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La historia de la semana: La mezcla imperfecta de un Ford GT y el motor Zetec-R de Fórmula 1

Desde que el Ford GT se presentó al público y luego empezó a comercializarse, la marca americana dejó claro que no habría un programa de carreras oficial, así como tampoco ningún programa de carreras-cliente. Por ello, los proyectos de competición que acabaron apareciendo no tenían el apoyo de la marca aunque en el caso de Matech con los coches de GT1, sí hubo cierta ayuda para que el coche pudiera competir. Un proyecto mucho menos conocido fue el del equipo DHG, que se presentó en el Super GT con un Ford GT… con un motor de Fórmula 1.

La loca idea empieza con el anhelo de DHG de disponer de un coche occidental y exótico para la clase GT300 del Super GT. Ahí es donde entró en juego TOM’S, que estuvo dispuesta a desarrollar el coche. El famoso preparador japonés, más conocido por su estrecha relación con Toyota, partió de una unidad de calle que fue modificada enormemente con el objetivo de mejorar sus opciones en pista.

A pesar de llevar a cabo el desarrollo inicial, TOM’S no se encargó del mantenimiento. Esta tarea fue para Teramoto Technical Office tanto en 2006 como en 2007, tras estar con un equipo privado de Porsche en 2005. Pero el punto más exótico de la preparación fue la decisión de TOM’S de no mantener el más que capaz motor V8 de 5400 centímetros cúbicos original. ¿El motivo? Montar un motor de Fórmula 1.

La unidad elegida fue un motor Zetec-R V8 de 3500 centímetros cúbicos como el que montó el Benetton B194 que llevó a Michael Schumacher a su primer título de campeón del mundo de Fórmula 1 en 1994 -las unidades usadas por varios equipos entre 1995 y 2001 eran V8 de 3000 centímetros cúbicos-. Evidentemente y por cuestiones de normativa, el motor estaba limitado a través de bridas a unos 300 caballos de potencia.

Con un pedigree como este, estaba claro que el DHG Advan Ford GT tenía todos elementos para convertirse en uno de los coches favoritos de los aficionados. Desafortunadamente, el coche no pudo salir en las dos primeras carreras por culpa de la complicada normativa de clasificación en el Super GT y la primera carrera del equipo no llegó hasta la tercera cita de la temporada, los 500km de Fuji. Allí consiguieron sus primeros puntos, que en realidad fue el solitario punto por terminar en décima posición.

No era un gran resultado aunque para ser la primera carrera, el equipo podía quedar satisfecho. Daisuke Ikeda y Hidetoshi Mitsusada se peleaban con un coche complicado pero que mejoraba a pasos de gigante. En la siguiente carrera en Sepang, salió desde la quinta posición en parrilla en GT300 y luchó por la victoria en su clase, terminando en la misma posición desde la que partían. A pesar de todo, la suerte del equipo cambió y en las dos carreras siguientes se vieron obligados a abandonar, con un joven Hiroaki Ishiura que se sumó a los pilotos habituales para los 1000km de Suzuka.

La fortuna volvió a sonreir al espectacular Ford GT -tanto a nivel visual como sonoro-, que a pesar de partir desde la última posición en su clase en la séptima carrera en el circuito de Motegi, consiguió remontar hasta la quinta plaza final. Era toda una demostración de ritmo que tenía una recompensa en valiosos puntos. Pero el mejor resultado estaba aún por llegar. El lugar fue el siempre único circuito de Autopolis. Allí, el coche del equipo DHG salía desde la undécima posición pero en carrera volvió a mejorar.

Aunque lejos del dúo de cabeza, Ikeda y Mitsusada llevaron el coche hasta la tercera posición. Era un resultado destacable aunque también fueron los últimos puntos del año. La última carrera del año no fue especialmente buena para el equipo, que estuvo toda la carrera fuera de los puntos. Eso dejaba a DHG con la décimo cuarta posición final en cuanto a equipos, mientras que sus pilotos ocuparon la décimo sexta. Por desgracia y a pesar de la ilusión con la que el equipo afrontaba su segunda temporada, eso fue lo mejor que se consiguió.

Los rivales, con más recursos, trabajaron mejor durante el invierno y en 2007 las cosas fueron mucho peor. Daisuke Ikeda se quedó en el equipo, al que se sumó Taku Bamba. Tras tres carreras sin puntuar, el equipo se saltó la cita en Malasia para preparar la segunda mitad de año. Las cosas parecieron mejorar un poco con la novena posición en los 1000km de Suzuka -con el expiloto de la NASCAR, Hideo Fukuyama como invitado-. Pero no llegaron más puntos. En Autopolis no pudieron ni salir a pista el domingo y con un desastre de temporada, el proyecto quedó cancelado a pesar de la promesa mostrada en 2006. Quien sabe si con el apoyo adecuado, el Ford GT podría haber hecho más…

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