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Carlos Sainz y el culebrón "Koolen": una polémica que durará meses

Todavía sin creerse demasiado que finalmente haya sido penalizado por el colegio de comisarios, la carrera de Carlos Sainz y Lucas Cruz siguen adelante con lo que hoy será un día vital para sus aspiraciones de volver a vecer la prueba ocho años después. Súper Fiambalá espera a los competidores y la salida con los participantes de cada categoría mezclados con el resto promete ser otra de esas instantáneas a recordar lo que resta de la prueba sudamericana. Sin embargo, siguen siendo muchas las preguntas al respecto de lo ocurrido durante la séptima etapa, sin duda la polémica de esta edición del Rally Dakar.

Viene siendo habitual durante los 40 años de historia de la carrera que todas las ediciones tengan un gran escandalo que centre la atención mediática a pesar de que tal y como está demostrándose con la carrera este año, la competición se vale por sí misma. Si el año pasado fue la penalización a Joan Barreda que a la postre le pudo haber costado su primer triunfo en el rally-raid, hace dos fue el cara a cara entre Peterhansel/Peugeot y MINI/X-Raid debido al ya famoso repostaje ilegal del francés. Ambas polémicas se extendieron durante meses, no siendo confirmado el ganador del Dakar 2016 en coches hasta junio, mientras que en 2017 hubo que esperar hasta los últimos meses del año para recibir la confirmación de que Barreda y el equipo HRC habían retirado la apelación.

En el caso que nos ocupa este año, ayer France TV apuntaba a que Peugeot Sport cuenta con nuevas pruebas que serán aportadas a la apelación que realizará formalmente el equipo francés durante las próximas horas. Con ellas se espera demostrar la inocencia de Carlos Sainz ante la acusación de “comportamiento potencialmente peligroso”. Los propios comisarios reconocieron que no había evidencias de impacto entre ambos vehículos, ni en forma de lesiones del piloto (las laceraciones son mínimas como para asegurar que han sido producidas al ser arrollado por un coche a más de 150 km/h), ni en los daños del quad del piloto holandés Kees Koolen con dorsal #254. Sólo se les puede situar en el mismo punto gracias a la posición de ambos GPS, pero no puede determinarse que haya habido golpe.

Los hechos más o menos los conocemos desde hace dos días. Carlos Sainz se encontraba rodando en una zona muy rápida (más de 150 km/h según la telemetría) dando caza a los primeros quads. En este caso, el ganador del Dakar 2010 y su copiloto, Lucas Cruz, eran los encargados de abrir pista después de haber ganado la sexta etapa, por lo que Koolen se encontraba con el primer participante entre los coches al que tenía que dejar paso dentro. Sainz activa el Sentinel, este manda un aviso al piloto holandés que se gira y se da cuenta de la presencia del Peugeot 3008 DKR Maxi con el dorsal #303. Kees trató de apartarse saliendo de la pista en una sección muy embarrada, algo que le hizo perder el control del quad y regresar de forma súbita a la trayectoria del buggy.

Es en ese punto donde surgen las primeras divergencias, mientras que Sainz asegura que esquivó al otro competidor, Koolen ha asegurado que Carlos siguió acelerando y que finalmente le impactó y le hizo salir volando del quad. Peugeot afirma que al paso de Peterhansel, menos de medio minuto después de este incidente, Koolen estaba sobre el quad de nuevo en mitad de la pista.

El barro para los quads es casi imposible. Escuché el Sentinel, miré atrás y vi que venía el Peugeot. ¿A 152 kilómetros por hora? Es increíble. Tuve mucha suerte en realidad, me golpeó, aunque él dice que no. Fue muy extraño, nadie me ha preguntado nada ni se ha interesado por mí, sólo los medios. No es por Carlos, es por la situación, fue una situación peligrosa y si el quad está unos centímetros más a la izquierda yo podía estar muerto y a nadie le importa. Creo que, si estuviera muerto, sería más fácil para Carlos y Peugeot porque no podría hablar más.

En un primer momento se apuntó a que en el incidente también habían estado implicados el compañero de Sainz en Peugeot, Stéphane Peterhansel y el piloto de X-Raid, Yazeed Al-Rajhi, sin embargo, ninguno de los dos fue llamado a declarar, aclarando posteriormente la formación germana que el saudí estaba excluido por haberse saltado varios Waypoints y haber abandonado la especial. Posteriormente, esta decisión de dejarlo fuera de carrera se dejaba en suspenso, por lo que Yazeed pudo reengancharse a la carrera durante la jornada de ayer, saliendo el último de los competidores de coches.

En cuanto a Peterhansel, se le sitúa en el lugar de los hechos, es más, según Bruno Famin, la situación del piloto de quads antes mencionado en mitad de la pista obligó al francés 13 veces ganador del Dakar a salirse de la misma, impactando con una roca de gran tamaño que le dañaría la suspensión, transmisión y el eje trasero. Según nuevos datos aportados por la firma del león, el paso de Stéphane por el lugar de los hechos se produjo apenas 25 segundos después de la presunta colisión entre Sainz y Koolen, con la confirmación ahora por parte de Peterhansel de que este se encontraba sentado ya en su quad, sin ninguna muestra de haber sufrido una fuerte caída o de haber sido arrollado por un buggy a gran velocidad con su más de tonelada y media de peso.

No es justo lo que me ocurrió el lunes, espero que se pueda demostrar que gracias a Dios no le golpeé. Stéphane pasó 25 segundos después y él estaba encima del quad, eso que dice de que estaba caído y yo le golpeé y me fui no fue así, gracias a Dios. Espero que se demuestre y pueda recuperar esos 10 minutos.

Tras todos estos hechos objetivos y declaraciones oficiales por parte de ambas partes, señalar que ha habido una gran polémica por otros motivos relacionados con este caso, especialmente por la relación entre Koolen y Overdrive, equipo del que es inversor el acaudalado empresario holandés tal y como aseguró el polémico Orly Terranova durante la jornada del lunes, así como por la decisión de los tres comisarios, con Manolo Vidal a la cabeza, de sancionar a un competidor deportivamente con una penalización que no está contemplada en el reglamento (no al menos la cantidad de tiempo) por un hecho del que además no hay evidencias sólidas.

El propio Peterhansel ha tenido situaciones similares en el pasado, empezando por la más reciente, en 2017, cuando arrolló al piloto de motos, Simon Marcic y le produjo una grave lesión en una de sus piernas y le atendió en la pista hasta que fue evacuado por la asistencia médica en un helicóptero. La otra se remonta a su etapa en MINI, cuando en 2012 golpeó a un participante de motos que se había quedado encallado en el paso de un río con mucho caudal. Peterhansel, sin sitio para pasar empujó a baja velocidad con el All4 Racing al competidor y a este se le cayó la moto al agua. En ambos casos, no hubo penalización para el francés.

Falta por conocer qué sucederá con la apelación a presentar por Peugeot Sport, pero se espera que este caso nos ocupe unos cuantos meses, incluso a pesar de que la ‘denuncia’ cuenta con defecto de forma (se presentó haciendo alusión a la 4ª etapa cuando los hechos se produjeron en la 7ª). FFSA, FIA e incluso el TAS pueden ser los siguientes jueces de unos 10 minutos que valen mucho más que un Dakar.

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