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¿Qué le pasa al Citroën C3 WRC?

A finales de 2016, cuando se le preguntaba a Laurent Fregosí sobre las claras diferencias aerodinámicas que había entre los conceptos de Hyundai, M-Sport o Toyota con el Citroën C3 WRC, el hombre el frente del departamento técnico de la firma de los dos chevrones aseguraba que había intentado mantener un equilibrio entre la carga aerodinámica que podía genera los nuevos kits y los daños que se pueden producir cuando compites en un tramo del Mundial de Rallyes.

O lo que es lo mismo, se prefería prescindir de unos cuantos kilos de carga para hacer un coche con el comportamiento más neutro posible en todo tipo de condiciones. Algo similar a lo que estaba trabajando Volkswagen con su Polo R WRC 2017 que finalmente no ha recibido el visto bueno por parte de la FIA. Una solución que por el momento ha demostrado no ser la correcta si nos atenemos a los resultados cosechados en las dos primeras pruebas de la temporada, en la que únicamente destacan el scratch logrado por Lefebvre en Monte-Carlo y el quinto puesto de Craig Breen en Suecia.

La doble salida de pista de Kris Meeke (sumadas a las dos que ha tenido en test este mismo año), el abandono de Stéphane el primer día en Monte-Carlo y la ausencia de tiempos competitivos han dado la voz de alarma entre los miembros del equipo Citroën Racing. Todos han utilizado el mismo discurso en sus declaraciones: “tenemos mucho trabajo por delante”, sin llegar a especificar cuáles son los grandes males que achaca el cuarto World Rally Car salido de la factoría de Versalles. Aun así, han dejado pequeñas pistas de por dónde pueden ir los tiros.

El propio Kris Meeke se excusaba en la falta de confianza con el coche para explicar su salida de pista del sábado. Según el norirlandés, la trasera del C3 WRC es impredecible y concretamente en esa curva de izquierdas del TC14 en la que se salió vino precedida de un trallazo en frenada del coche, algo que le hizo llegar al giro con el coche completamente en perpendicular al ángulo de la curva y apuntando hacia el exterior. Imposible de recuperar.

Fue muy extraño. Tenía grandes dificultades con la parte trasera del coche. Desde la primera curva ya tuve un gran susto. Con eso en mente, no quise cometer ningún error estúpido, me protegí, traté de mantenerme recto en la trazada, pero la trasera se me fue tras una cresta y el coche salió completamente en ángulo de 90 grados en la curva de izquierdas, por lo que no pude hacerla.

Las sensaciones de Meeke las confirmaba su compañero de equipo. Breen, que estuvo muy cómodo en Monte-Carlo al volante del antiguo Citroën DS3 WRC, aquí se enfrentó también a los problemas de reacciones que tiene el nuevo C3.

Me peleé mucho para tener unas buenas sensaciones con la parte trasera. No consigo mantenerme recto y esto me da muchos sustos. Hay tramos menos malos, pero en otros, el coche me coge totalmente por sorpresa. Tengo miedo de hacer algo estúpido.

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