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El duro estreno de la versión Evo del Citroën C3 WRC

«Hemos intentado empujar un poco más en este tramo, pero una curva de derechas nos hemos ido un poco fuera y hemos tocado un árbol». Esas son las declaraciones de Andreas Mikkelsen a su llegada al control stop del quinto tramo del Rally de Polonia. En sus manos, el Citroën C3 WRC con el primer gran paquete de mejoras que la firma de los dos chevrones decidía estrenar esta temporada. Detrás, la suspensión trasera izquierda llegaba muy dañada, e incluso era difícil mantener la linealidad en la conducción debido al fuerte impacto que había hecho mella en la dirección.

Algunos ya se han empezado desde ese momento a frotar las manos. La defensa a Kris Meeke está a la altura de los ataques que se han vertido contra él en este inicio de temporada. Nueve accidentes en sólo seis meses no son excusables por parte del norirlandés, todo ello a pesar de los eximentes que suponen su victoria en México y el hecho de que el Citroën C3 WRC ha demostrado no ser ese sucesor del dominio ejercido por el Volkswagen Polo R WRC que se esperaba.

Citroën Racing llegaba este fin de semana con novedades, aunque no sólo en el apartado técnico. Es cierto que el C3 WRC llegaba con novedades, especialmente en materia de transmisión y reparto de potencia, el cual, empezó siendo esta temporada 42:58 y que según Rallye-Magazin ha pasado a ser ahora de 48:52, buscando un mayor equilibrio y un vehículo más versátil en todo tipo de terrenos (en asfalto esta distribución de potencia entre ejes es más extrema, buscando un comportamiento más de circuitos con un 28:72).

Ese es precisamente uno de los problemas que se han podido ver a simple vista en la primera mitad del WRC 2017. Según los pilotos, se encontraban que las reacciones eran demasiado heterogéneas, sufriendo en muchas ocasiones pérdidas de tracción súbitas que por ejemplo supusieron algunas de las salidas de pista en las dos primeras citas, e incluso en Portugal pudimos ver como la trasera del Citroën C3 WRC de Kris Meeke se iba de atrás repentinamente encontrando en su camino una piedra. Queda por saber si el accidente de Mikkelsen ha sido provocado por estos movimientos sorpresivos de los que ha hecho gala el Citroën desde Monte-Carlo.

Afortunadamente para los de Yves Matton, el equipo ha podido reparar el C3 WRC en la asistencia, por lo que podrá seguir en carrera para recabar datos acerca de cómo funciona el primer paquete de mejoras. Será muy valiosa la opinión de Mikkelsen, elegido para sustituir a un Meeke que sólo ha realizado los reconocimientos (ha declinado hacer declaraciones a los medios allí presentes) y por tanto para darles una lectura a Citroën del camino que debe tomar el coche para las siguientes pruebas. Una decisión cuanto menos extraña después de que Erik Veiby, manager de Mikkelsen reconociera a Autosport que su protegido está abierto a competir en otras pruebas de esta misma temporada en distintos equipos, e incluso se ha dejado claro que se siguen manteniendo conversaciones con Hyundai y Toyota.

En cuanto al equipo, se ha empezado a rumorear que Christophe Besse habría tomado el mando de la dirección técnica del equipo después de que los resultados del equipo, con Laurent Fregosí al mano no hayan sido los esperados. Esto explicaría la razón por la que el técnico galo no aparece en el último comunicado de prensa de Citroën, el mismo en el que Yves Matton habla de “reestructuración del equipo importante”.

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