T2 (la T venía por el hecho que la caja de cambios estaba montada de forma transversal para mejorar el reparto de pesos en la zona trasera) fue un monoplaza que ayudó a Ferrari a recuperar el ritmo, siguiendo el proceso iniciado por el 412 T de 1994. La temporada de 1995 y el 412 T2 pasan a la historia como la última vez que Ferrari (o cualquier otro fabricante) usa un motor V12 en la Fórmula 1, para tristeza general de los aficionados al automovilismo, pues el sonido del V12 algo inigualable y añorado en el mundo de las carreras. De hecho, Michael Schumacher se preguntaría tras probar el coche cómo Ferrari había perdido el título con semejante motor, demostrando que además de buen sonido, también tenía buen rendimiento.

Con unos pontones laterales con una forma muy trabajada y el frontal particularmente bajo que ayudaba a mejorar la aerodinámica, el 412 T2 no era solo un monoplaza muy bonito. También era un coche endiablado capaz de competir con los Williams y los Benetton cuando tenía un buen día. Así lo demostró Jean Alesi en varias ocasiones, ganando en Canadá y quedándose cerca de la victoria en Nürburgring y en Monza. Cuatro segundos puestos del francés, además de la victoria, junto a los seis terceros puestos de Gerhard Berger, dan fe de la velocidad del monoplaza.

Solo por la victoria de Jean Alesi en el circuito Gilles Villeneuve, el sonido del motor V12, el número 27 y el increible aspecto que tenía, ya merece estar en los libros de historia. Para muchos, el último Ferrari “de verdad”. Más tarde hubo trabajo secreto para volver a usar un V12, durante la época de Schumacher, pero la FIA se encargó de prohibir los motores con una configuración distinta a los V10 para evitar que Ferrari fuera a dominar. Fue en vano, pues acabaron dominando por otras vías, pero nos queda la intriga de como habría sido un V12 cerca del año 2000.

Ferrari F2004 – Fórmula 1

La era del dominio de Ferrari fue abrumadora, espectacular y digna de alabanzas. Pero todo tiene un final y el F2004 fue el broche de oro a la mejor época de Ferrari en la Fórmula 1. El canto del cisne de la tripleta Todt-Brawn-Schumacher y el último título del alemán, a quien aún le quedarían un par de años con energía suficiente como para ganar carreras y luchar por el título. El F2004 nació como el heredero del F2003-GA con el que la Scuderia se llevó los títulos de pilotos y de constructores en 2003. Explotando sus fortalezas y reforzando sus debilidades, el coche demostró ser fuerte desde el primer momento.

Con él, Michael Schumacher ganó trece carreras que bien pudieron haber sido más. Por su parte, Rubens Barrichello consiguió sus dos últimas victorias con Ferrari, llegando a los quince triunfos sobre dieciocho carreras. Solo Jarno Trulli en Mónaco, Kimi Räikkönen en Spa-Francorchamps y Juan Pablo Montoya en Interlagos frenaron a los coches rojos en algún momento del año. El F2004 es la sublimación de la época dorada de Ferrari, con muchos apéndices aerodinámicos pero sin llegar a la exageración de 2007 o 2008. Bonito, veloz, legendario y sinónimo de éxito.

El legado de esta máquina de ganar empezó a vislumbrarse a principios de 2005, cuando aún consiguió un último podio en la Fórmula 1 como F2004M (Modificata) en Melbourne con Barrichello al volante. Pero Lo verdaderamente impresionante es que diez temporadas después, el F2004 mantiene los récords absolutos en Melbourne, Sakhir, Imola, Montecarlo, Nürburgring, Montreal, Magny-Cours, Hungaroring, Monza y Shanghai. Teniendo en cuenta que ocho de estos circuitos siguen aún en la Fórmula 1 hoy en día, se trata de un hito espectacular que demuestra la velocidad del F2004 así como el increible rendimiento de los coches de hace diez años.

El futuro de Ferrari sigue pasando por la Fórmula 1, donde concentra la mayor parte de sus actividades en competición, además de los coches de GT que compiten en campeonatos de todo el mundo. Pero los rumores sobre la vuelta de los italianos a las 24 horas de Le Mans con un prototipo siempre están ahí y para la propia marca, supone un prospecto atractivo que nunca puede descartarse del todo. Ferrari es legendaria y lo seguirá siendo por mucho tiempo. Sus coches seguirán sorprendiendo y enamorando, como el Rosso Corsa sinónimo de la pasión italiana.

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